25.

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Elian pasó al mando de los caza-vampiros, eso significa que hay una raza menos en nuestro camino.

Todo ha ido mejorando. Mi relación con Blaire ha sido la mejor y eso me encanta. Ayme, no ha vuelto a molestar, se dió cuenta de que lo que hacia estaba muy mal y que debe de seguir su vida lejos de aquí. Aunque claramente vendrá a visitar a su hija de vez en cuando.

Todos yaciamos en el patio de la casa de Washington. Es tan hermoso, la casa es grande y antigua, en esta casa era donde mis abuelos se enamoraron y aquí era donde mamá vivió parte de su niñez.

Los kilómetros y kilómetros de flores adornaban la tarde de picnic, Blaire jugaba con Loren, Peter, Anne, Dany y Dinora. Mientras que los otros observaban y reían de cosas que le han pasado en estos años, que todos hemos estado separados. Yo yacía en el pecho de Rich, estábamos acostados en la suave grama disfrutando del aire fresco y disfrutando uno, del otro.

-¿Cómo lo tomo mi familia cuando supo que nos traicionaste?.- pregunté en voz baja.

-no estuvieron muy de humor que digamos.- dijo gracioso Rich, reí.- pero al ver que lo hice por mi hija y que luché junto a ustedes, se redimieron. Notaron que yo te quería en serio y que todo fue un error que yo cometí.- susurró peinando mi cabello, lo miré y acaricié su rostro.

-quiero vivir todos los años de mi vida contigo, Rich.- sonrió y se levantó, sentándose, sacó algo de su bolsillo trasero. Me tapé la boca al ver que era, abrió la cajita dejando ver el hermoso y brillante diamante que tenía en la sortija.

-oh Dios mío, oh Dios mío.-murmuré con emoción.

Sonrió.

-Brooke Moon Sall, ¿te casas conmigo?.- preguntó, yo casi grito de la emoción que sentía en mi pecho.

-si, si, si, si, si.- salté de la felicidad hacia él, todos sonríeron ante la escena.

-¡no tengo que repetirte nada!, ¿o si, Richard?.- se oyó la voz del abuelo. Reímos y nos besamos, sonreí en medio del beso.

Y así, todos nos felicitaban y nos halagaban que seríamos unos buenos esposos.

No pude parar de sonreír y de ver mis manos, estaba tan feliz, me sentía bien. Demasiado bien e imagínense a la Blaire, rebosaba de felicidad.

Llegó la noche, todo parecía tranquilo, pero no.

Los lobos, sedientos de venganza, concurrieron a Washington en busca de ella.

Estábamos dormidos, cuando un olor a lobo inconfundible me despertó. Miré por la ventana y casi me desmayo al ver todos estos lobos. Abrí los ojos desconsideradamente, mierda, mierda, mierda, mierda.

Salí de la habitación, en busca de abuelo y papá, me encontré a Sam.

-¿viste eso?.- pregunté caminando hacia él.

-¿Qué si lo vi?, ¡lo olí!.- dijo arrugando su nariz.

Rich hablaba con Blaire en la puerta de donde dormían.

-quédate aqui, vengo en un momento, ¿si?.- preguntó.

-te espero, papá.- Rich le dió un beso en su frente y esta cerró la puerta. Rich y yo nos miramos, pero, ¡ya basta de cursilerias!, aunque no pude evitar sonreirle. Puto sentimientos.

Y de nuevo sonreí ante mis pensamientos. Bajé la escaleras.

-papá.- llamé, este volteó.

- Brooke.- murmuró, mamá y abuela iban bajando las escaleras.

-otra guerra no, por favor.- rogó mamá.

-esto nunca terminará si seguimos así, matando, hay que buscar otra salida.- musitó abuela con los brazos cruzados, la miré.

-sólo queda hablar entonces.- susurró abuelo y se volteó para abrir la puerta. Vamos a enfrentar a lo que le hemos estado huyendo desde hace tantos años.

Nos paramos en una fila horizontal.

Loren, Peter, luego Alexandra y Colin, y Dany, Dinora, Duke, Mela, luego mamá, papá, abuelo, abuela, Rich y yo. Luego Sam, Vanessa y Anne junto a James.

Todos en línea horizontal, listos para todo. Pero lo que esperábamos era paz, absoluta paz, ya estábamos casados de estar luchando y matando, ya era hora de que estuviéramos tranquilos.

-ya no quiero más guerras, no quiero más matanzas.- anunció mi abuelo, Damián.

-eso no lo habrías dicho cuando mataron a todos esos lobos de la manada Moon.- gritó uno.

-¡no fuimos nosotros!.- se agitó mamá.

-de hecho, yo soy Isaac Moon, antiguo alpha de la manada Moon, manada que ya se deshizo. No fueron ellos y yo estoy de testigo.- el chico sonrió de lado.

-el chico que se imprimió de la vampiro, lo sabemos.- susurró el chico, a quien ya le quería arrancar la cabeza.

Pero no, debo calmarme.

-sólo fue un error, no fuimos nosotros quienes matamos a esos lobos y si matamos a alguien más, lo hicimos para protegernos y mantenernos a salvo.- vociferó mi abuelo, nos miramos.- debo de hablar con ellos cara a cara, no puedo estar gritandoles.- miró hacia la multitud de lobos que habían.

-no vas a ir solo.- dijo mi abuela.

-claro que no, iremos los hombres de la familia.- pauso.- Isaac, Rich, Peter, Duke, Colin, Sam y James, acompañenme.- sonreí, al ver que el abuelo ya consideraba a Rich, como familia, y no familia, le dio el nombre de 'uno de los hombres de la familia'. Me sentí alegre al escuchar aquello.

Los seis fueron ante la multitud y nosotras nos abrazamos en cadena. Esperando cualquier acontecimiento.

Duraron casi una hora ahí parados conversando, hasta que al final, el chico alto a quien le quería partir la cara, le dió la mano a cada uno. Nos miramos entre todas, juntando nuestras cejas.

La multitud iba despejando, los seis reían y conversaban entre todos. Llegaron hasta nosotras.

-¡somos libres!.- Sam empezó a correr alrededor de nosotras como un gay.

-ya no somos profugos.- rió papá.

-¿ya a somos libres?.- pregunté saltando de la felicidad, es que no me lo podía creer, tantos años huyendo, ya a se me hace rara la sensación de que nadie ya nos persiga.

-si, somos libres.- sonrió abuelo. Todos nos abrazamos y sonreímos. Mamá besó a papá, abuelo a abuela y así todos fueron besando a sus parejas, y yo le dí un dulce beso a Rich.

-¿y cómo fue que lograron hacerlo?.- preguntó mamá.

-pués sólo hablamos y le comentamos todo lo que ha pasado en todo este tiempo, ellos entendieron que era un mal entendido, la cosa era hablarlo y ya.- musitó mi padre.

Somos libres.

Libres al fin, después de tantos años entre guerras y matanzas. Donde todo comenzó, es donde todo terminó, en aquella casa de Washington.

EnemigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora