5.

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Mi vida solo ha consistido en ver guerras a mi alrededor, de ver como cuerpos de vampiros se ponían grises al morir, de madurar rápido al aprender a como mantenerme a salvo en cualquier caso que acontecía. Me empujé a ser lista e institiva, cuando era muy torpe y pensativa. Mi adolecencia me la pasé haciendo pruebas de fuerza, entrenando para cualquier cosa. Pero hay una mierda que no me deja cumplir mis cosas, la maldita sangre. Sin ella solo soy un objeto, tengo que depender de ella y eso me enfurece.

Mi niñez no fue mucha. Crecí en menos de 4 años, mi crecimiento se detuvo al cumplir los tres años de nacida, donde ya parecía una chica de 16 años. Todos los días, crecía varios centímetros, aunque no eran muchos, pues me quedé un poco enana. Pero mi mente era demasiada avanzada, podía percatarme de todo con solo 1 mes de nacida. Ya a los 17 años de nacida mi crecimiento se detuvo y me quedaré así para toda la aternidad si no muero por una cosa o la otra. En este mundo del ahora, creo que si no muero, es solo Dios dandome otra oportunidad y un poquito de suerte.

Y ahora volviendo a la realidad, el tipo de pelos negros se veía tan joven como Sam, pero sabía que era un hombre de más de 30 años. Seguro es una clase de don o habilidad de caza-vampiro, no envejecer tampoco.

-¡¿qué clase de osadía es esta Richard Jones?!- ¿Así con que Richard cabrón?, el viejo exclamó.

-Eleazar, con todo el respeto que le debo, creo que es suficiente- no puedo creer lo que esta haciendo, que alguien me golpee, un pellizco no va a hacer que despierte de este sueño. Es un sueño, ¿verdad?.

-¡nadie me dice que hacer!- exclamó. Quitó a Richard de su camino y me miró. Sus ojos se volvieron negros, ¿qué está haciendo?. Se fue acercando lentamente a mi.

-no le hace nada- lo miré raro. No moví ni un solo dedo, levantó su mano para tocarme, pero me alejé. -¿por qué no genero dolor en ella?- preguntó, mirando su mano de reojo.

Richard me miró. En su mirada había algo... extraño.

-es inmune- murmuró.

-¡¿Cómo?!, ¡nadie es inmune a mi poder!, ¡¿cómo es que ella si?!- exclamó.

-no lo sé, intente con el chico a ver si su poder está defectuoso.-Eleazar miró a Sam con esos ojos negros profundos. Sam empezo a jadear, cayó al piso de rodillas y gritó a todo pulmón que le dolía. La multitud gritaba y añoraba este momento, yo no. Me hinqué a su lado, estaba muy angustiada. Se tiró al piso, mientras gritaba.

-¡ME DUELE!- miré al maldito de Eleazar y me lancé hacia él, saqué mi puño y fuertemente lo golpeo en la quijada, ojo y nariz. La rompí, mi puño quedó lleno de su sangre, su olor me embriagó. Es un caza-vampiro de sangre pura, uno de los primeros que existió. Acerqué mi puño a mi boca y lo lamí, cerré los ojos al sentir su sabor e hice una clase de gemido vibrante al sentir su calidad contra mi lengua, saqué mis colmillos, pero antes de que se los clavara, reaccionó, me puso debajo de él, alzó su puño para contactar mi cara pero paró al ver la susodicha. Al ver mis ojos mirando justamente lo suyos.

Un hombre no puede resistirse contra una mujer hermosa y no solo hermosa, que sabe que es fuerte y con un instinto maligno como el mío. Me quedé quieta, examinaba mi cara muy lentamente, mientras decidía si me golpeaba si o no. Sabía que no lo haría, mi piel palida, mi cara de perra, de una inocente perra, mi cuerpo de prostituta, mi cabello de india.

Un poco perra, un poco inocente. Yo tenía todo, pero tambien tenía un defecto, una muy mala actitud. Aunque se quedó viendome en un buen rato. Reaccionó, pero solo golpeó la tierra al lado de mi cabeza. Miré su mano a unos centimetros de mi y luego lo miré a él.

Conozcan unos de mis talentos. No es un don oficialmente pero la broma que me hago a mi misma es decir que con solo una mirada puedo tener un hombre a mis pies. Y es cierto.

Los gritos de Sam habían cesado, gracias a Dios. Estaba angustiada por el, ¿y si le hizo daño?, quería ver, pero este tal Eleazar no se me quita de encima, se paró, mientras me miraba. Sé que estoy buena, pero ya, joder.

Extendió su mano, pero yo me paré por mi cuenta.

-llevenla al matadero- demandó, ¡¿qué?!, la multitud festejaba. El tal Richard se le veía en sus ojos que quería ayudarme, cosa que no sabía por qué. A Sam lo acorralaron con armas, pero se removía para ayudarme. Lo miré, una clase de frio metal paro en mi espalda desnuda. Un arma. Me obligaron a caminar hacia un trayecto desconocido, iba observando todo con ojo de halcón, mirando los pasillos de esta kilometrica hacienda. Era antigua, de muros fuertes, al parecer fue hecha en la época renacentista y mantenida. Llegamos a una puerta de hierro, la abrieron con gran dificultad, me obligaron a entrar, me empujaron, luché contra ellos pero me pusieron una estaca en frente de mis ojos. Me tranquilicé, muerta no haría nada. Yo no entendía nada de lo que estaba pasando. Al parecer no conozco nada de ellos, ¿tienen dones?, ¿como nació esa especie?, ¿cuándo?, ¿por qué?.

Un estruendo se escuchó, la puerta de hierro rechinó al ser abierta. Eleazar entró sin mirarme, en su mano había una escopeta con una estaca dentro, tragué saliva mirandola, me miró y caminó por la habitación.

-¿quién te crees que eres para desafiar mi poder?-alcé una ceja. No entendía nada de nada.

-no entiendo nada- murmuré.

-¡silencio!- me gritó.

-¡a mi no me grita pendejo!-le grité de vuelta. Él con un arma en la mano y yo de loca. Me apuntó en la frente de una manera rápida, yo me quedé quieta, mi cara daba a demostrar irritación. Él no entendía por qué.

-hubo una profecía al momento de crear nuestra especie- comenzó a hablar.-yo soy uno de los más antiguos y más poderosos que hay. Soy un caza-vampiro de sangre pura, por eso me dieron un don, el don del dolor.-pausó mientras bajaba el arma, se volteó y buscaba una camiseta vieja encima de la mesa. Me la tendió y me la puse sin protestar.-mi esposa era una bruja, yo la engañé con una de sus amigas y ella me echó una maldición- me miró.-"va a nacer una persona, quien va a ser inmune a todos tus poderes, que será la única que podrá poner fin a esto"-citó sus palabras.-pensé que todo era inventos de ella, después de eso, varios días después encontré mi casa revuelta y sin ella, dejándome a mi y a Elian solos- se rascó la barbilla mientras me miraba.-ella dijo que había alguien en el mundo inmune a mis dones, no le creí- susurró y de un momento a otro, tenía la boca de la escopeta en mi frente.-dile adiós a este mundo híbrida- iba a halar el gatillo, pero escuchamos gritos y un olor a vampiro llegó a mis fosas nasales. Miramos a la puerta al mismo tiempo.

Quité el arma de sus manos, la rompí en dos pedazos, golpeé su cabeza, teníamos una lucha de hombre a hombre por así decirlo. Él no tomaba en cuenta que yo era mujer, me golpeaba sin piedad. Lo dejé en el suelo, mientras rápidamente aprovechaba este corto momento para salir de aquella habitación.

Pués mi familia ya ha llegado a rescatarnos.

EnemigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora