Capitulo 12

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Era de noche y salí por un vaso de agua, pero note algo raro la casa estaba igual que antes con el mismo decorado que tenía antes. ¿Qué está pasando?, entre a la cocina y pude ver una chica rubia parada frente a la nevera, con una de mis camisas puesta.

--- Dana --- ella se dio la vuelta y me miro, me sonrió o al menos eso creí. Comenzó a caminar en mi dirección pero pasó de mí, no se detuvo. Me di la vuelta para ver donde se dirigía Dana y la vi en la sala abrasada a mí pero ¿cómo es posible? Mire a Dana y a mí abrasados.

--- Dana mírame. Dana --- le gritaba pero no me escuchaba --- Dana --- seguía hablando más bien gritando.

--- Esteban. Esteban ---

---DANA --- me desperté exasperado, grite el nombre de ella. Estaba sudando y helado, pude notar la cara de Estefanía y de Norma al verme.

Mi respiración estaba acelerada, y no podía hablar. Lo único que quería era llorar me sentía mal, me sentía como un niño pequeño. Norma se fue de la habitación y Estefanía se quedó allí mirándome, golpee suavemente la parte de la cama que estaba desocupada haciéndole señas para que se sentara a mi lado. Y así lo hiso, no solo se sentó sino que también me abrazo. Yo recosté mi cabeza en su pecho y me sentía seguro allí. Ella comenzó a acariciarme el pelo consolándome como si fuera un niño chiquito que acaba de tener una pesadilla.

Norma entro con un vaso de agua, y me la entrego. Tome un poco de agua y ya me sentía más tranquilo pero aun no salía ni una sola palabra de mi boca. Ellas solo me miraban con cara de preocupación pero tampoco me decían nada. No salía ni una sola palabra de su boca.

Me recosté y Estefanía se intentó poner de pie pero yo le agarre el brazo y le dije que no con la cabeza. Quería que se quedara conmigo. Norma salió de la habitación y cerró la puerta, Estefanía me abrazo y pasamos quizá así unos 15 minutos sin decir nada solo abrasados. Sentía una paz enorme, no entendía porque volvía a soñar con ella por un momento pensé que quizá era una señal de que le estaba traicionando. Pensé por un momento que no podía ser feliz cuando la chica con la que quería pasar mi vida se había ido de mi lado. Era tan difícil pero la carta de Dana vino a mi mente y recordé lo que decía. Ella quería que fuera feliz y que no me deprimiera pero era tan difícil. Era difícil pensar en ella, abrase a Estefanía con más fuerza ella me levanto la cabeza y me obligo a verla.

Ver esos ojos era mi paz me sentía en otro mundo. Eran tan hermosos que hasta dolía. Pensar que también podía perderla a ella. Pero no, no debía pensar en eso más bien tenía que pensar que todo iba a mejorar y que iba a salir a delante con ellas. Tomé su cara y le di un beso el cual ella acepto rápidamente.

--- te quiero --- ella se asombró al escuchar mis palabras. Sabía lo que pensaba pero no me contesto nada, solo me beso una vez más. Era todo lo que necesitaba sentir que me quería. Las palabras, esas eran las de menos.

El sueño empezó a invadir una vez más mi cuerpo y cada vez sentía que iba cayendo en sueño profundo junto a esta chica. Mi Ángel.

Desperté y Estefanía estaba aún en mi cama durmiendo. Si lo parecía o más bien lo era, era mi ángel el que fue enviado para mí, quizá Dana lo envió o quizá simplemente llego porque la vida quiso que así pasara. Me pregunto que habrá pensado ella al escucharme gritar el nombre de Dana, espero que no quiera irse luego.

Le acariciaba la cara, su piel era tan suave tan hipnótica, me encantaba. Ella comenzó a removerse en la cama y abrió los ojos. Me pregunto ¿Por qué no me canso de verlos? Ella sonrió e hizo lo mismo conmigo puso su mano en mi cara y la acarició, se sentía bien, sentía como un corriente eléctrica me rodeaba el cuerpo, le di un beso en la frente y la puse en mis brazos, ella recostó su pecho en mi abdomen.

Pensando en voz altaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora