Estoy en un laboratorio, pronto comienzan a aparecer más personas, unas con batas y otras con camisones, yo soy una de camisón. Siento un piquete en mi brazo.
-¡Auch!
-Solo no te muevas, abre y cierra tu mano.
Quita una cinta elástica de mi brazo y saca lentamente la aguja de mi pliegue. Limpia y pone una curita.
-Bueno, veremos si ya estás lista para la cirugía.
-¿Cirugía? ¿cuál cirugía?
-¿No te han dicho ya?
Niego con la cabeza. Sintiéndome preocupada.
-Pues,entonces deberías hablar con tu supervisor, él te explicara, así que de mientras ve a comer.
¿Quién rayos es mi supervisor?.
Comienzo a preguntar a cada persona que veo.
-¿Saben dónde está el supervisor? -pregunto con desesperación. Unos niegan con la cabeza y otros me miran desconcertados. Estoy envuelta en una desesperación, hasta que siento que alguien me golpea la cabeza.
Cuando recobró la conciencia, estoy en la policlínica, tal y como desperté con Aida, un fuerte dolor de cabeza aparece haciéndome vomitar, pero no puedo moverme, el vomito hace que me ahogue.
-¡Aida! -digo entre gárgaras.
Estoy inmóvil sintiendo que me falta el aire más y más.
Entonces despierto, exaltada. Jalando aire fuertemente.De camino hacia la corporación llevo muchas cosas en la cabeza, buscando una explicación, me atrevo a pensar que estoy sufriendo una crisis existencial. Entonces lo recuerdo, mí mente se aclara. En mi lectura de ayer leí acerca de una experiencia similar. Acerca de una hombre que estaba tratando de despertarse a sí mismo, eso se debía a que su mente ya no necesitaba dormir más, su mente ya estaba despierta pero su cuerpo aún estaba cansado, muchos lo llaman un estado paranormal, pero es como funciona el cuerpo. De alguna manera la mente manda señales al cuerpo, pero en estos casos, el cuerpo no responde.
Esta vez llego directo a las pláticas, el hombre se sorprende al verme que llegue incluso antes que el.
-¡Qué sorpresa!, hoy sí me siento sorprendido.
Solo hago una sonrisa rápida, no tengo animo para lidiar con las personas el día de hoy.
Cuando estamos todos empieza a hablar el hombre.
-Esta vez, trabajaremos nuestra habilidad visual y matemática. Los teorizantes necesitan de mucha concentración.
Él pone unos ejercicios, y problemas en una pantalla.
-Quiero que resuelvan todos estos, cuando acaben, podrán irse. Esfuércense y traten de concentrarse.
Tomamos nuestra hoja y lápiz. Uno a uno, miramos la pantalla y anotamos. Es verdad, se necesita mucha concentración. Solo bastan de 8 minutos para estar totalmente concentrados.
Pasa un largo rato, cuando un chico se levanta y entrega la hoja al hombre. El hombre se percata de una falla y se la corrige, entonces él regresa a su lugar. Tomo un fuerte respiro y me levanto. Le entrego la hoja al hombre, él la mira detenidamente y luego me mira.
-Ya puedes irte -me dice seriamente.
-Gracias -digo, yendo por mi bolso, y largándome de este lugar.
Cuando salgo, veo a un colaborador. Mi corazón se detiene por un momento.
-Señorita Yoselin, por favor acompáñeme.
-¿El principal otra vez? -pregunto.
-Así es -responde poniendo sus manos tras su espalda.
-Bien -digo tomando aire.
Cuando llegamos a la oficina, me doy cuenta que mi corazón sigue palpitando a mil por hora, pero, se para cuando veo a Rosh sentado frente al Principal. Parpadeo un par de veces.
-Señorita Yoselin, adelante, tome asiento.
No dejo de mirar a Rosh. Me siento, enseguida empieza a hablar el Principal.
-Como podrán darse cuenta, ustedes dos me han sido de mucha ayuda, han hecho un buen trabajo. -Él cruza sus brazos -Así que los asignaré para un trabajo que obviamente necesitaré de todas sus habilidades. Tal vez, ustedes no las hayan descubierto, pero las tienen, tienen unas habilidades excelentes que necesitan salir a flote -hace una pausa. -Lo sé porque todo esto lo tengo aquí -dice tocando con la yema de sus dedos unas carpetas -Lo dice aquí.
Trago saliva.
-¿Qué haremos? -voy directo al grano.
-Se han elegido dos teorizantes, practicantes y dos empíricos para hacer unos experimentos. Necesito que esta misma tarde, después de su hora de almuerzo, estén preparados porque los llevaremos al lugar en el que trabajarán.
Veo de reojo a Rosh, está totalmente serio, sin mover un solo dedo. En cambio, a mí me tiemblan las piernas, no puedo dejar de mover una de arriba a abajo.
-Bien -se dirige Rosh al Principal.
Él toca mi muslo suavemente, y entiendo que debo dejar de moverla.
-Me haré cargo de que estemos a tiempo. -Dice Rosh con seguridad.
El principal me mira.
-Sí, estaremos listos -reafirmo.
-Excelente, ya pueden irse -dice el principal señalando la puerta.
El colaborador nos lleva hasta donde tenemos acceso permitido.
-¿Tienen toda nuestra información en esas carpetas? -le pregunto a Rosh.
-Eso dijo -responde Rosh pensativo.
-¿Qué piensas?
Rosh me mira unos segundos.
-Quiero mostrarte algo.
Yo lo sigo, entramos por la gran biblioteca y me guía hasta la puerta, esa que solo tiene acceso él.
-¿Espera, qué haces? yo no puedo entrar ahí.
-Pasa tu tarjeta.
No lo entiendo.
-Pero. Pero,nada. Hazlo -me ordena Rosh.
-Bien -digo enfadada.
La saco de mi bolsa y la paso. Enseguida se enciende el botón verde.
Miro a Rosh desconcertada.
-¿Cómo es que?
-Solo pasa -dice Rosh ladeando la cabeza.
Entramos, no es más diferente a allá afuera, incluso los libros de acá están más empolvados. Debe ser, no muchos entran aquí.
-¿Cómo lo sabías Rosh? cómo sabías que podía entrar aquí.
-El principal me lo dijo Yin, dijo que siempre has tenido acceso . -se detiene -tal parece que lo han planeado todo ya.
-¿Por qué piensas eso? -digo con una angustia que llega hasta mi garganta.
-Yin -dice exasperado tomándome del brazo. -A los dos nos recogieron del mismo lugar, prácticamente de la misma casa.
¿Cabe la posibilidad de que dos personas estén destinadas a estar siempre juntas?
-¿Tú recuerdas lo que sucedió? -pregunto angustiosa.
-No del todo Yin, pero, sí más que tú.
-Te escucho -digo cruzándome de brazos y apoyándome sobre una pierna.
-Es complicado Yin, mi memoria no es igual a la tuya.
-Pero, dices que nos sacaron de la misma casa.
-De acuerdo -toma aire. -Recuerdo que estaba en tu casa, recuerdo que cuando miré hacia la ventana, se estaba quemando mi casa, dentro estaban mis padres. No les costó mucho romper la puerta de dónde estábamos, así que, nos tomaron por la fuerza dándonos un golpe en la cabeza.
Tapo mi boca con mi mano.
-Cuando desperté, tú estabas a mi lado inconsciente todavía. No tardamos en llegar a una tipo corporación, con laboratorios y camas de cirugía, y una bodega con pantallas gigantes.
-¿Todo eso recuerdas? -lo detengo.
-Así es. -y continúa. -Ellos nos hicieron infinidad de pruebas, de sangre, de genes, de habilidades, como dijo el principal. Después de eso vino la cirugía.
Este tiempo he pensado que categorizar a las personas es lo más inútil, todas pueden ser capaces de lograr más si se lo proponen.
-Y comenzaste a tener sueños.. -digo en manera de susurro.
-Así es Yin, todo el tiempo te soñé, hasta que una noche no lo hice, investigué porque. -Su mirada toca la mía, es cautelosa. -Resulta que estabas apunto de llegar, te volvería a ver, ya no sólo en mis sueños, sino en persona.
Me cuesta respirar, mi cabeza se bloquea y no sé qué decir, no sé cómo responder a esta declaración. Siento mis mejillas enrojecer, con un calor que puedo sentirlo hasta en mis ojos.
-No sé qué decir.
-No tienes que decir nada. -él da un paso al frente, lo suficientemente grande para estar justo frente a mí.
Estaba presintiendo lo que iba a suceder, y lo ansiaba, pero comencé a mirar por todos lados, para asegurarme de que no hubiera alguna cámara.
Rosh toma mi cuello, yo me detengo.
-Aquí no hay cámaras -logró pronunciar, puesto que sus labios estaban cada vez más cerca.
-No.
Sus labios tocan los míos, son suaves y carnosos. Una sensación recorre todo mi cuerpo,acumulándose en mi estomago, es como si una chispa se hubiera encendido. Continuamos moviendo nuestros labios, es como si encajaran a la perfección. Yo me detengo, tenemos los ojos cerrados, siento que me falta aire. Nos miramos por un momento, una alegría nerviosa invade mi ser, nuestras miradas cómplices dicen algo. Rosh también sonríe y me vuelve a tomar por la nuca, atrayéndome hacia él, esta vez él me levanta del suelo, yo pongo mis piernas sobre su cadera. Él me recarga sobre el librero, en ningún momento nuestros labios se separan. Él toma mi cabello y mis manos dejan de abrazar su espalda para tomar su cabello color miel. La humedad de nuestras bocas hacen que las cosas se pongan aún más interesante.
-Espera. -logro decir mientras en aprieta mi labio inferior.
Se mueve solo un poco.
-Lo siento. -dice mientras me pone en el suelo.
-Está bien. -le sonrío.

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Recordando
FantascienzaRecobrar la memoria jamás había sido tan peligroso, pero la verdad, es la que más dolerá. Atrapada por las dudas, Yin, despierta en un hospital sin recordar absolutamente nada de lo que era su vida y de quién era ella. De un momento a otro comienz...