Cada lunes, Casilda entraba en casa encogidita bajo el peso de su aguayo. Envuelta en aquella tela de colores venia nuestra comida para toda la semana ¡Mecachis lo que pesaba el condenado aguayo! Una vez probé a cargarlo y me pareció que me habían puesto sobre la espalda la bola del mundo.
Casilda descargaba el aguayo en la cocina y lo extendía en el suelo.
– A ver si está bien lo que he traído, mamita... Una libra de choclo, dos paltas, una cuarta de maní, una libra de yuca, zapallo y chuño para sopita...
A mi aquellos nombres se me hacían agua en la boca. Hasta los alimentos que ya conocía de antes me parecían distintos y de los más exóticos cuando Casilda los llamaba con esos nombres nuevos. Y me olvidaba de que el choclo no era otra cosa más que maíz; el maní, cacahuete; el zapallo, calabaza, y el chuño, una patata deshidratada, pequeña y negruzca, que recordaba, con perdón, a una cagarruta de cabra.
Por eso, uno de aquellos lunes quise ir al lugar de donde salía tanta maravilla.
– ¿Puedo ir contigo al mercado, Casilda?
– ¡Vamos pues, señorita! – exclamo Casilda. Y creo que no se habría puesto más contenta si la hubieran invitado al cine.
Yo hasta entonces no me había atrevido a subir sola en ningún transporte público. Todo lo que tenía que ver con el tráfico me parecía demasiado misterioso, lioso y hasta peligroso. Porque a ver: 1) ¿Cómo se suponía que cruzaba una la calle si apenas había semáforos? 2) ¿Dónde estaban las paradas de autobuses y de esas furgonetas que llamaban trufis? 3) ¿Qué gritaban esos chicos que asomaban la cabeza por la ventanilla de los trufis? 4) ¿Por qué a veces, cuando íbamos Padre y yo en "nuestro" taxi, de pronto se colaba otro pasajero?, y 5) ¿Por qué todos los coches pitaban sin parar?*
Cuando salí con Casilda a la calle me di cuenta que era maga. Para ella resultaba muy fácil poner orden en todo aquel jaleo.
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Soluciones: 1) Como pudiera. 2) ¿Qué paradas? Uno sube y baja donde le parece. 3) Gritan los nombres de los sitios por donde pasa el trufi. Por ejemplo: Orahecalacotosamiguecotacotachasipampaaaa quiere decir que el trufi va por Obrajes, Calacoto, San Miguel, Cota Cota y Chasquipampa. 4) Cualquier taxi te lleva aunque este ya ocupado si tu destino le pilla más o menos de camino. 5) ¡A saber!
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Tenía poder sobre los coches, que frenaron sin protestar a un milímetro de su pollera rosa cuando cruzo la calle sin mirar. Hizo parar un trufi frente a nosotras con solo un movimiento de los dedos. Después de un rato largo de viaje pronuncio las palabras mágicas "esquina abajo". La furgoneta dio un frenazo para que Casilda y yo bajáramos, y los sombreros volaron por los aires.
Estábamos en la zona del mercado: calles y calles llenas de cholas sentadas en el suelo ante sus puestos, y yo que no tenía bastantes ojos para mirarlo todo. Limones bien ordenaditos en pirámides que parecían a punto de desmoronarse. Especias y condimentos de todos los colores en grandes sacos donde daban ganas de hundir el puño. Pezuñas y tripas de cordero expuestas al sol. Esos pescaditos de plata que llaman ispis. Sandias abiertas riéndose al sol. Piñas. Mangos. Hojas de coca. Enormes zapallos. Y sobre todo, papas. ¡Qué cantidad de papas! Había una calle entera donde no se vendían nada más que papas. Bueno, eso de "nada más que papas" era una simplificación de gringa ignorante, como cuando uno dice que todos los chinos son iguales. No todos los chinos son iguales, y las distintas clases de papa – más de doscientas – son aún más distintas entre sí que los chinos, como enseguida me iba a mostrar Casilda.
- La papa chiquita y negra ya la conoces. Es el chuño – me explico – Esa como un guijarro blanco y chico es la tunta. ¡Mira, señorita! Tienen papa pureja. Hemos de llevar. Muy buena para cocida sabe ser. Rica y harinosita. ¿Esa? Esa es imilla. Y a la de al lado en aimara la decimos "pie de gato", por la forma que tiene, ¿no ve?... ¡No! Eso no es papa. Es camote. Medio dulce sabe ser...
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La Tierra de las Papas - TERMINADA
RandomA María que ha nacido y vivido siempre en Madrid, se le cae el mundo encima cuando su padre le dice que se van a vivir a Bolivia. Lo primero que hace es declararle la guerra fría; lo segundo, consultar en un atlas: ¿dónde queda Bolivia? Lo tercero e...