Capítulo 32 : Vincent

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Canción: Lady Antebellum - Need You Now

Di vuelta a la hoja con mucho cuidado, la Revista Comfort Zone era principalmente arte y las hojas eran de muy buena calidad, pero tendían a guardar las huellas digitales

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Di vuelta a la hoja con mucho cuidado, la Revista Comfort Zone era principalmente arte y las hojas eran de muy buena calidad, pero tendían a guardar las huellas digitales. Revisé cada detalle de la fotografía y cada detalle del texto, había leído el ensayo y de verdad creía que coincidía con mi trabajo.

Rubí se veía magnífica en tonos grises, claros, contrastando con sus labios rojos. Ella realmente me parecía una obra de arte por sí misma. Añoraba pasar mis dedos por aquella cintura delineada, recorrer cada rincón de su preciosa piel morena, deseaba inundarme del marrón de sus ojos felinos.

—Realmente te gusta, ¿no? —murmuró Darla, a mi lado. Suspiré sin poder evitarlo. Cerré el libro y preferí mirar por la ventanilla del avión.

—A esta hora ella ya ha de haber visto el periódico. Ya son como las seis de la tarde.

Tenía la esperanza de que ella cerrara dicho periódico, lo arrojara y pensara en mis palabras, en que lo que yo había dicho era cierto. Rubí no es tonta, no es una mujer que se deja amedrentar tan fácilmente, pero en cuanto a sentimientos de amor... creo que en ese tema ella es un poco vulnerable.

Miré de nuevo mis fotografías. Sabía que ella ya estaba enterada de la noticia aunque no fuera la primera plana.

—Espero que ese accidente le haga cerrar el periódico y no vea la nota.

—¿Lo dices en serio? Si ella no lo vio alguien ya lo hizo y se lo llevó para que lo vea. Las mujeres somos así.

Me oprimí las sienes y cerré los ojos. No quería pensar en ello. Dicha nota había sido llevada al diario antes de que yo siquiera realizara mi plan de ayudar a Darla. Yo no tenía nada que ver y ciertamente Darla tampoco.

—Realmente creo que fue tu padre.

—Ay, mi padre ha de estar suspirando por última vez justo ahora.

—¿Cómo puedes decir esto tan fríamente?

—No lo conoces todavía, Vinnie. Eres en verdad una buena persona. Pobre de ti. Te falta esa maldad que tienen los demás empresarios.

—Una maldad que seguramente tienes tú. Claro, cómo no lo vi antes. Esto fue tu idea. Me has manipulado para que acepte...

Rodó los ojos visiblemente cansada de escuchar lo que dije. No, ella no era así, definitivamente no era como su padre y yo estaba siendo injusto arrojándole aquello a la cara. Volví a cerrar el libro y, para no abrirlo, le coloqué una almohada encima.

—¿Tienes idea de quién pudo haber hecho eso?

—No.

Cuando Darla se sentía nerviosa y no quería demostrarlo solía maquillar sus labios aunque no lo necesitara. Esta vez colocó un poco más de color rosa, un tono que le quedaba a la perfección debido a su tez blanca.

Rubí (Cherry Ladies 1) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora