Capitulo 16

8 3 0
                                    

-Yo tenía un amigo, todo el tiempo estábamos juntos, cualquier cosa que hiciéramos la hacíamos juntos, yo le contaba lo que sentía y él me contaba lo que sentía. Nuestros miedos. Nuestros planes para cuando creciéramos. -frota su nuca. -Crecimos juntos hasta que estas corporaciones irrumpieron nuestra vida, él estaba en la corporación de alimentos y yo estaba aquí, pude saber que él estaba ahí porque le tocó traer comida aquí, nos sorprendimos al vernos, pero fue más mi sorpresa cuando dijo que estaría aquí por un tiempo. -tuerce un poco la boca -. Lo note como tú, con ojeras; Yo también las tenía, pero no tan pronunciadas como el, así que le pregunte  él me contó que no podía dormir, no quería dormir, los sueños lo dejaban con mil cosas en la cabeza, lo perturbaban hasta que él no pudo más y se los dijo a otras cuantas personas, yo le dije que se calmara, que yo también las tenía que no se preocupara,  que lo solucionaríamos -una pausa -pero ya fue tarde, los de allá arriba; se enteraron y se lo llevaron.

-¿A dónde? -digo desconcertada.

-Cuando hay algo que ya no se puede controlar, te llevan y, sonará tonto pero; te convierten en una especie de maquina. Tu cuerpo es de una persona, pero tu cerebro es el de una vil máquina que ellos controlan. -explica.

-¡Qué horror! -digo exaltada, levantándome de mi silla en un instante. -Entonces debí tomar esa medicina, ¡por qué me dijiste que no lo hiciera! ¿Acaso quieres que me lleven?

-¿Qué? ¡no!- dice levantando la voz y al mismo tiempo levantándose.

Toma la calma y dice suavemente -La medicina no sólo acabaría con tus sueños, si no también acabaría con tu poca memoria que te queda.

-Mi memoria...¿Qué tiene que ver los sueños con mi memoria? -cierro los ojos negando.

-Los sueños, no sólo son sueños, no sólo son producto de tu imaginación, estamos hablando de tu subconsciente, de cosas que haz vivido y las revives en tus sueños, trabajan a través de tu memoria, cosa que todavía conservas, no sabré decir qué tanto, explica con ímpetu.

Mi corazón palpita -¿Cómo distingo lo que he vivido a lo que he creado? si tengo mi memoria aún, puedo; ¿puedo recuperarla? ¿cierto?

-Cuesta trabajo, pero, sí. Todo es posible Yin, pero, necesitas paciencia. -dice finalmente.

Nos quedamos callados un momento. Él me pasa un emparedado que estaba sobre la mesa y comemos.

-¿Por qué querrían hacernos esto? ¿cómo fue que accedimos? -Digo, mientras trago un bocado.

-Ese es el problema, no accedimos, estoy seguro que fue a través de engaños. -exclama.

-¿Por qué me dices todo esto Rosh? -interrogo.

-Porque; te he observado -dice levantando los hombros.

-Esa no es una respuesta Rosh, ¿o debería llamarte Julen? -escupo.

Rosh deja de masticar, todo su cuerpo se detiene.

-No entiendo tu actitud Yin, pero no debes saber todo, es para no meterte en un agujero profundo, no deberías cavar tu propia tumba ¿sabes? -expresa.

-Tumba, ¿te refieres a que puedo estar muerta?

-Exacto, muerta de que te maten, de que no seas quién eres y te conviertan en una máquina -el me mira. Hay satisfacción en sus palabras.

-Debo irme, creo que;  debo decir "gracias"

-No tienes que hacerlo, solo ve, resiste Yin, estás tal vez aterrada, pero, yo no te dejaré caer. No dejaré que te lleven. -dice con firmeza y calidez.

RecordandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora