Capitulo 1

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- REUNION FAMILIAR - gritó mi padre. Resoplé. Arrastré mis pies escaleras abajo, siempre hacía eso, sabiendo que no éramos una gran familia, solo él y yo.
- Presente - reí sentándome a su lado, me pasó un tazón con café. Lo recibí gustosa pues hacía frío.
- Feliz cumpleaños número diecisiete - musitó, me entregó una caja muy fea, fruncí el ceño. La caja era de tamaño de un estuche para lentes. La abrí y de ella saqué unas llaves... las llaves de un auto. Lo miré impactada.
- Gracias, te amo, te amo papi - lo abracé. Mi propio auto.
- Y hay un cosa más... - sonrió
- ¿Qué es?-
- La grandiosa oportunidad de... - se detuvo, para ponerle tensión a la cosa -tener un trabajo y pagar tu auto - me dijo. Lo miré desentendida.
- Un momento - lo detuve - ¿dijiste "Trabajo" y "Pagar" en la misma oración? - grité espantada.
- Exacto, no creíste que lo pagaría yo... yo solo pagué la primera cuota, ahora es tu turno querida- rió.
- Eres un pésimo padre - reclamé.
- Yo también te amo - sonrió. Lo fulminé con la mirada - ahora termina tu café y lavas los platos de la cena - se retiró a su oficina. Mandé un gritó muy molesta...
Me haría trabajar para pagar mi auto... era un ****


Al día siguiente, me preparé para ir a la escuela, y llegar presumiendo mi nuevo coche. No lo había visto en la noche. Así que supuse que sería más sorprendente antes de salir.
Abrí la puerta de la entrada, ya lista. Me quedé boquiabierta, era el auto más bello del mundo... valdría la pena el empleo para pagarlo. Era rojo, descapotable. Clásico pero moderno. Era hermoso.

- Sabía que te gustaría - dijo papá saliendo de casa para entrar a su auto.
- Es una hermosura - reí. Me subí a él. - Hey - le grité a mi padre antes de que partiera en el suyo. Él me miró - ¿cuanto te costó? - le pregunté.
- Cuánto te va a costar, mejor dicho - rió él - la factura está en el asiento del copiloto.- me guiñó un ojo y se largó. Tomé la hoja de papel que estaba a mi lado... Cuatrocientos dólares mensuales. Hice un ruido parecido a un <<asfbgusfdjsfebsdfiu>> me iba a ser muy difícil.

Arranqué el bonito auto y partí a la escuela. Donde al llegar todos me miraban sorprendidos. Boquiabiertos. Lo aparqué y salí de él caminando como una diva.

- No lo miren mucho... se gasta - reí para los que estaban observando. Me abrían paso como súbitos. Yo era su reina. Siempre lo fui.

Mis tacones hacían eco al caminar por aquel pasillo. Así que todos se volteaban para mirarme. De seguro estaban contentos por la maravillosa fiesta que había dado el sábado por la noche. Todos asistieron y todos me agradecían.

- Kim, Val - saludé a mis amigas. Mis mejores amigas. Kimberly, era una chica dulce, muy sencilla pero igual de popular que Val y yo. Era morocha, de ojos pardos, delgada y no muy alta. Val, era mi amiga desde pequeñas, era de piel color caramelo, de cabello rubio (teñido) y grandes ojos cafés.
- Sam - dijeron al unísono. Se hicieron a un lado para darme espacio y abrir mi casillero.
- Así que llegaste con nuevo coche - sonrió Val, contenta.
- Así es - di un guiño. Satisfecha.
- ¿Regalo de tu padre?- preguntó Kim.
- Castigo de mi padre - bufé.
- ¿Castigo? - dijo Kimy confundida.
- El muy inteligente pagó la primera cuota, yo debo pagar el resto - resoplé.
- ¿Cómo lo harás? - se burló Val. Revoleé los ojos y suspiré.
- Debo conseguir un empleo - me apoyé en el casillero cerrándolo. Suspiré una vez más, frustrada.
- Auch - rió Kim. Tocó la campana y comenzamos a caminar a nuestro salón.
- Val, quizás tu madre pueda darme empleo en su tienda - sonreí. La madre de Val era diseñadora y tenía una linda boutique muy chic en el centro.
- No creo... no le hace falta nadie - arrugó la nariz. Hice una mueca, disgustada.
- Y Kim, tus padres tienen que necesitar a alguien para las órdenes - sonreí, Kimberly tenía un negocio familiar, el restaurante más recurrido de la ciudad. Era muy lujoso.
- Le preguntaré - aseguró Kim.
- Esa es mi chica - reí.
- ¿Qué hay Sam? - me sonrió James Sullivan. Mi mejor amigo. Lo abracé.
- No mucho - encogí los hombros.
- Vi tu coche - dijo entusiasmado.
- Todos lo vieron - musité.
- ¿Me dejas darle una vuelta más tarde? - suplicó.
- Si me consigues un empleo - reí.
- ¿Empleo? ¿Tú? - se burló - desde cuando Samantha Jefferson necesita un empleo?... tu padre es dueño de la Disquera Platinium, la más importante del estado - abrió los brazos. Siempre tan exagerado.
- Ya sé... pero debo pagar el maldito coche yo misma - me quejé. Las chicas se perdieron en el pasillo. Miré a todas partes.
- ¿Te toca matemáticas?- preguntó él con las manos en los bolsillos.
- Odio los lunes - asentí. Los lunes no tenía ni siquiera una clase con las chicas.
- Todos odiamos los lunes - rió Jimmy. - suerte para ti que tenemos matemáticas, juntos - guiñó un ojo. Lo empujé riendo.

Yo lo quería mucho, siempre estaba para mí; pero Kim y Val decían que él estaba enamorado de mí y que no era una verdadera amistad. Tonterías. La amistad entre hombres y mujeres existe. Ellas son exageradas. Solo porque no tienen amigos varones. Además Jimmy era como una niña a veces, me entendía mejor que ellas.

A mitad de la clase de matemáticas recibí una bola de papel en la cabeza. Me volteé; era de James. Resople y abrí el papel.
"Tengo una idea, acerca de tu empleo"
Reí para mis adentros, quizás que payasada se le iba a ocurrir.
"¿Qué es genio?" respondí.
Él sacó la lengua en cuanto abrió la hoja de papel. Volví mi vista al frente.
Me lanzó la bola otra vez.
"¿Necesitas un empleo?... pídele a tu padre ser su asistente, no te dijo nada sobre qué empleo debes conseguir, será más fácil y tendrá que pagarte hagas o no hagas bien el trabajo (aunque ambos sabemos que lo harás mal)"
Bien era buena idea. No perdía nada.
"eres más listo de lo que pensaba Sullivan, tú me acompañas a pedirlo"
"Ni loco, tu padre me detesta, cree que tengo otras intenciones contigo"
"No te detesta Jimmy, solo no le agradas... vamos, las chicas nunca tienen tiempo para mí y no quiero ir sola... si vas te dejo conducir"
"Hecho"

Pasaron un par de aburridas clases. Y en cuanto llegó el almuerzo les dije a las chicas acerca del plan de Jimmy.

- Él tiene razón, tu padre no te dijo que trabajo conseguir, y si vas como una profesional, no puede rechazarte - dijo Kim comiendo una papita.
- Pensé que Jimmy era un descerebrado - rió Val.
- No digas eso Val, Jimmy tiene mejores ideas que tú - le reclamé.
- Lo defiendes porque te gusta - se burló Kim.
- No es cierto - le escupí - James y yo solo somos amigos - golpeé la mesa. Sus constantes comentarios acerca de que nos queremos más que amigos me tenían harta.
- No te enojes Sam, sabes que solo bromeamos - me dijo Valary.
- Como sea - resoplé. Mirando a un costado.

Molesta con los comentarios sin sentido de las chicas me encaminé a mis clases restantes. Solo eran dos y luego tenía la tarde libre para ir a conseguir mi empleo a la Disquera de mi padre.

- Es hermoso - dijo Jimmy tocando el volante del auto. Suspiré.
- Solo enciende el maldito carro Sullivan - gruñí.
- Alguien no está de humor - canturreó él. Lo empujé riendo. Siempre me hacía reír.
- Calla y conduce - musité colocándome las gafas de sol estilo aviador. Habían sido de mi madre mucho tiempo atrás. Eran hermosas y muy finas. Mi padre se las regaló cuando cumplieron un año de casados en Paris. Tenían la historia de amor más linda del mundo. Por eso es que yo quería una también.
- Amo tu coche - decía mi amigo mientras conducía.
- Yo no tanto, la lindura me cuesta cuatrocientos dólares mensuales cariño - le dije haciendo una mueca.
- Puedo ayudarte si quieres - sonrió mientras se detenía en el semáforo. Pellizqué su mejilla, siempre tan dulce.
- No gracias, no puedo dejar que lo hagas Jimmy, es mucho - sonreí.
- Como quieras, solo quería ayudar, nunca recibes mi ayuda - se quejó.
- Es porque no la necesito Sullivan -
- Si la necesitas mentirosa - rió acelerando para avanzar.
- Está bien si la necesito, pero puedo arreglármelas sola... - me encogí de hombros.



Aquí esta el primer capitulo, espero les guste.

Eres tu, Solo tu -Zacky V.- [Adaptacion]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora