Capítulo 30 : Rubí : Vincent

6.4K 490 26
                                    

Canción: James Arthur - Impossible

Todo el día tuve un gran nudo en el pecho, era como una presión de algo que no me permitía respirar bien

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Todo el día tuve un gran nudo en el pecho, era como una presión de algo que no me permitía respirar bien. Mis emociones estaban crispadas, pensé que se debía a Pete y a Vincent, pero ya presentía algo desde la media tarde. Era una aprensión extraña, no sabía hacia qué.

Primero hablé a mi madre, luego a mi hermana y, por último, a Chelsea. Ninguna me contestó.

No pensé en nada malo. Me negué a preocuparme. Ya estaba cargando el peso que sentía por el inminente rechazo de Vincent y por el obsesivo comportamiento de Pete, como para pensar en algo más.

El día siguiente era lunes, debí presentarme temprano en las oficinas de Crimson Satin para firmar el acuerdo que Pete y yo teníamos sobre lo del 50-50. Me dieron las hojas sin hacer preguntas y las firmé sin mayor problema. Luego fui a la escuela para comenzar los trámites del siguiente semestre, que iniciaría la semana próxima.

Regresé a casa como a las dos de la tarde. Encontré en el teléfono unas quince llamadas perdidas del número de mi hermana y lo primero que pensé fue que estaba enojada por no responderle. Luego me pregunté por qué no habría hablado a mi celular. Allí no había llamadas perdidas. De nuevo hablé al teléfono de Chelsea y de nuevo no contestó.

Me extrañó porque ella no regresaba tan tarde de visitar a mamá. Siempre iba solo un fin de semana y regresaba por la noche del domingo.

Su casa aún estaba sola.

Llamé por enésima vez a mi hermana, pero no entró la llamada.

No quise admitir que ya estaba más allá de la preocupación.

Me dirigí a la cafetería de Chelsea con la esperanza de verla allí. Sin embargo, estaba cerrada. Lo cual era muy extraño, porque tenía personal a cargo para abrirla. Yo no tenía el número telefónico de la chica que siempre abría por Chelsea y me sentí impotente mirando la puerta cerrada.

El teléfono para pedidos a domicilio no estaba conectado.

Respiré. Así y todo continué hacia mi casa.

Fue casi a la mitad del camino que recibí la llamada de mi hermana. No tardé ni un segundo en responderle.

—¡Andy! —exclamé.

—¿Rubí? —era la voz de un hombre. Mi alma cayó al piso dejándome helada.

—¿Quién habla?

—Enrique —escuché que dijo, se le cortó la voz y tuvo que aclararse la garganta—. Soy Enrique, Rubí. El novio de Andy.

—Sí. ¿Por qué tienes tú su teléfono?

—Rubí. Tienes que venir a la dirección que voy a enviarte en mensaje —su voz continuaba cortándose, estaba llorando—. Es... hubo un... fue un accidente. Tienes que venir.

Rubí (Cherry Ladies 1) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora