En casa en las buenas y en las malas (AU!Human)

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Se dio vuelta en la cama, volvió a darse otra vuelta.

Pasó una mosca.

Trató de golpearla.

No la golpeó.

Se tapó la cabeza con la almohada.

Comenzó a sofocarse.

Se destapó.

Volvió a taparse.

Ugh, odiaba tener que levantarse para ir al liceo.

Es más, odiaba al director que les prohibió ir de gira de estudio.

―Puto viejo...

― ¡Robin, levántate a desayunar!

Y más encima el Manu se había pedido el postnatal y estaba en casa.

Ge-nial.

Bajó con lentitud y flojera las escaleras, con el cabello suelto y despeinado, su pijama arrugado y el rostro aún con la almohada marcada sobre él.

Llegó al comedor donde se encontraban los dos adultos junto con un infante de cinco meses. Carlitos estaba sentado en el regazo de Manuel, mirando a su otro padre, Martín, quien le hacía caritas y mimos para entretenerlo.

―Al fin te levantái' ―comenzó a decir el chileno―. Recuerda que tienes que ir al liceo a recuperar clases.

―No quiero~ ―dijo Robin dejándose caer sobre la mesa―. El profe Roberto nos hará limpiar las salas de todos... Y la profe Gabi pondrá películas súper fomes de los años cincuenta y pico.

―El lenguaje nene, cuidá esa lengua que Carlitos está aquí ―interrumpió Martín.

El joven gruñó y cerró los ojos, tomando rápidamente su tazón de té.

― ¿No puedo quedarme en la casa y faltar?

―No. Recordá que ya tenés muchas faltas y tu profesora ya nos ha llamado dos veces, tenés que asistir al liceo esta semana.

―Pero-

―Sin peros, Robin, haz lo que te dice Martín.

Luego de ese tedioso desayuno, se alistó con su uniforme (o parte de él, solo usaba el pantalón y la camisa abierta con el chaleco), tomó su mochila, se amarró el cabello y salió hacia el paradero.

Llegó atrasado diez minutos al salón. Sus compañeros estaban igual o más molestos que él. Los del tercero D fueron el único curso sin tener gira de estudio.

Puto sea el director Eliazar.

Puto sea él y la dirección del liceo.

― ¡Buena po' vieja! ―saludó Robin a su mejor amiga, Antonia. Era una chica ecuatoriana quien estuvo viviendo en islas Galápagos junto a su familia antes de irse a Chile.

―No me digas vieja, idiota ―bufó la morena, dedicándole una sonrisa―. ¿Qué tal las cosas en tu casa ahora que Alonso y Tiare no están allí?

―Aburrido... Te lo juro weón, es como si toda la alegría de la casa se hubiese esfumado. El Manu ya ni me pesca porque anda con la guagua y el Martín solo me regaña por cualquier weá ―cerró sus ojos por unos momentos―. Se nota altiro que el causa problemas de la casa soy yo.

―No lo creas, Robincito... Eres muy divertido, tal vez tus padres están preocupados por tus hermanos que andan lejos.

―Que el Manu y el Martín no son mis papás, Gala...

―Deja de llamarme "Gala"...

―Deja de llamarme "Robincito".

Y el día pasó, lento y aburrido. Al igual que los días siguientes.

Y ya al tercer día...

― ¡Pero no quiero ir~!

―Robin deja de hacer show. Y ya es viernes, solo estarás allí media jornada.

―¡¡Pero el Roberto nos hará jugar fútbol con los de cuarto medio!!

―Y a ti te gusta el fútbol, así que anda nomás'.

Vaya error cometió Manuel al mandarlo ese día...

Martín se encontraba en su despacho, firmando unos papeles y revisando algunas fichas de sus pacientes, cuando llegó una enfermera algo nerviosa.

―Doctor Hernández, tiene un paciente en urgencias... Se dobló el pie izquierdo y creemos que puede ser una fractura.

El rubio asintió y se dirigió a la sala donde tenían al paciente, llevándose así una gran sorpresa.

― ¡¿Robin pero qué te pasó?!

Y el de cabello castaño se sonrojó.

¿Cómo explicar que un mastodonte de noventa kilos y casi de dos metros lo aplastó por haber pateado la pelota?

Lo peor fue que el resto de los compañeros de este se tiraron encima.

De solo recordarlo le dolía más el pie.

Llegó a la casa junto con el argentino. Fractura de tobillo, enyesado con antibióticos y sin ejercer presión en el pie por un mes.

Entró con las muletas con dificultad, Manuel estaba en el living esperando su regreso. Al verlos se levantó y corrió a abrazar al más joven.

―Pucha Robin... No debí' haberte mandado al liceo...

―No, no debiste... ―murmuró él contra el pecho del mayor. Se estaba ahogando y no tenía fuerzas para empujarlo.

―Ay bebé... Tranquilo, ahora podrás descansar todo lo que quieras. Te hice una sopa para que te sientas mejor. La Anto llamó y dijo que vendría a verte mañana, estaba muy preocupada la muchacha... ¡Y me contó cómo te fracturaste tu piecito!

Genial, ahora tenía a un Manuel en modo mamá.

Miró hacia Martín buscando ayuda, pero el médico lo ignoró y se fue a ver al bebé, dejándole a él solo con el chileno.

Suspiró.

Nunca más volvería a pedir poder quedarse en casa...

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Liceo: Establecimiento educacional para enseñanza media. Vendría a ser el equivalente de la secundaria y preparatoria en otros países.

Postnatal: En Chile se otorga un postnatal de seis meses a las madres para poder amamantar al bebé sin perder el trabajo y recibiendo el pago mensual. También es otorgable a los padres en caso de que la madre no quiera hacerse cargo o sea trabajo compartido por la pareja.

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Kajskajk holi(?

Ya sé, ya sé, ya no publico mucho por aquí...

... ¡Pero aquí me tienen!

Y sí, ese Manu es toooda una mamá(?

Y no sabía qué nombre ponerle a Galápagos... Pero Antonia no está tan mal :D

Y eso de lo del pie... Pasa... A mis compañeros les pasaba cuando jugaban.

Pobrecito Robin </3

¡Gracias por sus votos y comentarios!

¡Espero que este capítulos les guste!

¡Saludos! :D

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