Capitulo 21

6 1 0
                                    

La noche es única, y las estrellas con sus destellos me hacen sentir serena. Tal vez sea posible que existan muchísimas más increíbles cosas allá arriba, nuestros problemas que tuvimos y que tenemos, son tan diminutos comparando con todo a nuestro al rededor, es imposible quejarse sin siquiera conocer el trabajo que costó crear todo este universo. Es tonto decir que conquistamos todo aquello nuevo que descubrimos, todo esto es prestado, incluso nuestro propio cuerpo.

Estamos a muy poco de llegar a los edificios, caminamos en medio de la oscuridad, entre calles angostas.

–No podemos regresar Yin.

Me detengo. –¿Qué? Pero ¿por qué?

–Las cámaras nos observan, no habrá coartada para ello, debemos regresar a una hora en que podamos pasar desapercibidos.

–Y mientras ¿qué? –digo golpeando mi muslo –. Debemos dormir Rosh.

–Sí, lo sé. Estas cansada, pero mi hombro es bastante cómodo, ¿sabes?–dice con picardía.
-No es gracioso -respondo enfadada.
-Tal vez no, pero es lo único que puedo ofrecerte por ahora.
-¿Por qué fuiste a buscar a Rosie la noche en que salí con Day? -pregunto con severidad.
-¿Ella te lo dijo? -pregunta ofendido.
-Eso no importa. Lo que quiero saber
-Sí, sí, sí, sé que ella te lo dijo, y yo.. Creo que ya te lo dije. ¿Por qué estamos discutiendo otra vez?
-Tú eres un mentiroso manipulador. -escupo, entrecerrando los ojos.
-¿Qué fue exactamente lo que te dijo?
-¿Quién, Rosie? Ah, pues muy fácil, dijo que tú entregaste a ese chico del que me hablaste, lo hiciste que confiara en ti para después traicionarlo ¿cierto? ¿eso piensas hacer conmigo? -empiezo a exaltarme, buscando aire porque empieza a faltarme. -Pues fíjate que no. Tú eres el loco aquí ¡y a mí no me harás caer en tus mentiras!
Él se ríe. Me siento desquiciada y boba a la vez.
-¿Y tú le hablaste de tus sueños? No verdad. Ella no lo entiende, ¡yo sí! ¿Ella te advirtió de todos los peligros que hay aquí si te descubren? No verdad ¡Yo sí! -pude notar su impotencia pero mi duda no la aclaraba. -Con el no pude hacer todo lo que estoy haciendo por ti Yin -esta vez pronuncia las últimas palabras con cautela.
-Así que de eso se trata, de remediar todos tus errores conmigo.
-Por supuesto que no, tú me conoces, aunque no lo recuerdes, él me conocía pero de igual forma dudaba. -baja la voz añadiendo. -Lo perdí del mismo modo que te perdí a ti, lo volví a ver al igual que te veo a ti, él no está pero tú sí. Él hubiera querido verte con el mismo deseo que yo tuve.
Me cuesta comprender, parpadeo una y otra vez.
-¿El me conocía?
Se pone nervioso, moviendo un pie.
-Le hable de ti. -dice secamente.
-Espera, ¿yo estaba en tus sueños?
-Hasta el último momento. Después de ahí -hace una pausa. -apareciste.
-¿Aparecí? ¿Como algo espontáneo? -digo riendo.
-No es gracioso. -dice molesto.
Borro mi sonrisa. -Tu, tú sigues en mis sueños Rosh y no lo comprendo.
-De eso se trata lo que voy a enseñarte. Te enseñaré a separa tus sentidos de tus sentimientos.
-Y.. ¿Eso qué significa? -digo dudosa.
Nos sentamos a lado de unas cajas apiladas.
-El sentimiento con el que tú te duermas es con lo que tú sueño va a dominar, pero si canalizas tus sentidos antes que tus sentimientos vas a poder soñar lo que viviste, es decir vas a poder recordar.
-¿Entonces nada de lo que he soñado es verdad?
-Tal vez algunas cosas sean recuerdos y otras ya sean producto de tu imaginación.
-Pero que sea producto de mi imaginación quiere decir que también recuerdo que eso lo hago, o lo hacía mejor dicho ¿cierto?
-Así es, pero es importante saber distinguir la realidad Yin.
Debemos estar en la parte trasera de un restaurante, huele a comida y desperdicio. Está es la realidad y no se siente agradable.
-Bien, ¿y eso cómo se hace?.
-Solo para mostrarte que tengo razón, duérmete pensando en una sola cosa, en algo que quieras que pase por ejemplo.
-No hay algo en lo que quiera pensar Rosh.
-¿Qué tal en la lluvia? -comienza a relatar -en un día nublado, tú estás conmigo, salimos al campo a buscar una nueva aventura, pero cuando vamos a medio camino, unas gotas logran salpicar varias partes de nuestro cuerpo, ya estamos demasiado lejos para volver por nuestras chamarras. Así que, dejamos que la lluvia nos bañe mientras vamos huyendo de ella, riendo y ensuciando nuestros zapatos de lodo -yo sonrío mientras acomodo mi cabeza sobre su hombro -La lluvia y el viento juntos, hacen que nuestra ropa se sienta pesada y fría a la vez. Intentamos encontrar refugio pero es imposible, estamos en medio del campo, apenas hay uno que otro árbol frondoso. Entonces la lluvia se calma, dejando que tomemos aire para seguir riendo. -Su voz comienza a alejarse hasta que no escucho nada.
Mi sueño comienza, no es diferente a los demás, solo que esta vez veo a Rosh, ya no es un extraño, puedo sentirme tranquila pensando que estoy en un lugar seguro.
-Yin, vamos. -dice Rosh.
Vacilo un momento. -Claro, movámonos.
-El cielo en cualquier momento llorara sobre nosotros. -dice Rosh mirando arriba y avanzando.
-Estaremos cerca Jul, aunque deberías traer tu jabón aprovechando la ocasión -digo en broma.
Reímos.
-¡Qué mal chiste!, enserio -dice Rosh todavía con una sonrisa.
-Démonos prisa.
Empiezo a correr, detrás mío Rosh.
El suelo está disparejo. Césped por todos lados, que hace que me pique los tobillos y arriba de ellos porque traigo un pantalón corto. Mi pulso va en aumento. Puedo escuchar las pisadas de Rosh detrás mío, está pisándome los pies en menos de un minuto. Entonces unas gotas caen, golpeándonos, haciendo que paremos y miremos al cielo.
-Ya estamos lejos para regresar por nuestras chamarras ¿cierto? -dice Rosh con diversión.
-Sí, mucho. -digo jalando aire.
-Entonces, sigamos. -dice Rosh avanzando.
Nos decidimos a seguir avanzando, cuando un aguacero comienza a caer, empapándonos enseguida, nuestra ropa se vuelve pesada y avanzamos con dificultad, por todo el lodo que hay. Buscando un lugar donde descansar de esta tormenta. Pero solo unos minutos más, el agua se calma permitiéndonos ver el camino de regreso. Mi cuerpo empieza a temblar, de lo mojada que estoy y el frío que empiezo a sentir. Siento el brazo de Rosh rodeando mis hombros y frotando mi brazo.
-Aguanta, ya llegaremos, te cambiarás, y mi mama nos preparará una taza de chocolate caliente. Yo solo le sonrió, sin entender palabra. Entonces mis ojos se abren.
La luz del sol comienza a verse. Tengo un brazo de Rosh rodeándome, me aparto enseguida, el voltea inmediatamente.
-¿Estás bien? -dice aún medio adormilado.
Me pongo nerviosa. -Sí, sí, lo siento, no quería espantarte.
Él se levanta, mirando a todos lados y sacudiéndose el pantalón.
-No hay problema, fue justo a tiempo. Ya debemos irnos. -dice mientras me extiende las manos para levantarme.
-Oh de verdad. Bien, escucho tus instrucciones. -me impulsó levantándome y sacudiéndome.
-Claro, pero antes quiero, escuchar tu sueño.
No quería, no quería admitir que él tenía razón, no quería pronunciar esas palabras, no hasta conocer toda la verdad.
-Soñé eso. -dije secamente.
-¿Cuál eso?
-Lo que dijiste.
Pude sentir su sonrisa media burlona.
Avanzamos por las calles menos transitadas, evitamos una que otra avenida.
-Tú pasarás primero, caminando mas o menos rápido hacia tu edificio ¿de acuerdo?
Solo logro asentir, poniendo atención en cada indicación.
-Confúndete de entre la gente y dirígete a la corporación.
-¿Y tú? -pregunto preocupada.
-Yo estaré bien, te veré luego. -dice sin mirarme.
Yo avanzo directo al edificio. Rosh cruza la pequeña avenida. Camino apresurada, viendo a Rosh alejarse.
Hay un grupo de personas, camino entre ellas, y voy en camino hacia la corporación.
Entro con todos los nervios del mundo, procurando lucir lo más normal posible, pero, parece que entre más lo intento, más fracaso.

RecordandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora