❄Capítulo 27❄

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Tocan la puerta de la habitación y Yoongi y yo nos separamos bruscamente. Él me dedica una sonrisa cómplice y yo de forma automática se la devuelvo.

—Pasen —dice Yoongi sin dejar de mirarme.

—Señor Min, disculpe la interrupción, pero el doctor me ha dicho que debía hacerle curación y cambiarle las vendas —musita la enfermera sin mirarnos. Al parecer Yoongi la intimida. Es joven, tal vez dos o tres años mayor que yo. Alzo las cejas al ver que nos mira y se ruboriza cada vez más. Yo no tengo porqué estar celosa, pero empiezo a incomodarme aquí.

—Bueno, yo ya debo irme, tengo que ir por mis exámenes —digo cortante separándome de Yoongi pero entonces él me toma del brazo con fuerza.

—No, quédate.

La enfermera me lanza una mirada un tanto desconcertante, no sé si quiere llorar o matarme...o ambas.

—Yoongi, de verdad que no puedo, vine al hospital por mis resultados y aún no los he visto. Regresaré más tarde. —Consigo regalarle una de mis más sinceras sonrisas pero él no me la devuelve. Puedo sentir la emoción interna de la enfermera y me dan náuseas.

Salgo de aquella habitación en dirección a la recepción y me topo con los padres de Yoongi, cruzamos algunas palabras y ambos me sonríen...más de lo que me gustaría. Y como siempre, son todo lo contrario a Yoongi.

Entro al consultorio del doctor Cheng con manos temblorosas y dedos fríos. Él ha sido un excelente doctor hasta ahora, siempre me ha tratado en este hospital y la ventaja es que estudió un buen tiempo en España y puede hablarnos en español, cosa que mi madre agradece enormemente.

—Eh, por fin estás aquí Ice, estaba que me arrancaba los pelos del desespero —mamá se ve mucho más nerviosa que yo. El doctor Cheng me saluda educadamente y luego saca unos papeles. Tomo asiento al lado de mi madre y siento que mis manos comienzan a hormiguear.

—Bueno, señora y señorita Jung, me temo que no les tengo muy buenas noticias.

Trago saliva y mamá toma una de mis manos. El doctor nos enseña unos papeles que no entiendo.

—Estos son los resultados de la tomografía y estos de aquí son los del electrocardiograma —habla mientras nos señala unos garabatos en las hojas —.Efectivamente usted sufre de EPOC, y con respecto al corazón, tiene una leve arritmia a causa de este, pero ese no es el principal problema. En lo que debemos centrarnos ahora es en lo que es el EPOC en sí. Se llama Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica y es una enfermedad pulmonar común e irreversible, usted puede padecer de bronquitis crónica y enfisema con el tiempo.

—¿Enfi qué? —mamá pierde fuerza en su voz y no creo que sea la única, yo ni quiero hablar.

—El enfisema implica daño en los pulmones con el pasar del tiempo, sabemos que la principal causa del EPOC es el tabaquismo, pero teniendo en cuenta que ella no fuma ni nadie de su casa lo hace, podemos afirmar entonces que la señorita Jung carece de una proteína llamada alfa-1 antitripsina, y debido a la ausencia de esta proteína se presenta entonces el enfisema.

Digiero cada una de sus palabras y no sé que decir, de mi boca no sale ni un suspiro.

—¿No tiene cura verdad? —inquiere mamá y el doctor niega en respuesta. Yo siento que palidezco, es obvio, una enfermedad pulmonar no tiende a mejorar, a menos que me hagan un trasplante, pero eso me costaría un pulmón...vaya, qué irónico.

—¿Cuánto tiempo me dan de vida?  —la pregunta me suena asquerosamente dramática y cliché pero yo necesito saber si llegaré a sobrevivir a mi desdichado cumpleaños. Esto es una completa mierda.

Sweet Ice [Suga]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora