Eres tu, Solo tu -Zacky V.- [Adaptacion]

1/3 Capitulo 28: ¡¡¡Sullivan!!!

Los siguientes días no fui al trabajo, porque mi padre llegó el lunes en la noche y le dije que me estaba dando gripe y que no iría a trabajar. Él dijo que estaba bien y que lo importante era que me sanara. Y preguntó por la mudanza. Le dije que estuvo bien, lo bueno fue que no me hizo más preguntas.

El martes salí de compras con Kimberly en la noche fuimos por Val al aeropuerto.
El miércoles Jimmy y yo pasamos la tarde haciendo un proyecto para matemática y el jueves salí a cenar con mi padre.
Cuando llegó el viernes noté que durante la semana casi no había pensado en Zachary. Pero si lo recordaba me ponía a llorar así que traté de mantenerme ocupada para no hacerlo.
Mi padre, por suerte, no mencionó mucho a Zachary como suele hacerlo.

- Vamos - Jimmy jalaba de mí par que me levantara de la cama y me vistiera para ir a una fiesta ese mismo viernes, eran como las diez y media.
- No tengo ganas - me quejé mientras le subía el volumen a la TV.
- No seas así, Kim y Valno pueden acompañarme, vamos Sami, ven conmigo te divertirás - me golpeó con una almohada. Resoplé - es en Big Ocean, tu club favorito... - hizo un puchero que me sacó una sonrisa.
- Bien - me puse de pie - pero solo iré porque quiero beber, hace días que no bebo nada y me estoy descompensado ...
- Ebria - me empujó riendo.
- Tú no eres un santo -

Me alisté y a eso de las once y media llegamos a Big Ocean, con vista al mar, buena música, buenos tragos y por sobre todo buenos chicos.
Eso era lo más rescatable de salir, conocer chicos, chicos divertidos, jóvenes y guapos.
Nada de maduros y refinados. No yo quería a alguien desenfrenado que supiera divertirse.

- Vamos al VIP - Jimmy tomó mi brazo y caminamos entre la gente que bailaba hasta el balcón, que tenía un jacuzzi y una barra. Ese era el VIP, era la sensación.
- No compramos entradas VIP -
- Yo tengo dos - me mostró los boletos.
- ¿Cómo los conseguiste? Hay que esperar meses para conseguir VIP aquí - reí.
- Tengo amigos -
- Claro, además de la Srta. Jefferson, no te juntas con nadie - me burlé mientras nos acercábamos al guardia del VIP.
- Como sea - movió la cabeza y le dio las entradas al guardia.

Entramos a un hermoso e iluminado balcón. El Big Ocean, estaba en una colina justo frente al mar, era moderno, y me gustaba eso, porque no suelen haber muchos clubes así. Había bastante gente y nos sentamos en la barra.
Pedimos unos tragos, el ambiente estaba relajado porque era temprano.
- San, si yo hiciera algo... algo que te molesta ¿Me odiarías? - preguntó de pronto Sullivan.
- Depende... - fruncí el ceño.
- Si preparo algo para ti que sé que es lo mejor para ti, pero no te gusta en lo absoluto - hizo una mueca culpable - ¿Me odiarías?
- No entiendo.
- ¿Serías capaz de odiarme?
- ¿Por qué?
- Responde...
- No, no te odiaría, jamás.
- ¿Lo prometes? ¿Prometes que no te enojarás, que no me odiarás? - alzó la mano para cerrar un trato. Pero yo estaba confundida, me había perdido de algo, al parecer.
- Lo prometo - dije ceñuda. Él sonrió, un poco más relajado.
- Eres la mejor amiga que tengo y te quiero mucho, ahora iré al baño - se levantó y me dejó muy confundida ahí en el asiento.

Bebí un sorbo de mi trago y luego lo escupí. Paradi frente a mí estaba Zachary, con ambas manos en los bolsillos, con unos vaqueros oscuros, zapatos semi formales, el cabello despeinado y una expresión de cachorro bajo la lluvia.
<<Así que de esto se trataba, ¡¿Eh?! Te mataré James Sullivan>>
Miré hacia un lado analizando mis opciones; correr o... correr.
Correr era una buena opción. Me puse de pie y de inmediato Zachary tomó de mi muñeca y le jaló.

- Vas a escucharme - no habló fuerte, pero fue tan profundo que lo escuché por sobre la ensordecedora música.

Mi corazón comenzó a latir muy rápido, ya me estaba híperventilando. Necesitaba mi inhalador. No lo usaba mucho pero hacían años que no estaba tan nerviosa.
Intenté soltarme, pero apretó un poco mi muñeca, entonces mis ojos comenzaron a empañarse y comprendí que era cosas de segundos para comenzar a llorar otra vez.
Me jaló hasta el aparcamiento del Big Ocean, donde estaba su carro. Abrió la puerta del copiloto y me empujó con cuidado adentro. Yo estaba muy quieta, con la vista perdida y queriendo correr.
Se subío al volante y no encendió el carro. Solo le puso seguro a la puerta.
<<Es el fin>>