Canción: Sia - Lullaby
—Ni en la fiesta ni en el hotel ni en tu casa. ¿Dónde estuviste? ¿En Sudáfrica? ¡Por qué nunca nos contestaste!
Mi hermano llevaba buen rato dándome lata porque rechacé la fiesta de año nuevo. Decidí pasarla solo, en Sudáfrica, busqué a cierta morena sensual que ya me había rechazado solo para ser rechazado de nuevo. Imaginé que Hayden me creía deprimido, por eso estaba tan insistente.
Dejé mi copa de vino sobre la mesa y miré hacia otro lado; más allá de los edificios, el atardecer comenzaba a teñir de sangre el cielo.
—Este es el segundo año consecutivo que pasas solo la Navidad y el Año nuevo. ¿Ya ni siquiera tu hermano ni tu padre te somos importantes?
Miré a Hayden esta vez. No sabía qué decirle. Nada tenía que ver ni con él ni con papá.
—Solo porque quiero alejarme un poco de todo y todos tiendes a pensar que ya no me importan ustedes.
—Te estuvimos llamando muchas veces y nunca te dignaste a contestarnos, Vinnie.
—Ya basta, Hayden —pedí sin ganas—. Deja de regañarme.
—No quiero tener que preocuparme por ti. No me gusta pasar días enteros o hasta semanas sin saber de ti. Me aterra la idea de que algo pueda sucederte. ¿No lo entiendes?
El aire comenzaba a enfriar el ambiente en la terraza y comencé a temblar, o tal vez era porque mi hermano que no paraba de regañarme. Él era más pequeño que yo, tanto de estatura como de edad; él solo tenía 28 años mientras que yo ya tenía 33. Sin embargo, se comportaba como si tuviera 40 y yo fuera mucho menor. Su mirada me traspasó, sentí su dolor, pero intenté ignorarlo.
—No pasa nada. Solo quería descansar y dormir.
—¿Qué pasó con la demanda?
Yo había comenzado una demanda para exigir me permitieran ver a mi hija. Había recabado información y material que probaran la negligencia de mi exesposa al dejar a Julie sola mientras ella salía ya sea a fiestas o donde quiera que deseara ir. Antes de Navidad se me informó que la demanda no procedía porque se había investigado a la niña y ella estaba en perfectas condiciones, tampoco lograron comprobar que Darla fuera negligente. Por lo tanto yo aún no podía ver a mi hija, la familia Spencer no quiso retirarme la acusación que Darla Spencer había hecho difamándome de padre abusivo y esposo violento.
Sin embargo, había logrado que el juez me ofreciera la oportunidad de hablar por teléfono con mi hija. Estuve marcando toda la semana de vacaciones y nadie me contestó, cuando llamé desde un teléfono público me notificaron que la niña no se encontraba y colgaron de inmediato, porque el llanto inconfundible de una pequeña de cuatro años llenó la habitación donde estaba el teléfono.
—Supongo que no lograste nada —murmuró Hayden. Yo no podía dejar de escuchar el llanto de Julie a través del teléfono. Alcancé a escuchar que preguntaba si era yo. Es mi papá, dijo, quiero hablar con él. Luego se cortó la comunicación y aunque llamé de otros teléfonos no volvieron a contestarme.
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Rubí (Cherry Ladies 1) ©
Lãng mạnNovela contemporánea erótica con un ligero toque kinky. Rubí trabaja como prostituta de lujo para costearse la carrera de Psicología. Vincent es un hombre misterioso que le inspira temor; sin embargo, se convierte en el único cliente que la ll...