Novela contemporánea erótica con un ligero toque kinky.
Rubí trabaja como prostituta de lujo para costearse la carrera de Psicología. Vincent es un hombre misterioso que le inspira temor; sin embargo, se convierte en el único cliente que la ll...
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—Ya nadie puede comunicarse con ellos —escuché a través de los auriculares.
Miré hacia la derecha para girar hacia la calle donde se encontraba el estudio. No sentía tanta ansiedad, tampoco estaba enojado. Ya había intuido que, incluso mi abogado, sería incapaz de comunicarse con mi exesposa.
—Déjalo, Jamie. Basta con esto. No puedo más —murmuré al auricular que tenía en la oreja izquierda.
—No puedo dejarlo así —comentó él, continuaba enfadado y casi me gritó. Estaba tan cansado como yo de no poder dar con el paradero de mi hija. Ellos se la habían llevado, ya no podía encontrarla en Inglaterra.
—Tengo el presentimiento de que la han llevado a París.
—París —repitió Jamie— ¿Allá por qué?
—Porque allá está celebrándose un famoso desfile de modas, o algo así. Es de esos eventos que a Darla le encantan.
—Lo buscaré. Tal vez esté participando.
—Es lo más probable.
—¿Cuánto duran? Porque no creo que se lleve a la niña consigo.
—Claro que tendrá a mi hija con ella. Conozco a sus padres, si la han regañado porque la deja sola quizá también la han obligado a estar con ella. Es posible que Darla esté viviendo en París y mi hija está allí.
—Gracias por el dato. Si está en París daré con ella.
—Gracias a ti, Jamie. Pero creo que, aunque la encuentres, no podrás comunicarte.
—Lo bueno es que tienes pensamientos muy positivos.
Estacioné justo frente a la puerta del estudio. El coche de Rubí ya estaba allí, puntual como siempre.
—Soy realista, Jamie. Es todo.
Decir esas palabras crearon un enorme hueco en mi corazón. Sentí los ojos húmedos y la voz se me cortó. Intenté cubrir mis emociones con un simple tosido, pero ciertamente Jamie no era tonto.
—Ya te dije que voy a hacer lo imposible, lo que se necesite por devolverte a tu hija. Esto es una guerra y estoy muy metido en ella. Así que hasta pronto.
Jamie colgó antes de que yo respondiera. Solía hacer eso porque no le gusta ser sentimental. Es un hombre maduro, perdió a su esposa hace poco más de cinco años y ha sido abogado de nuestra familia desde hace mucho tiempo. Es un par de años mayor que mi padre y ambos son amigos. Tiene dos hijos adultos a quienes casi no ve. Su hijo mayor está casado, pero casi nunca se hablan desde que pelearon; su hija más joven trabaja en una empresa de publicidad que le absorbe la vida, jamás tiene tiempo para hablar con su padre. Nosotros somos como esa familia que a él le falta. Además, lo tengo en alta estima.