Querido anónimo,
Por favor, no me mires así.
Simplemente te quedas mirándome mientras lloro y siento el dolor. Es muy duro para mi oír que esto podría ser el final.
No me mires así otra vez.
No sé lo que he hecho para hacerme sentir que no soy suficiente, que nunca lo he sido.
Y peleo contra mí misma, me miento, nada está bien. Grito, lloro. No puedo entenderlo.
Dime por qué esto me está matando por dentro.
Dime por qué he perdido mi luz.
Dime por qué intento sobrevivir en vez de vivir.
Dime por qué pienso todas las noches en todo esto mientras lloro, mientras muero.
Sólo siento todo el odio. Le doy demasiadas vueltas a todo. Y me doy cuenta de que no me merezco ni una sola de mis lágrimas. Al menos me queda fingir que el mundo no existe.
Me quiero. Me odio. Me rompo. Me recupero. Me quedo. Me dejo. Hasta que no puedo apenas respirar.
Dime por qué, querido anónimo.
Dime por qué.
S. Harrison.
