Cero

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En la portada de este capítulo se encuentra el booktrailer.


—Me encantaría tener una vida emocionante como la de esas mujeres

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—Me encantaría tener una vida emocionante como la de esas mujeres.

Temblé de miedo, casi dejé caer el teléfono. No escuché cuando Sandra se aproximó a mí, desconocía el tiempo que llevaba mirando a escondidas la pantalla donde yo revisaba las fotografías que me habían tomado, semi desnuda, el día anterior.

—¿De qué hablas? —traté de componerme. Apagué el teléfono. Las imágenes eran parciales, no se notaba mi rostro, de modo que nadie podría afirmar que esa era yo. Aun así decidí sacar mi ensayo para revisar por enésima vez que estuviera bien, y quitar las imágenes de la pantalla. Muchos profesores nos pedían ese tipo de trabajos al final, para presentar examen.

—Lo suyo no solo es sexo —dijo Sandra. Únicamente había un compañero en el aula, estaba alejado, pero podía escucharnos—. Esas chicas son más para brindar compañía.

Comencé a sospechar que Sandra sabía algo sobre mi secreta vida. La paranoia se apoderó de mí en cuestión de segundos. La miré asustada. Esperé a que me señalara y dijera "sí, te atrapé, sé que eres una de ellas".

—¡Bueno, está bien! Son putas, ya. Es inmoral —contestó a la defensiva. Me percaté de que mi mirada era incómoda para ella, así que preferí acomodar mis hojas en el pupitre.

—¿Las investigaste para tu ensayo?

—Ajá. Resulta que tienen una vida interesante.

—¿De qué están hablando? —comentó el compañero que estaba estudiando al fondo del salón.

—De las Cherry Ladies —continuó mi amiga. Yo comencé a idear una respuesta por si Sandra me hacía la pregunta de por qué estaba revisando una página de cherries.

—¿Qué es eso, una élite?

—Una élite de prostitutas —respondió Sandra, estaba muy animada. Sentí como si mi estómago empequeñeciera, sabía demasiado y estaba esparciendo la información.

—¿Y eso cómo es? —mi compañero, Miguel, se levantó de su asiento para quedar frente a Sandra. Era claro que estaba interesado en el tema.

—Chicos —murmuré—, ya no hablen, estoy muy nerviosa por el examen. Además ya va a llegar el profe.

—No, dime —pidió Miguel a Sandra.

—Hay varias empresas que se dedican a la "renta" de cherries, por decirlo de una forma. Tú vas a sus oficinas, te haces una ficha de cliente y pagas por el acceso a la base de datos que tienen, así buscas a la chica que te gusta y pagas por ella.

—¿Quieres decir que es doble pago?

—Claro que sí. No cualquiera puede ingresar. Es como un club privado. Además, brindan compañía a gente de negocios, gente importante, incluso a políticos.

—¿Cómo sabes todo eso? —le pregunté yo. Ella estaba tan bien enterada que podía creerle si me dijera que también trabajaba como cherry.

—Le pregunté a la gente indicada para hacer mi investigación. La página de internet no tiene mucha información, aunque sí hay una que otra fotografía.

—Ah. Está bien —contesté, intenté no darle importancia.

El profesor entró al salón y con él entraron los demás compañeros. Ya nadie tocó el tema. Hasta que Sandra entregó su ensayo. El profesor la miró asombrado, "La secreta vida de las Cherry Ladies", dijo a Sandra, "quién va a estar interesado en la vida de unas prostitutas". Luego abandonó el ensayo entre el montón que tenía sobre el escritorio. Sandra le dirigió una mirada de odio, ambas sabíamos que él ni siquiera lo leería.

En ese momento pensé que tenía razón, ¿quién habría de interesarse en la vida de una prostituta?

Por ese motivo nunca hablé sobre mi empleo.

Yo trabajaba en la Agencia de edecanes Crimson Satin, como cherry lady. Su página de internet es muy visible, cualquier buscador online la encuentra. Pero de manera gratuita no se puede revisar a todas las chicas de las que dispone.

Salimos del salón comentando sobre las respuestas del examen. Al día siguiente tendríamos los dos últimos, los más difíciles. Ya no surgió el tema de las cherries, pero yo continuaba con la sensación de que Sandra me estaba expresando su conocimiento sobre mi forma de ganarme la vida, con ese ensayo.

Nos despedimos como siempre, nos enviamos suerte para los siguientes exámenes. Continué mi vida, pero no podía borrar de mi cabeza las palabras del profesor.

¿Es realmente desagradable ser una prostituta?

Rubí (Cherry Ladies 1) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora