Enemigos

20.

Tal vez las cosas en este mundo no son tan malas. Me levanté con el pelo revuelto, había tenido otra noche candente con Rich. Esto me estaba encantando. Han pasado varios días de sexo desenfrenado y muchas prácticas en el patio de la cabaña.

Las cosas no han estado muy bien entre la rubia Ayme y yo, ni entre ella y Rich, y de eso me alegro infinitamente.

Rich se había levantado hace unas dos horas, me bañé y me puse

Solté mi cabello y lo peiné con las manos, bajé, pero escuché una conversación no muy grata en la habitación de Ayme. Al escuchar la voz de Rich, paré en seco.

-si tú no le dices, le diré yo.- murmuró la voz femenina.

-no seas metiche, eso no te incumbe a ti, Ayme, deja de meterte en mis asuntos.- se sulfuró. ¿Qué es lo que me tenía que decir?, oh Rich, no me hagas desconfiar de ti ahora que estoy tan bien contigo.

-¿crees que no me duele el verte con ella?.- preguntó con voz dolida. Rodé los ojos al escuchar aquello, ella si es una llora guevo, como le digo yo.

-ya lo nuestro termino, ¿no entiendes esa oración Ayme?.- preguntó.

-se nota que la quieres, no la tratas como me tratabas a mi, con la punta del pie, en cambio a ella, la abrazas, la besas.- sentí su voz deteriorarse. Sonreí mientras pasaba mi lengua por mis labios.

-es mejor que te olvides de mi, ve a conocer a otros hombres, nosotros hace años nos divorciamos, pero tú sigues en lo mismo.- expresó.

-¿y si te amo?, ¿si nunca te he dejado de amar?, por Dios Richard, no he dejado de sentir esto, me robaste el corazón y los mejores años de mi vida, debes de entenderme.- pero caí en cuenta. Se le veía que lo amaba con toda su alma, ¿o era obsesión?, el punto es, ya debe de buscar que hacer con su vida, no puede hacerse eso. Aunque por mi que se explote de sufrimiento. No me importaría si se muriera.

Escuché un largo suspiro de Rich.

-ay Dios mio Ayme.- se quejó.- la única cosa que nos enlaza es Blaire. Pero ella tampoco te soporta.

-si esto es por ella, haré lo posible por qué nos llevemos bien, lo que sea.- fue interrumpida.

-¡que no quiero nada contigo!.- ¿pero dónde diablos quedó su dignidad?, ¿se la metió por el culo o qué?. Yo me ahorcaría si me dijera alguien eso, hasta le doy la pistola para que me diera un solo plomazo. -ya estoy cansado de tener está conversación una y otra vez contigo.- sentí su cansancio.-pero no te atrevas a tocarle ese tema a ella, porqué te mato con mis propias manos.- murmuró, se veía muy importante de lo que hablaban.

¿Qué diablos era?, quería saberlo, la duda taladraba mi cabeza sin cesar, ¿qué puede ser?. No comprendo. Esto me hace desconfiar de ellos.

-como quiera va a pasar si no le contamos.- murmuró, sentí su sonrisa amarga.- como quiera se va a enterar por otros medios y será mucho más doloroso para ella y te odiará para toda la vida.- me quedé tiesa al escuchar esa parte.

Y te odiará para toda la vida.

Debe de ser muy grave entonces, no comprendo nada de lo que dicen y ansío saber que es lo que no debe decirme. Le preguntare directamente a Ayme si es necesario.

-pero mientras nadie abra la boca por ahora, todo estará bien.- escuché la risa.

-te querrá matar cuando se entere.- con cada palabra que decían, más mis nervios crecían y la desesperación por saber, me carcomía la conciencia.

¿Qué mierda es eso que no me pueden decir?.

Me traté de relajar para seguir escuchando.

-sólo trata de callar tu boca y todo saldrá bien.- no pude evitar y esperar a abrír la puerta y me encontré con los dos. Miré a la pareja de idiotas, con una mirada seria.

-¿Qué es lo que no puedo saber?.- pregunté instalandome en la puerta, Rich se puso tan blanco como el papel y juro que casi se desmayaba.

A Ayme no le cabía la sonrisita de puta en el rostro.

-no es lo que piensas.- murmuró Rich, veía como sus nervios lo controlaban, sus ojos iban a salir de sus órbitas.

-¿y qué de supone que pienso?.- pregunté con voz fuerte acercándome a él lenta pero peligrosamente. Odio cuando me guardan secretos y más cuando este secreto supuestamente puede hacer que yo odie y quiera matar a Rich. Me llenan de dudas e inseguridad.

Me da el derecho de dudar, de yo pensar cualquier tipo de cosa y la confianza que tenía hacia Rich se iba deteriorando conforme a los segundos que duraba en responder.

-si, dile Richard, cuéntale todo.- sonrió mirándolo, Rich le lanzó una mirada de desaprobación y odio.

-déjame explicarte.- susurró.

-te estoy dando todo el tiempo del mundo maldita sea, mientras más duras para responder más dudo yo, y más te jodes tú.- escupí con rabia.

Ya a Rich no lo veía como un hombre super alto y fuerte y mayor. Se veía como un perrito asustado.

-me encantaría saber lo que ustedes me están ocultando.- muero de ganas por saberlo mejor dicho.

La ira en mi está creciendo, no me gusta esperar.

-perdóname.- mi cara se distorsionó al escuchar esa palabra, varias lágrimas empezaron a salir de sus ojos, la fachada del tipo duro se había ido.

-¿por qué?.-pregunté más confundida que antes, pero ojo, el enojo no se había ido. De pronto siento algo en mi espalda, me habían clavado una estaca. La estaca sobresalió y veía la punta salir de mi estomago, miré a Rich y lo miré con terror.

¿QUÉ DIABLOS?. Ayme sonrió grandemente.

Caí de rodillas. Sentí varios pasos, un alto hombre se puso delante de mi... Eleazar.

Miré a Rich, miles de pensamientos estaban en mi mente revoloteando. Pero uno se quedó plasmado en mi mente.

Nos traicionó.

Las lágrimas ya estaban en mis mejillas mientras lo miraban sin expresión alguna.

Un dolor muy grave abarcaba mi pecho, ahora mismo mis pensamientos no pueden ponerse en su lugar.

¿Era esto?, ¿quería que llegaran para decirmelo?. Obviamente. No me podían decir antes, sino hace rato nos habíamos escapado.

Y con un golpe de parte de Eleazar, me desvanecí.

Esto no puede estar pasándome.