Capítulo Treinta y Uno

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En la noche indagué mucho lo de Selena y ya estoy decidido a algo. Creo que por ahora es lo mejor. Fui en la mañana a visitar a Carly tenía días sin verla.

Dichosos los ojos que te ven, Justin-. Me dice la mamá de Carly abriéndome la puerta.

Es que he estado ocupado-. Mentí.

Mm ok, Carly tienes visita-. Dice ella dirigiéndose a su habitación. Carly se asoma y me sonríe mientras se acerca a darme un abrazo.

¿Ya tienes teléfono?-. Me pregunta Carly.

Me quedé en silencio agachando mi mirada para luego negar levemente con mi cabeza.

Bueno menos mal que vino me voy al medio día-. Dice ella caminando a la sala para tomar asiento.

Bueno no fue mala idea visitarte entonces-. La seguí y me senté cerca de ella.

Ella estaba concentrada en su teléfono mientras que mi mente me llevaba a pensar cosas de la vida como: "Es increíble tener que uno estudiar en otro estado porque en el que vives no puedes ejercer nada bueno, si yo me hubiese ido ¿Qué fuera de mi vida en estos momentos? Pero ciertas cosas ocurren porque a lo mejor nuestro destino es distinto al que imaginamos, bueno siempre lo ha sido."

¿Y tu hermano?-. Pregunta Carly sacándome del ensimismamiento.

Pues no he sabido nada de él, sigue por allá en San Cristóbal-. Carly y mi hermano mantuvieron un romance hace pocos meses atrás, pero ella se va y como mi hermano anda en su mundo entonces quien sabe que les deparara el destino a ellos.

Oye y si me llevas hasta el terminal ¿Qué dices?-. Añade Carly cambiando el tema.

Bueno está bien, me parece bien. Vamos-. Digo yo levantándome.

Ella entro al cuarto de su mamá para despedirse, luego salió tomó la maleta y nos fuimos en mi moto en dirección al terminal.

(...)

Al llegar al terminal Carly me comenta una anécdota sucedida allí.

Este lugar me trae recuerdos Justin-.

Y eso ¿Cómo cuales?-. Pregunté intrigado.

Bueno una vez que tu hermano se iba para San Cristóbal y yo para Barinas, el bus de él arrancó primero que el mío y lloré como una niña desconsolada, luego arrancó mi bus y yo seguía llorando, llegué a Barinas con ojeras y los ojos hinchados-.

¿Tú lloraste por 6 horas de aquí hasta Barinas?-. Pregunto sorprendido.

Si, lo sé. Pero es que no sé no quería irme sin él, no aguantaba la idea de estar sin él, sabes perfectamente que quiero mucho a tu hermano-.

Si, de eso no me cabe duda-. Respondo muy seguro de mis palabras.

De repente suena el claxon del bus que iba saliendo para Barinas, caminamos hasta él, ella guardó el equipaje y nos abrazamos. Se va por varios meses otra vez, eso de estudiar en otro lugar a de ser fuerte, pero todo por un mejor futuro.

Ella se volteó para subir al bus y me miró, me hizo un gesto de despedida con su mano y una sonrisa algo débil, creo que volvió a sentirse sola, no me gustaba esa idea de que ella se fuera así.

Cuando el bus arrancó, caminé hasta mi moto, al montarme y pasar la llave para encenderla, alguien se sienta detrás de mí. No me sobresalté porque tampoco soy tan miedoso que digamos.

Arranca-. Dice una voz ronca, un momento esa voz me es conocida.

¿Qué quieres?-. Digo lo más cortante posible, mi ánimo cambió en cuestión de segundos, pero no soy para nada bipolar.

¿Qué pasa? No te alegra de verme, llevo días diciéndote que vayas a mi casa-. Dice él acomodándose más en el asiento trasero de la moto.

Bueno Luke, vamos de una vez y salimos de esa bronca ¿sí?-. Respondí con mal genio.

Oye, pero bájale a tu carácter de perro-. Dice sarcásticamente para luego reírse.

No me compares con un animal-. Ya me empezaba a irritar, sin duda ya este tipo me empezaba a desagradar.

Bueno ya dejemos la pelea, arranca y vamos a mi casa-.

Okey, pero dime ¿qué hacías por aquí?-. No es que quería saber explicaciones sino que él se cree la última galleta de oreo que queda en Venezuela. Y es raro que ande por ahí en la calle.

Me dijeron que estabas aquí, entonces me vine en una moto taxi-.

Carcajee por lo bajo. - ¿Espera usted en una moto taxi? Qué raro, no que es una vergüenza-.

Cállate, además no hay nadie que pueda verme a esta hora-. Espeta yo solo sigo con mi risa torpe de querer burlarme de él.

Arranqué la moto y nos fuimos a su casa, pues vive cerca del terminal, bueno ni tanto en realidad a unas 7 cuadras.

Al llegar, se bajó entró rápidamente y paso directo a la cocina, yo le seguí.

¿Qué haces?-. Pregunte desorientado.

Debo preparar almuerzo, y tú tienes que ayudarme-.

Esto cada vez se pone mejor-.

¿Por qué lo dices?-.

Porque al fin actúas como una persona, como siempre andas "con el que dirán" y que todo lo haga la muchacha del servicio-. Digo de manera triunfal.

Pues ya ves que no soy tan artificial-.

Si, al menos sé que tu cabeza no está vacía y dispone de un cerebro-.

Bueno ya, más bien dime ¿Por qué no me saludaste cuando pasaste con Danielle?, y por cierto ¿quién era esa otra muchacha que cargabas? Es simpática ¿tiene novio?-.

Ya para Luke, siempre andas pendiente de tirar con cuanta mujer te topas en tu camino, es una amiga y si tiene novio, además ¿Para qué saludarte si tu no lo haces?-.

El importante soy yo, no tú-. Responde muy triunfal.

Ahora con menos razón lo haré-. Respondo cortante.

Bueno, ayúdame para que almuerces conmigo, porque debo salir al medio día-.

Lo miré con desgana para luego lanzarle una mirada de pocos amigos, pero tuve que ayudarle a realizar el almuerzo, al cabo de unos minutos se me paso el enojo y ya estábamos riéndonos torpemente y echándonos bromas entre nosotros, siempre solía ser igual nos decíamos cosas feas para terminar siendo cómplices en nuestras bromas. Al pasar la hora almorzamos y luego yo me despedí de él.

DEMASIADO TARDE |En Edición|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora