15.

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Créanme, es algo muy difícil llevar esta vida.

Estaba mirando todo con atención. Los árboles arropan los horizontes de las carreteras, no sé por cuanto tiempo he estado despierta. Ya saben donde estamos y la idea de que tenemos que huir de nuevo, me causa molestia. Se me bajaron los ánimos. No quiero salir del calor tan pronto, apenas llevamos varios días en la temperatura veranal. Habían una cola de tres carros en la carretera en el primero mis padres, mis abuelos y mis tíos. En el segundo Richard y Blaire y en el tercero, Sam y yo.

Yo me mantenía callada, estaba aburrida, de mal humor. El simple hecho de correr porqué no nos atrapen me parece absurdo, ¿por qué no batallamos de nuevo y se decida de una vez por todas esta mierda?. Espera, estoy pensando mucha mierda. Primero, esto lo hacemos por evitar una guerra y más muertes. No queremos matar a nadie más porqué generará conflictos graves y hasta insolucionables. Pero el simple hecho de no poder andar por el mundo libre sin que un maldito lobo o caza- vampiro esté detrás tuyo, me desconcerta. Acomodé mi cabeza en la almohada que me robé del hotel y ya cuando estaba quedándome dormida, escuché a las llantas chirriar y yo casi me doy en la frente con el asiento delantero. Abrí los ojos y me senté cono se debe en el asiento trasero. Habían Muchas furgonetas tapandonos el paso, mi corazón se detuvo por un minuto, en serio.

Sam miró por es espejo retrovisor, conectamos miradas.

-no hagas nada, que te conozco, a la que quieres es a ti, primero, después se ocuparán de nosotros, así que la importante para ellos ahora mismo eres tú.- me miró como si me fuera a sacar el alma por los ojos.-no hagas ninguna maldita estupidez que pueda perjudicarnos.- planteó. Achinó los ojos.

-solo cállate Sam, sé lo que debo de hacer.- sin pensarlo mucho, bajé del auto y a velocidad vampiro me trasladé hacia donde estaban las furgonetas y varias personas afuera.

Aparecí en frente de ellos. Me dirán loca y si lo soy. No quiero matar a nadie, pero si tengo que apuntar más nombres de muertos en mi conciencia, lo haré. Todo por el bienestar de mi familia y bienestar mío. Otras me dirán ridícula, si supieran, estoy tan fustrada con esta situación, que haría lo que fuera para terminar con ella.

Un rubio alto salió de una de las grandes y negras furgonetas con detalles dorados. Y no, no era Eleazar gracias a Dios. Era su hijo Elian. Su rostro poseía cierta belleza, en si era muy guapo. Con sus cabellos sin recortar zarandeando por sus ojos. Seguramente mamá me quiera matar o seguramente todos me quieran matar.

Todos en varios segundos ya estaban a mi lado, sirviendome de apoyo, aunque alguna que otra miradita de mis padres y mis abuelos no pudieron faltar. Porqué había hecho esto sin su consentimiento. En fin, siempre hago todo sin su consentimiento. Como siempre.

Levantó su mano en el aire y recitó estas palabras.

-venimos en paz, solo queremos hablar con ustedes.- murmuró el rubio, muy calmado. Lo miré, analizando cada unas de su facciones.

-ustedes enviaron a alguien a hacerme daño, ¿cómo puede ser que vinieron en paz?

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-ustedes enviaron a alguien a hacerme daño, ¿cómo puede ser que vinieron en paz?.- acoté con una ceja arqueada. Cerró sus ojos por un segundo y me miró.

-ese era mi padre, te buscaba y te encontró, será mejor que salgas de este país en cuanto puedas.- aconsejó.

-¿y tu padre?, ¿no está escondido por ahí?.- dije mirando a mi alrededor.

-de hecho, me escape de él, precisamente. Vengo a hacer tregua.- puse cara de sorpresa y luego sonreí. Cínico.

-¿tregua?.- pregunté riendo.-¿en serio?.- volví a preguntar.

-yo también estoy cansado de esto, Sall. Ya no quiero más muertes, yo sé que si mis ejércitos se enfrentan a ustedes, tienen los días contados.- por un momento me sentí halagada.- solo quiero que mi especie no desaparezca tan rápidamente, como apareció.- su rostro reflejó una pizca de angustia, porqué lo cubrió con su cara de duras facciones, como las de su padre.

Entonces su padre volvía a mi mente. No, me rehúso a creer, es una trampa. Lo huelo por todos lados.

Él casi me mata y desde que tenga una oportunidad para hacerlo de nuevo, lo hará sin pensarlo, sin ni siquiera dudarlo ni un poquito, yo soy lo único que puede ocasionar su muerte, no dudará en matarme primero.

-no.- negué. -no te creeré.- Iba a responder, pero su mirada se perdió de repente.

-están aquí, nos han encontrado.- murmuró, me puse rígida y lo miré con los ojos abiertos.- ven conmigo, te sacaré de aqui, sé sus ventajas y sus desventajas.- suspiró, acercándose a mi. Lo miré atenta, pero no iba a caer.

-no quiero.- me volteé y en menos de dos segundos estaba en el auto, aceleré y frené en frente de Sam, él se monto sin protestar.

-agárrate, porqué esta maldita loca va a manejar muy rápido.- la mirada de Rich se conectó por un segundo con la mía, pero arranqué sin dudarlo un segundo más. Aceleré a 180, los árboles desparecían de mi vista, las llantas rechinaban con cada curva, parecía Paul Walker sobre el asfalto de la carretera.

Sonreí al ver que los perdí de vista.

Sam me miró, lo miré. Estaba con una mano agarrada del asiento y con otra agarrada del frente.

-nos están persiguiendo, debes de entenderme.- dije antes de que dijera algo más.

-no te he dicho nada, manejas muy loco, pero es lo necesario para que no nos agarren. - miré el camino pensativa.

-como quiera nos agarraran.- murmuré.- ya saben donde estamos, están pisandonos los talones, en cualquier momento nos agarran y nos fusilan, ya no más clan Sall entonces.- murmuré agustiada.

-hemos salido de situaciones difíciles.- lo interrumpí.

-pero esta es la peor, esto es la muerte o la muerte, no hay más.- lo miré, él miró al frente y abrió sus ojos.

-¡cuidado!.- gritó, miré pero ya era tarde. Una furgoneta nos chocó hasta el punto de arrastrarnos por el puente en que pasabamos, conduciendonos hasta el agua.

Mi cabeza chocó con el volante, perdiendo la noción. Caímos al agua, el carro se inundaba y ninguno de los dos reaccionaba. Solo me fundía en completa oscuridad.

Ahora pensando aquí como loca, ¿se imaginan la saga en live action?, sería fenomenal. ¿Cómo se lo imaginan ustedes?.

EnemigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora