Enemigos

3.

Familia es familia.

-¡BROOKE!, ¡BROOKE!- repetían mi nombre sin cesar, empuño los ojos, ¿qué tanto joden?, estoy en mi preciado sueño. Son las 3 de la mañana aproximadamente pero callé mis pensamientos al sentir un olor a lobo y a caza-vampiros, salté de la cama, preocupada.

-¡busquen a la ultima Sall!, ¡está en su habitación!- mi corazón dió un salto, oh por Dios, corrí a velocidad vampiro por toda mi habitación, me quité la pijama y rápidamente me puse un abrigo gris sin nada debajo, solo el sostén, unos pantalones apretados cremas, resaltando mis piernas tonificadas y mi trasero respingón y unas botas timberland, eso fue lo primero que mis manos alcanzaron.

La ventaja de ser increíblemente rápida.

Ojalá que mi familia esté bien. Cuando la puerta se abrió de golpe ya yo estaba en la ventana, lanzandome, dí una voltereta en el aire con los brazos abiertos, aterricé de pie. Me impresionó ver que una fila de caza-vampiros y lobos me esperaban, suspiro. Mierda.

-¡Brooke!- gritó la voz de mi padre, lo miré, estaban del otro lado del campo esperándome.

-¡voy detrás de ustedes!, ¡váyanse!, ¡ahora los alcanzo!- mi mamá me miró, no querían dejarme, lo sabía. Pero también sabían que yo era inteligente, sabía como salir de los problemas de un dos por tres, asentí en modo de permiso, mi padre me miró y nego. Corrieron hacia mi.

¡¿Qué hacen maldita sea?!. Llegaron hasta mi, sin toparse con los enemigos.

-¡¿están locos?!- mi abuela Sky me miró.

-sabíamos que podías con ellos, pero, familia es familia- cerré los ojos y suspiro. Pendeja mierda.

-no matemos más- rogué.-así seguirán las guerras, las batallas sin fin, hay que ser listos- mi familia asintió.-si hay que lastimar para no terminar muertos, vamos a hacerlo, pero no los matemos- susurro. Miramos a todos, Dios, ayúdanos.

Y por destino de la vida, mío, o de no se quién vaya a ser, estabamos frente a una jauri y un pequeño ejercito de caza-vampiros.

Mi abuelo Damián intentó arreglar esta situación, aunque la verdad no podíamos hacer nada por ella, pero vale el intento de hacer la paz de una vez por todas.

-quiero decir algo- vociferó, pero un idiota disparó hacia mi abuelo. Yo solo estire mi mano y la puse frente a su pecho. La estaca, llegó con una velocidad impresionante. Pero mi mano se adaptó a la forma inmediatamente, la agarre. Fue muy fácil.

La agarré entre mis manos viéndola, tenía unas ganas de arrojarselas y que le partiera la cabeza al primero con que se topara. Mis ojos se volvieron rojos con detalles amarillos, quería asesinar a cada uno, atentó contra la vida de un familiar, pero tengo que controlarme.

Dí un paso adelante.

Lancé la estaca al aire y después dí una voltereta, dándole un fuerte patada a la estaca, mandandola lejos de nosotros y lejos de ellos.

Aterricé de pié.

-¡tratamos de terminar todo esto!, ¡si hicimos algo fue para protegernos!-vociferé harta de esta situación, me harta que YO, una joven híbrida de apenas 17 años de nacida, tenga que soportar esto. Quiero ir a fiestas, emborracharme, tener sexo tranquilamente, coquetear con galanes, ir a la universidad, tener centenares de amigos.

Sentí los brazos de Sam abrazándome, en modo de que me estaba protegiendo. Me volteé y le dí la cara a su pecho y lo abracé mientras él acariciaba mi ondulado y largo cabello negro.

-¡queremos vivir en paz!, ¡¿no podemos hacer un acuerdo?!- gritó mi abuelo, pero más estacas llegaron, alcé mi mano al mismo tiempo que mi madre, detuvimos el impacto con nuestro magnetismo.

Gruñimos al mismo tiempo.

-¡los voy a matar!- exclamamos mi abuela Sky, mi mamá y yo al mismo tiempo. Tres pares de brazos nos pararon el paso. Mi padre a mi madre, mi abuelo a mi abuela y Sam a mi.

-esto no se va a acabar así tan fácil miró mi tio Duke, suspiramos. Tenemos que huir, es nuestra única salida.

-agarren a quien agarren, no dejemos que se los lleven y si se los llevan, busquemoslos- todos asintieron. Nos agarramos de manos, yo usaré mi don, para por lo menos, adentrarnos en los bosques oscuros, aunque dudo que llegue hasta ahí. Suspiro pesadamente, Dios ayúdame.

Nos desaparecimos en el aire, teletransportandonos cerca del bosque, no muy lejos de la cabaña donde nos alojabamos, se encuentra.

Aparecimos en frente del bosque, yo no podía estar más débil, pero podía correr aunque sea. Necesito sangre humana urgente.

Nos soltamos y empezamos a correr. Todo parecía resultar, pero ya no era tan rápida, mi energía la había gastado en la teletranspotación de tantas personas, un dolor se aproximó en mi pierna izquierda. Un estacaso me había dado, clavandola, casi todos habían desaparecido en el medio del bosque, yo me atrasé un poquito. Caí de rodillas y poniendo mis palmas en la tierra, para no golpearme más fuerte.

Sam se acercó a mi.

-¡corre!-grité apresurada.-estoy bien- negó con la cabeza quitándome la estaca.

-familia es familia- murmuró antes de cargarme entre sus brazos. Pero antes de ni siquiera reaccionar bien, ya teníamos a medio ejercito de lobos y caza-vampiros rodeandonos y apuntandonos. Me faltó el aire.

¿Qué haremos ahora?. Lo que prometimos, mi familia nos buscará, de eso estoy segura.

-apartenlos -exclamó una voz gruesa, varios caminaron hacia nosotros.

-no se acerquen- exclamó Sam conmigo en sus brazos. Le hicieron caso omiso, me arrancaron de sus brazos y a él le inyectaron algo, chillo removiendome, ¡¿qué será eso?!.

Unos fuertes brazos le mantuvieron quieta por unos instantes.

-tranquila, no te harán Daño- su voz era suave, masculina, como si todo lo que estuviera pasando estuviera bien o como si simplemente, yo iba a estar a salvo en sus brazos.

Era el sujeto, el padre de la tal Blaire. Ese maldito, me iba a remover, pero senti una picazón en mi cuello. Me habían inyectado la misma mierda que le inyectaron a Sam.

Me sentí con sueño, un poco cansada y somnolienta. El sujeto me acomodó entre sus brazos, observando como cerraba los ojos lentamente, sin poder luchar.

Suspiro mientras el sueño me venía.

Mientras me llevaban con ellos.