Leo sobre los daños que le pueden ocurrir al cerebro. Nuestro cerebro es un órgano importante, que aunque lo veamos con simpleza, este es el que hace la mayoría del trabajo. Sin menos preciar a los demás, pero también es el que más expuesto está a recibir daños.
Pronto obscurece, tomo mi informe y lo guardo entre mis libros; es un amplio tema, el cual no cabe en una hoja ni creo acabarlo en unas horas.
—¿Ya lista? —pregunta Rosie.
—Claro, vámonos —respondo, aliviada de tener un descanso.
Me llevo el trabajo a casa, aunque dudo que lo acabe, ya que llego muy cansada y con muchas cosas girando en mi cabeza.
Caminamos por una pequeña zona comercial, serán mis primeras cosas que voy a adquirir, eso me pone ansiosa. Entramos a una tienda de ropa, primeramente. Detrás de un mostrador, se encuentra una chica; una colaboradora.
—¿Que tal, en que les puedo ayudar? —atiende amablemente.
—Estamos buscando ropa para mi compañera —responde Rosie señalándome.
—Claro —me mira de pies a cabeza.
Camina por todos los aparadores, tomando de cada uno, una prenda diferente, desde vestidos hasta ropa interior.
—Esto podría quedarte —dice poniendo las cosas sobre el mostrador.
—¿Por qué no te las pruebas? —sugiere Rosie animada.
—Claro, aquí atrás puedes hacerlo —señala la colaboradora.
Detrás del mostrador hay una cortina, tomo unas prendas y me apresuro a entrar al probador, cerrando la cortina, me pruebo una y otra y otra prenda, mirándome en el espejo. Cuando me pruebo el vestido. Me siento incomoda, giro un par de veces para convencerme de que me asienta. Rosie de pronto abre la cortina y yo volteo rápidamente.
—¡Hey! —me escabullo.
—Tranquila, soy yo —expresa levantando las manos. Sus ojos me examinan —. Vaya, te ves bien.
—Umm, no lo sé —respondo con tono dubitativo, tirando del vestido hacia abajo.
—Vamos llévatelo, no pierdes nada.
—Todavía tengo cosas que comprar, Rosie —tuerzo la boca, mirándome nuevamente en el espejo.
—Tú solo cómpralo —insiste.
Volteo los ojos, mientras continúo probándome las demás prendas.
Termino comprándome más ropa interior que otra cosa, ahora debemos ir a la tienda de comestibles, es grande y mucho más bonita que las otras tiendas.—¿Por qué esta tienda es diferente? —pregunto a Rosie.
—Dice Day, que es de la corporación de alimentos.
—¿Y las demás?
—Pues... en la de textiles solo trabajan colaboradores, así que no tienen los suficientes recursos, solo les dan las telas y ellos hacen lo necesario...
—¿El muchacho de allá? —señalo a modo de pregunta.
—Sí, él es encargado, viene de la corporación a trabajar acá —explica con cautela.
—Ya veo —hay tantas cosas que aún no comprendo.
Tomamos una canasta y avanzamos por los pasillos, Rosie me va indicando que puedo y que no debo llevar, terminamos y nos dirigimos a las cajas. Esta vez pago con efectivo, tomo mis bolsas agradeciendo al que atendió. Rosie me ayuda con las demás bolsas y salimos, caminando hacia el departamento.

ESTÁS LEYENDO
Recordando
SciencefictionRecobrar la memoria jamás había sido tan peligroso, pero la verdad, es la que más dolerá. Atrapada por las dudas, Yin, despierta en un hospital sin recordar absolutamente nada de lo que era su vida y de quién era ella. De un momento a otro comienz...