Canción: Active Child - Evening Ceremony
Volví a doblar el vestido para guardarlo en su caja, coloqué allí también los zapatos y puse la tapa. Chelsea se sentó a mi lado en la cama, yo solo miré la caja sin saber qué hacer con esta.
—¿Por qué no lo conservas? —me preguntó—. No es necesario que vendas todos los vestidos que te dan.
—Tengo muchos vestidos de fiesta, los suficientes, uno más estaría sobrando. No cabe en mi casa.
—Esta es tu casa, Rubí. No la otra. Aquí no viene Pete. Ni siquiera sabe cómo llegar.
Sonreí y me senté junto a ella. Su largo cabello azabache ya le cubría los hombros, después de un tiempo de tenerlo corto prefirió el largo y lo mostraba con orgullo; Pete odiaba que ella dejara su cabello tan largo porque tenía mucho volumen y él creía que los clientes la preferían con cabello corto y manejable.
—Cierto —murmuré recogiendo un puñado de sus ondas suaves, sin nudos—. Además, ha estado más ocupado con Joey.
Ella rió con bastante alegría. Se dejó caer en la cama, estirando los pies y los brazos.
—A veces doy gracias por la existencia de esa chica. Casi me gustaría decirle: Joey, llévate a Pete y mantenlo ocupado todo el tiempo que quieras.
—Ya basta, deja de mencionar ese nombre en esta casa. Es Navidad, no quiero echar a perder la buena vibra.
Ambas reímos intentando alejar los malos espíritus. Las fiestas de diciembre solían ser nuestras únicas vacaciones donde podíamos alejarnos un rato de Pete y el trabajo. Desde Navidad hasta año nuevo. Burlarnos, no mencionar el nombre o dirigir nuestros pensamientos solo a nuestra familia y los regalos y la cena nos funcionaba muy bien para pasar un par de semanas en verdad agradables.
—¿Por qué no te pones el vestido aquí, para nosotras?
—¿Por qué habría de hacer eso? —contesté, creo que lo dije un poco enojada. No fue mi intención.
—Porque es importante, Rubí. Te importa, por eso no lo has vendido.
No quise continuar con la perorata, pero sí que pensé: "Por qué habría de ser importante". Me quedé pensando en lo que Chelsea dijo, intenté buscar esa importancia, sin encontrarla. Un vestido no era importante, solo me gustaba.
—No es importante.
—Ay, ¿en serio? —dijo, se levantó para sentarse en el borde de la cama—. Lo trajiste hasta aquí, nena. No se lo mostraste a Pete. Lo trajiste para ocultarlo de él. Quizá hasta guardaste algo más de ropa.
Sí, había guardado el disfraz de gatito.
—Me gustó el conjunto, nunca había usado ropa tan sexy y fina. Por eso nada más.
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Rubí (Cherry Ladies 1) ©
RomanceNovela contemporánea erótica con un ligero toque kinky. Rubí trabaja como prostituta de lujo para costearse la carrera de Psicología. Vincent es un hombre misterioso que le inspira temor; sin embargo, se convierte en el único cliente que la ll...