El amor no entiende de fronteras

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Querido anónimo,

Lo sé, estarás pensando 'pero qué mariconada de título es ese, S. Harrison, no se suponía que tú no creías en el amor?'. Ya, se suponía. Calla y escuchame.

No vengo a contarte que estoy enamorada ni nada de eso. Sólo quería compartir contigo una historia de amor que, aunque probablemente falsa, me hizo llorar y no sé, me gusta el mensaje. Ahí va:

Ella es de la Habana, él de Nueva York, ella baila en tropicana, a él le gusta el rock. Ella vende besos en un burdel mientras él se gradúa en U.C.L.A. Ella es medio marxista, él es republicano; ella quiere ser artista, él odia a los cubanos. Él cree en la Estatua de la Libertad y ella en su vieja Habana de la soledad. Él ha comido hamburguesas, ella moros con cristianos. Él, el champagne con sus fresas y ella un mojito cubano.

Ella se fue de gira a Yucatán y él de vacaciones al mismo lugar. Mulata hasta los pies, él rubio como el sol; ella no habla inglés, y él menos español. Él fue a tomar un trago sin sospechar que iba a encontrar el amor en aquel lugar.

Lo que las ideologías dividen al hombre el amor con sus hilos lo une en su nombre.

Ella mueve su cintura al ritmo de un tan tan y él se va divorciando del Tío Sam. Él se refugia en su piel... la quiere para él; y ella se va olvidando de Fidel.

Qué sabían Lenin y Lincoln del amor; qué saben Fidel y Clinton del amor....

Ella se sienta en su mesa, él tiembla de la emoción; ella se llama Teresa y él se llama John.
Ella dice hola chico, él contesta hello; a ella no le para el pico, él dice speak slow.

Él se guardó su bandera, ella olvidó los conflictos; él encontró la manera de que el amor salga invicto: la tomó de la mano y se la llevó; el yanqui de la cubana se enamoró.

Ahora viven en París, buscaron tierra neutral. Ella logró ser actriz, él es un tipo normal. Caminan de la mano, calle Campos Elíseos, como quien se burla del planeta y sus vicios.

Pues eso querido anónimo, no sé si te habré aburrido profundamente, sólo quería hacerte reflexionar un poco sobre ésto.

Siento tenerte tan abandonado.

Te quiero.

S. Harrison.

Manual de desahogo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora