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Desperté.

Miré el techo, aún no me daba cuenta de que estaba despierta, solo miraba hacia la nada.

Sentí a alguien recostado de mi hombro, miré hacia abajo y vi cabello castaño claro esparcido por mi pecho y cama. Blaire.

Miré hacia abajo, la estaca ya no estaba. Con cuidado quité la cabeza de Blaire de mi hombro y esta quedó dormida en la almohada. Me levanté, lentamente. Descalza caminé hasta un espejo y me sorprendí al verme radiante. El único recuerdo que vuela en mi subconsciente es yo desmayandome con la estaca en mi pecho.

Me toqué el rostro, suave como el terciopelo y clara como la nieve, mi cabello negro estaba ondulado y abundante como siempre. Pensé que despertaría horrible, pero no. Aproveché y entré al baño, me dí un largo baño y salí. Me puse

Cuando estaba peinando mi largo cabello, Blaire estaba despertando, cuando cuando me vió chilló y sonrió, corrió hacia mi.

-¡estás despierta!.- me abrazó, sonreí y le devolví el abrazo. Me miró con esos ojos azules cambiantes a verdes, peiné su cabello.

-gracias por todo.- susurro, ella junto sus cejas confundida.

-¿por que?.- pregunto.

-si no fuera por ti, si tu no me hubieras dado tu sangre, nadie hubiera salido de alli. Eres la chica más valiente que he conocido.- sonrió.

-sólo hice lo que tu harías en cualquier situación, solo te copié.- reí y negué.

-hiciste lo que Blaire sabe hacer, me encantó tu actuación.- rió.

-sabía que te gustaría.- se halagó, reí y le dí un beso en su frente.-te quiero mucho Brooke. Te has sabido ganar mi cariño como nadie más y eso, que no soy tan cariñosa, pero tú, me hiciste quererte desde el primer día que te vi.- la miré con ternura y la arrullo en un abrazo de nuevo, es una buena chica, lo he comprobado. Se apartó un poco.-ven, vamos tengo algo que mostrarte.- me haló del brazo, rodé los ojos y sonreí.

Caminamos hasta la sala. El cabello rubio de Elian estaba siendo revoloteado por un niño, Eliot. Era un pequeño niño rubio, reía y reía, mientras abrazaba a su padre y lo besaba. Junté mis cejas, oh Dios mio que tierno, sonreí. Mientras que en su otro brazo había una mujer, cabello negro y largo, era hermosa, había que decirlo. Beatriz.

Sonreí al mirarlos, Elian captó mi mirada, abrió sus ojos al verme ahí.

-¡Brooke!.- todo el mundo miró, sonreí. -ven, te presento a Beatriz.- caminé hacia ellos, ella se levantó y no me dejó hablar, me abrazó fuertemente, reí.


-gracias por todo Brooke, de verdad gracias.- se apartó, sonreí.

-no hay de qué.- musité.

Miré a mi familia, sonreí y los abracé a todos, no vi a Rich por ningún lado.

Estaban muy felices al parecer, sonreí.

-nos asustaste, pensábamos que te íbamos a perder.- dijo mi abuelo.

-¿Cómo lograron salvarme?.- pregunté.

-los brujos hicieron un gran trabajo, lograron insertar sangre humana dentro de tu cuerpo, haciendo que las heridas sanaran.- explicó mamá.

-gracias a Dios la estaca no perforó mucho tu corazón.- murmuró mi padre.

Mi tía abuela Mela me abrazó.

EnemigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora