Capítulo Tres

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Al día siguiente, antes de entrar al trabajo fui a la panadería, estaba observando las revistas que permanecían en un estante. De repente oí la voz de un chamo que decía:

Revistas para ver las nuevas tendencias masculinas, ¡buena idea!-.

Voltee y vi que era Jake Miller , él fue muy amigo mío hace 2 años atrás, nos dejamos de hablar porque es muy orgulloso, se cree la última Harina Pan de Venezuela, aún me pregunto cómo hice para soportarlo tanto tiempo mientras fui amigo de él, lo miré con una ceja levantada y le respondí bruscamente.

En realidad no, sólo observaba no más-. Di unos pasos y él responde:

¡Ya te vas! ¿Tan rápido? ¿No vas a comprar Doritos?-.

No vale, vine por un refresco pero bueno ya no-. Respondí yo algo indiferente.

Deja de ser altanero, dime más bien ¿cómo te va con tu nueva amistad?-. Dice él con una cara de disgusto.

No creo que eso te incumba o ¿sí?-. Lo miré fijamente a los ojos esperando su reacción.

No vale para nada, solo preguntaba-. Dijo él mientras me pasaba por un lado y se retiraba algo molesto. Yo solo me quedé en silencio mientras lo observaba alejarse y meditaba mentalmente < ¿Será que fui muy duro con él? >. Me di vuelta y salí para irme a la oficina.

(...)

En la oficina todos andaban de muy buen humor, todos sonreían como si fuera un día especial mientras yo apenas intentaba devolver alguna sonrisa fingida, al parecer este día no iba a ser bueno para mí.

Cuando llegué al depósito solté un suspiro y empecé a organizar unos talonarios. Hola Justin! ¿Cómo estás?-. Dice Elle mientras se acerca abrazándome fuerte.

Hola Elle, Bien y ¿tú? Oye... ¿Por qué no fuiste a clases hoy?-. Respondí mientras correspondía con el abrazo.

Ella se sienta a mi lado y me dice: No sé, no quise ir a clases le dije a mi mamá que me sentía mal, y bueno-.

Y ¿existe alguna razón por la cual no hayas querido ir?-. Cuestioné arqueando una ceja y mirándola fijamente.

No, ninguno. No quise ir y ya-. Responde ella muy segura de sí misma.

Le sonreí levemente y seguí contando los talonarios.

Mm ya que recuerdo, escuché un rumor en el colegio de que eres novio de Selena, ¿eso es cierto?-. Me cuestiona ella mientras se pone de pies en frente de mí y se cruza de brazos.

La miré detenidamente y me puse de pie respondiéndole a su inquietud. Sí, me hice novio de ella-. Me quedé en silencio, no entendía que me pasaba ni por qué yo había respondido de esa manera; < se supone que todo es un juego, es una simple apuesta > Decía yo mentalmente mientras Elle se caminaba de un lado a otro criticando a Selena en todo, al parecer no estaba de acuerdo.

Ya Elle, ¡detente! No quiero que sigas criticándola ¿ok?-. ¡Rayos! Sigo defendiéndola y no entendía porque yo estaba actuando así. Sentía que me hervía la sangre mientras Elle se expresaba mal de Selena.

Salí del depósito dirigiéndome al baño, para no escucharla más. Me paré frente al espejo y me dije a mí mismo. ¿Qué rayos ocurre conmigo? ¿Por qué defendía a Selena? Yo soy Justin Bieber y ella solo es una chica más del mundo.

Abrí el grifo del lavamanos y moje mi rostro con agua. Me sequé la cara con un paño que colgaba al lado del espejo y cuando me miré por última vez en el espejo me percaté de que tenía un poco de ojeras, como si hubiese llorado toda la noche anterior. < No seguiré respondiendo mensajes hasta altas horas de la madrugada. > Me cuestioné mentalmente.

DEMASIADO TARDE |En Edición|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora