—¡Aquí estoy Ice!
Alee me llama desde el otro lado del parque haciéndome señales con su mano para que vaya a su encuentro.
Corro hacia ella sintiendo el frío viento en mis mejillas y cuando al fin logro llegar estoy notablemente cansada y jadeando. Vaya estado físico el mío.
—Oye, ¿ya estás cansada? ¡Pero si no has corrido nada!
—No me digas lo obvio, además, no soy muy deportiva que digamos —consigo decir entre respiraciones entrecortadas.
—Bueno, pensé que no vendrías...
—Te estuve buscando por el otro lado del parque, es demasiado grande, la próxima vez especifica el lugar —le digo seria.
—Lo siento...—Contesta apenada.
—Bueno, no importa, ¿a dónde vamos? ¿Qué quieres hacer en esta congelada tarde?
—Uhm... ¿Te apetece esquiar un rato? —me propone efusiva.
—Buena idea —respondo sonriendo.
—¿Estás sonriendo? ¿Tú? ¿Alice Jung? Nunca te ríes y si lo haces es para burlarte del sufrimiento y dolor ajeno —abre los ojos incrédula.
—Bah, no es para tanto, vamos —le digo, haciendo desaparecer mi sonrisa.
Aileen me lleva a uno de mis lugares favoritos de esquí, que siempre se ve agradable a la vista, con un terreno tentador. Ya quiero esquiar. Me gusta mucho puesto que esquiar implica nieve, hielo y frío. Mis tres cosas favoritas.
Me coloco mi traje y las protecciones y me siento en una banca doble mientras espero a que Alee regrese con las de gafas de esquí. La banca está horriblemente fría. Momentos después siento que alguien se sienta a mi lado pero lo ignoro hasta que aquél desconocido suelta un suspiro levemente familiar.
—Vaya, vaya, señorita Jung, ni en mi tiempo libre me deshago de usted, es una desgracia.
No tengo que girarme para saber de quién se trata. Mierda, no puedo ser más desafortunada. ¿Por qué a mí? ¿Por qué él? ¿Por qué justo aquí?
—Por lo visto a usted le encanta seguirme, no se haga el sorprendido. —le digo yo sarcástica y sin mirarlo.
—No perdería mi tiempo siguiéndola a usted, no sea convencida. —Contesta él del mismo modo.
—Bueno, la conversación está bastante interesante señor Min, tanto que me dieron ganas de irme. —Me levanto de la banca y él me agarra de la muñeca.
—¿A dónde cree que va? —me pregunta y me giro para verlo, pero lleva puesto su casco, sus gafas de esquí azules y un tapabocas negro. Con todo eso puesto pasa desapercibido aquí.
—A esquiar, ¿no ve? ¿O cree que vine hasta aquí sólo a congelarme el trasero en esa banca?
—Posiblemente —no puedo ver si sonríe o no porque prácticamente tiene toda su cara cubierta.
—¿Viniste solo aquí? —le pregunto, dejando a un lado la formalidad.
—Obviamente no —me suelta de la muñeca y se pone de pie —.Vine con J-Hope, V y Jimin, deben de estar tirándose bolas de nieve ese trío de subnormales.
—Ese trío de subnormales me agradan más que tú —le digo sonriendo.
—Digo lo mismo —responde, pero en su voz noto algo diferente. La mano con la que me había agarrado la muñeca se queda ahí, pero sin hacerme presión. Diablos, no puedo verle la cara, no sé si se está burlando de mí o si está serio como siempre. Opto más por la primera opción. Quiero alejarme pero mis piernas no me responden. Este hombre me jode, me incomoda, me cambia. Yo observo sus gafas de esquí, buscando su mirada, pero no la encuentro. Me humedezco los labios y estos están tan fríos como la banca. Oigo pasos rápidos que se acercan hacia nosotros y Yoongi me suelta inmediatamente. ¿Qué rayos fue todo eso?
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Sweet Ice [Suga]
Fanfiction¿Crees en un amor tan efímero e impredecible como una estación climática? ¿Es posible que dos personas frías puedan tener un vínculo cálido, que derrita su álgido corazón? Dicen que no existen dos copos de nieve iguales... Yoongi y Ice quizás sean...