Capitulo 14

16 3 1
                                    

Cuando abro mi libro y miro mi hoja; recuerdo el sueño, la sensación de estar al fuego, y viene a mi mente el Malvavisco quemando mi mano. Miro mi mano, tengo una pequeña marca, es como una mancha oscura y diminuta, justo donde había sentido el dolor de la quemadura en mi sueño, esto no puede ser verdad, no pude haber vivido eso. Pero es posible, ¿que hacía yo hace unos años atrás?  todos aquí lucimos de dieciocho años en adelante.

—Yos.

Volteo enseguida. —Day, ¿Qué pasa?.

—Cho me pidió que no te atrasaras con tu reporte —musita.

Volteo a ver mi hoja, no tengo ni la mitad de ella, me da mucha vergüenza el hecho de atrazarme en mi trabajo es por eso que cubro la hoja con mi mano.

—No —junto mis labios negando con la cabeza.

—De acuerdo, si necesitas ayuda dime, sabes dónde encontrarme —me guiña el ojo.

Me siento sin fuerzas, pero debo continuar, el día aún no acaba.  Cruzo mi pierna y empiezo a escribir en otra hoja. Cuando suena la alarma, me apresuro para escribir los últimos párrafos de mis reportes, ahora es más sencillo hacerlo, más si te concentras y apartas todo pensamiento de tu mente.

Apenas cumpliré una semana y ya me siento confiada pero a la vez confundida, confundida por todos los hecho que han ocurrido. No debería ser así, al menos, eso creo.

Me acerco a Cho, quien es peculiar con sus ojos rasgados y su piel blanca.

—Toma Cho.

—Bien, Yoselin —hace un medía sonrisa.

—Disculpa la demora.

—No, eso pasa, tú tranquila; sigue así — me anima. Reconoce mi esfuerzo, debió pasar por lo mismo en algún momento.

Y vaya,por fin alguien me da ánimos. 

—Sí,gracias —le lanzo una sonrisa rápida.

Cuando me doy vuelta, Rosie ya me espera en la entrada, Day trata para alcanzarme y me toma de la mano.

—Yos.

Instintivamente la aparto.

—Perdón, solo quería saber si querías salir un rato —dice, tocando su nuca.

Niego con la cabeza. —No, yo... quiero descansar.

—¿Por qué estás así conmigo? —pregunta rápidamente.

—¿Así como? —junto mis cejas. Que yo recuerde no he estado diferente.

—Así; enfadada conmigo —expresa levantando sus hombros.

Niego. —No lo estoy —sonrío — ,solo he estado algo cansada, es todo.

—¿No quieres que te acompañe al médico? —ofrece.

—¿Qué? no, esto se soluciona con un descanso y ya —respondo esperanzada de que un día podré descansar, sin sueños que me despierten a media noche.

—Si tú lo dices. Entonces...

Levanto las cejas en forma de interrogación. —¿Entonces?

—¿Entonces no estás molesta por lo de la chica, allá abajo? —por fin pregunta, un tanto apenado, lo se porque por un leve momento agacha la cabeza.

Abro mis ojos.—Oh no, claro que no —meto un mechón de cabello tras mi oreja — .Ella es linda ¿sabes?

—Sí, pero, ella no me interesa —suelta.

RecordandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora