Capitulo 13

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  El elevador se abrió y me encontré con las mismas personas de siempre corriendo a todos lados con carpetas y teléfonos. Todos vestidos de oficina como era habitual. Me encaminé a la oficina de Zachary, mi padre me vio pasar a través del cristal de su puerta pero no dijo nada.

Llegué a la oficina que estaba vacía. Literalmente vacía. La quedé mirando unos segundos...

- Hola – escuché la voz de mi víctima tras de mí y me volteé esbozando una sonrisa seductora.
- Hola Zachary – besé su mejilla. Su reacción me gustó, se puso algo rojo y desabrochó el botón de su camisa y aflojó la corbata, parecía acalorado.
- Que linda te ves – me dijo.
- Gracias – dije seria - ¿Qué le pasó a tu oficina? – pregunté. Apunté la caja llena de papeles que era lo único que había ahí dentro. Él la tomó entre sus brazos.
- Pues ahora soy gerente... - se encogió de hombros – tengo una enorme oficina dos pisos más arriba, te va a encantar, he mandado a que pongan un escritorio para ti... el piso completo será nuestro – susurró al pasar por mi lado. Lo seguí por el pasillo y nos subimos juntos al elevador.

Le lancé una mirada coqueta y sonrió abiertamente.

- ¿Y mi padre se quedará abajo? – pregunté intentando sonar sexy. No estoy segura de haberlo conseguido.
- Se muda esta tarde a la oficina del piso doce, es la más amplia... el piso quince se lo deja a John y al resto. Pero como me ascendió de puesto también me dio un piso para mí solo – guiñó un ojo.
- Eso es bueno... - murmuré. Y era excelente, un piso para nosotros solos. Sin mi padre cerca.
- Muy bueno... - le escuché mascullar.

Las puertas se abrieron y entramos a una bella estancia con un escritorio de madera oscura. Había varias personas ordenando y dejando todo bonito.

- Ese escritorio es todo tuyo – guiñó un ojo, se acercó a la puerta doble y negra que había a la derecha del escritorio y la abrió. Pasando a una enorme oficina con muebles muy refinados.
- Mi padre se está dando lujos últimamente, mira todo esto – dije anonadada.
- El viaje le salió mejor de lo que esperaba, según lo que me dijo, ganó una demanda y le dieron una millonaria suma por compensación – sonrió dejando la caja con papeles a un lado. – por eso me ascendió, me subió el sueldo, me dio una espectacular oficina, y lo mejor de todo... me dejó solo en un piso con su hija – se acercó a paso lento, con una mirada misteriosa y coqueta. Sonreí.
- Pues créeme que su hija no tiene intenciones más que de trabajar... - me di la vuelta y me encaminé a la puerta negra para salir, pero antes de hacerlo me volteé para guiñar un ojo. Él con las manos en los bolsillos sonrió revoleando los ojos.

Más tarde, cuando todas aquellas personas que ordenaba y limpiaban el lugar se retiraron, me ubiqué tras mi nuevo y hermoso escritorio de madera. Me senté en la silla de cuero, que era sumamente cómoda, tenía mi propia computadora, una caja con cd's de todas las bandas y cantantes de indie rock, pop, rock, punk y heavy metal, existentes. Eso era genial, porque podía escuchar música con esos increíbles audífonos blancos y grandes que estaban conectados a la computadora.
Comencé a revisar mis papeles, y noté que Zachary no me había dado tanto trabajo como solía hacerlo.

Él estaba encerrado en su oficina desde hacía horas. Mi padre llegó al piso, con una sonrisa en el rostro y caminó hasta mí.

- ¿Qué te parece? – me dijo con ambos brazos abiertos, se apoyó en el escritorio y me miró contento, pero su expresión cambió ya que no le devolví la sonrisa.
- Está... bien – volví a mi trabajo con el papeleo.
- ¿Bien? Invertí miles de dólares para darte un escritorio en el que te sintieras cómoda, le pagué a decoradores para que lo dejaran a tu gusto, pintaron las paredes de color magenta porque a ti te gusta, la alfombra es divina ¿y dices que está bien? – me miró perplejo.
- Ok, está bonito – comenté con indiferencia.
- Avísale a Zachary que necesito hablarle – ordenó. Tomé el teléfono y apreté la tecla que me conectaba con el teléfono de Zacky.
- El Sr. Jefferson quiere verte – avisé – le diré que pase... - colgué.
- ¿El Sr Jefferson? _____ soy tu padre- me miró con disgusto. Apreté el botó que estaba bajo mi escritorio, abría las puertas de la oficina automáticamente.
- Puede pasar – le dije sin mirarlo. Resopló y se encaminó a la oficina de su mano derecha. Zachary Baker.

Las puertas se cerraron tras él y yo seguí con lo mío. Fue extraño que ni siquiera sintiera una pizca de interés en saber de qué hablaría mi padre con Zacky. Pero no me importaba lo que Alex le dijera o no. Era obvio que no sabía nada acerca de nosotros y Zachary no era tan tonto como para decirle, arriesgaba su súper puesto y su nueva oficina.

Alex salió de la oficina quince minutos después me lanzó una cruda mirada, poco común en los padres cariñosos y se subió al ascensor.

Cuando se hubo ido, Zachary salió de la oficina y se acercó a mi escritorio, apoyó ambos brazos y me miró sonriente, pero era una sonrisa de preocupación...

- ¿Te lo dijo? – preguntó en voz baja, como si hubiese peligro de que alguien nos viera hablar.
- ¿Qué cosa? – entrecerré los ojos con interés.
- Mañana iremos los tres a cenar... -
- ¿Quiénes tres? – me asusté.
- Tu padre, tú y yo – hizo una mueca de desagrado.
- ¿Me estás jodiendo? – pregunté con una ceja alzada.
- No – aseguró con un enérgico movimiento de cabeza. - es lo que él dijo, quiere celebrar que las cosas van bien, y quiere que cenemos tú, él y yo mañana por la noche, en... Middleton – frunció los labios. Como si nombrara un veneno. En Middleton habíamos cenado él y yo sin que mi padre se enterara...
- Auch... pues habrá que comportarnos – dije serena – actuar como si nada – me encogí de hombros.
- No te vistas muy provocativa – rió. Le lancé una mirada ofensiva.
- Yo me visto como quiero – repliqué.
- Harás que no pueda concentrarme en cenar... y me harás pensar en otras cosas – se acercó a mí y susurró – ya sabes... - me estremecí tan solo con eso. Me dejó como en un trance, se acercó tanto que pude oler su perfume, sentir su aliento, y fijarme en los detalles de su perfecto rostro. Sus lunares, sus pestañas... el segundo se me hizo eterno y hasta suspiré. Lo disimulé con un estornudo bastante falso.
- Salud... no vayas a resfriarte antes de nuestra cena familiar – guiñó un ojo.
- Que yo sepa tú y yo no somos familia – objeté.
- Estamos prontos a serlo – volvió a guiñar un ojo. Resoplé.
- Ya quisieras... - volví a mi trabajo.
- Eres bipolar – se alejó sonriente y se perdió tras las puertas de su oficina.   

Eres tu, Solo tu -Zacky V.- [Adaptacion]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora