23.

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Estaba cabizbaja.

-matenla, ya no hay más nada que hacer con esta basura.- murmuró Eleazar, estúpido imbécil.

Un hombre se acercó a mi, me agarró por el cuello. Pasó todo tan rápido, quité su mano, doblandola  y rompiendola, atraje su cuerpo hacia mi y arranqué carne de su cuello, dando liberación a mucha sangre. Los olfatos y sentidos de mi familia se agudizaron al sentir el olor. Me teletransporté y levanté a mi tío Duke, quien estaba despertando por el olor de la dulce sangre. Abrió los ojos lentamente, abrió sus labios secos y yo puse la muñeca del tipo. Este empezó a beber.

-despierta y alimenta a todos.- avisé, solo atinó a beber más sangre y más sangre. Sentí la presencia de alguien detrás de mi.

Sonreí, me volteé y con una patada en los pies cayeron y como prometí, de un solo jalón arranqué los huevos del tipo. Este gritó como niña.

-nunca te metas con una Sall .- Gruñí, partiendo su cuello de una sola patada. Hoy lamentablemente me encontraron con el pie izquierdo, ando más sádica que nunca.

No veo a Sam por ningún lado de esta habitacion y eso en verdad me preocupa demasiado. También me preocupa donde se encuentra Vanessa, ojalá no le haya pasado nada.

Casi todos los hombres se abalanzan  hacia mi y como dije, terminaba destruyéndole  su preciado amiguito de una patada o de un simple, jalón. A las mujeres también, creían que iban a escapar de mi, pues no. Con mi magnetismo evitaba que los caza-vampiros se acercaran a mi familia, mientras luchaba con más de 5 al mismo tiempo.

Tío Duke estaba de pie junto a mi padre y junto a mi abuelo, estaban dando de alimentar a mi abuela, a mi madre y a mi tía abuela Mela.

Mientras les arrancaban la cabeza a varios caza-vampiros. Habían salido de la pequeña burbuja de magnetismo, para ayudarme. Varios tipos con estacas intentaban clavarmela, pero yo era mucho más rápida y se las clavaba a ellos mismos, agilmente.

Gracias a Dios todo esta saliendo bien, pero me dí cuenta que el idiota de Eleazar no se encontraba en la habitación, no sé a donde haya ido pero terminaré con él. Observé con que la la habitacion, Blaire había también desaparecido. Verga.

Miré todo el lugar, Rich también nos ayudaba a matar a su misma raza. Más muertes, mierda, no más muertes. Ya no quiero más muertes, pero si no son ellos, entonces seremos nosotros.

Miré el pasillo largo, tenía muchos pasillos dentro de él, pero recuerdo donde era el despacho de Eleazar y lo mataré con mis propias manos.

Paré al oler sangre. Oh no, Vanessa.

Salí corriendo hasta donde venía el olor a sangre, quejidos salían  de la boca de Vanessa, mientras su cuerpo tenía varios espasmos. Arranqué la puerta y entré sin dudar.

Casi grito al ver a Vanessa, con su pecho lleno de sangre y una estaca en el mismo lugar, como si ella fuera vampiro. Oh por Dios. Me agaché hacia ella, Sam estaba enganchado entre cadenas del techo. Estaba inconciente aún, cosa que me sorprendió, ya que hay sangre a su alrededor y no ha despertado.

Puse dos dedos en su cuello, casi estaba muerta, las lágrimas salieron, de desesperacion. Sé que Sam no quería que ella se convirtiera ahora, pero así perdería  a su alma gemela y no se lo perdonaría nunca. Lo siento Sam, tengo que hacerlo. Me mordí la muñeca y abrí  los labios de vanessa, puse mi muñeca entre sus labios, la sangre comenzó a caer por su garganta. Cuando ya era suficiente, quité mi muñeca de sus labios y le arranqué la estaca, para que muriera más rapido.

-bienvenida Vanessa.- susurro, sólo hay que esperar.

Miré a Sam y caminé hacia él, de un jalón las cadenas ya estaban en el piso, este cayó de rodillas, volví a morder mi muñeca ya que esta había cicatrizado rápidamente y la puse sobre sus labios, este clavó sus colmillos en mi fuerte piel y empezó a succionar, yo lo abracé, mientras terminaba de alimentarse. Voy a tener que beber más sangre.

Me miró con sus ojos rojos.

-ya me encargué de ustedes, me tengo que ir.- susurro, miró a Vanessa.

-¿Qué le hiciste?.-preguntó acercándose a ella.

-hice lo que tenía que hacer, Sam.- y sin esperar respuesta, me largué. Corrí por los pasillos sin parar, hasta encontrar esa puerta, la abrí de un solo tirón y miré a Blaire tirada en el piso.

Corrí hacia ella, estaba inconciente pero no me percate de la presencia de alguien más. Sentí una gran patada, volé hacia la pared y esta se hizo añicos. Me levanté en otra habitación, y vi el gran hoyo por donde pase. Mi cuerpo dolía por  semejante golpe, miré al frente, Eleazar tenía una ballesta con estacas. Me apuntaba, sonriendo maliciosamente, yo lo miré cansada, cansada de él.

-mira como estamos ahora pequeña Brooke, la profecía se está cumpliendo, pero hay una cosa, es que yo te terminaré matando y seré luego invencible, inmortal,  para toda la eternidad.- murmuró con gracia, no, no podía dejar que eso pasara, no me lo perdonaría, si en este mundo hay personas como él vivas. Soy la única que puede matarlo y lo mataré, aunque sea lo último que haga en este momento.

-eres tan insignificante, Eleazar.- sonreí y me incorporé.- inseguro y detrás de ese cuerpo tan voluptuoso y músculos super gigantes, está un tipo asustado y débil.- lo observé.- ¿dónde está la familia de Elian?.- pregunté, sonrió.

-están por ahí, de verdad no me acuerdo donde los dejé.- junté mis cejas.

-estás mintiendo.

-están por aquí, en esta mansión, solo hay que buscarlos muy bien.- aclaró.-pero claro que tú no lo harás.- me apuntó nuevamente, yo solo desaparecí de donde estaba. Le había dado mucha sangre a Sam y a Vanessa y si seguía usando mis dones, me iba a debilitar seriamente.

Pero este era el único momento, en que podría matar a Eleazar de una vez por todas.

Caí encima de él y tomé la ballesta con mi mano pero este la jaló hacia él, jalando el gatillo, sentí la punsante estaca en mi pecho, pero este era el momento.

Metí la mano en su pecho violentamente y arranqué su corazón, de un tirón. Este me miró con los ojos abiertos y su respiración se fue, tenía su corazon, en mi mano, fuera de su cuerpo, su último suspiro y este cayó hacia atrás, miré mi pecho quien estaba adornado por una hermosa estaca. Me bajé de su cuerpo, pero  al hacerlo me dejé caer hacia atrás, quedando a  su lado. Solté el corazón de Eleazar.

Me siento bien ya que me sacrifiqué por el mundo. Cerré los ojos, sonriendo.

EnemigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora