Novela contemporánea erótica con un ligero toque kinky.
Rubí trabaja como prostituta de lujo para costearse la carrera de Psicología. Vincent es un hombre misterioso que le inspira temor; sin embargo, se convierte en el único cliente que la ll...
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Andy estaba en mi casa cuando llegué. Me asustó, había pensado que era Pete y ya estaba a punto de correrlo hasta que la vi.
—Andy, no hagas eso. Tienes que llamarme antes de entrar a mi casa como si nada.
Ella estaba muy sonriente, se tomaba todo como una broma.
—Quería saber si me acompañabas a comprar ropa y cositas para el bebé.
Mi hermana estaba acomodando algo en mi refrigerador, la puerta no me permitía ver qué era.
—¿Qué haces?
—Ah, como no estabas en casa pasé a la de Chelsea y me dio un pastel de chocolate.
—¿Estás segura que te lo dio? ¿No querrás decir que te lo robaste o le rogaste hasta que te lo tuvo que dar?
—Me lo dio sin que se lo pidiera —me contestó sonriendo, cerró la puerta del refri y se volvió hacia mí intentando no reír—. No le rogué, no mucho.
—Está bien —acepté poco convencida.
—¿Entonces sí vamos?
—¿Hoy mismo?
—¿Vas a trabajar mañana temprano?
—Sí. A menos que vayamos muy temprano. Para regresar antes de la una.
—Tendríamos como tres horas. Está bien. ¿A qué hora vas a llegar?
—Como a esta misma hora.
—Ah, entonces puedo preparar comida para ti.
Cuando mamá o mi hermana me visitaban casi siempre se quedaban un par de días. Solía enviarle a Pete un mensaje avisándole para que no viniera a casa. No quería que ellas se toparan con él. Esa vez no quería ni siquiera molestarme en escribirle.
—Pero no salgas mañana, pon el candado a la puerta. Hazlo desde ahora. No quiero que entre mi jefe.
Ellas no solían hacer preguntas sobre mi trabajo, sabían a qué me dedicaba y no era necesario especificar nada. Hacían lo que les pedía sin preguntarme. Andy caminó hasta la puerta y puso los candados por dentro, así nadie podía entrar aunque trajera llave. Pete tendría que tocar y seguro lo haría, si es que se atrevía a venir.
—¿Dejaste sola a mamá? —pregunté.
—No le va a pasar nada. Además siempre llega bien tarde del trabajo y yo entro a la escuela hasta la siguiente semana. ¿Puedo ver la tele?
Andy la encendió sin esperar respuesta, yo me retiré a mi habitación para ducharme y cambiarme la ropa. Nos pasamos las siguientes horas viendo una película y comiendo palomitas con caramelo.
