Capitulo 23

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El idiota de Damián estaba afuera del coche y nos pegó un susto. Estefanía se sentó y luego salió del coche, Damián entro y se sentó en él lugar del copiloto.

--- oye, tu chica es más ruda que tú, aún no saco de mi cabeza el verla con un arma en la mano y un tipo apuntándole y ella ni siquiera se asustó --- yo tampoco puedo sacar esas imágenes de mi cabeza.

--- lo se hermano, no sé ni siquiera en que momento sacó el arma fue alucinante --- él asintió y luego agacho la mirada, sabía muy bien que él está herido y que le duele mucho lo que pasó con Norma.

--- no me quiere Esteban y yo, no sé qué más hacer por ella, y lo único que dije que nunca haría eso es lo que definitivamente estoy haciendo en estos momentos --- entendía perfectamente cómo se sentía mi amigo, es esa impotencia de querer ayudar a aquella persona que quieres tanto y no saber qué hacer para ayudarla.

--- dale tiempo hermano, no te desesperes --- él asintió, no quería que nada le pasara a Norma y creo que no puedo hacer nada para proteger a las personas que quiero. Soy un simple humano pero lo que sí puedo hacer es estar con ellas para darles mi apoyo.

Estefanía venía con unos café, ya eran las 11 de la mañana y fuimos a preguntar por Norma, la llevaremos hoy a casa, no la iba a llevar donde mi tía últimamente ha estado demasiado enferma como para darle un disgusto y una preocupación tan grande como esta. Entramos a la habitación y mi prima estaba despierta, me derrumbe al verla en estos momentos, está pálida y con los ojos hinchados, Damián se acercó y le tomó su mano y le dio un beso en ella. Norma no lo miraba, ella sabía que lo que había hecho le partió el corazón a mi amigo y espero que valore un poco el hecho de que él está aquí y no se marchó después de verla como la encontramos.

--- lo lamento --- fue lo único que ella dijo. Me acerque y le di un beso en la frente, no la juzgare pero definitivamente ella y yo tenemos que hablar seriamente de todo esto, no permitiría que esto se volviera a repetir una vez más.

Ya eran las tres de la tarde y el doctor le dio el alta a Norma, fuimos a casa. Estefanía iba a mi lado y Norma iba en la parte de atrás con Damián que la llevaba abrasada, mi prima tiene una cara de depresión que me asustaba muchísimo y la verdad tengo mucho miedo que ese imbécil le haya hecho algo en contra de su voluntad, o simplemente puede ser lo mal que se siente por recaer de tal manera. Llegamos casa cerca de las cinco de la tarde y Damián llevo a Norma cargada hasta su habitación, mi móvil comenzó a sonar y lo conteste.

--- Esteban, ¿Cómo estás? ¿Por qué no fuiste a clases hoy? --- era Sara y sonaba un poco preocupada.

--- problemas con Norma, pero ya todo está bien el lunes volveré a la Universidad --- hablamos por unos cinco minutos y colgué la llamada, entré a mi habitación y allí estaba Estefanía guardando el arma en la gaveta.

--- hola mi amor --- era inevitable llamarla así, por mucho que sintiera dudas en estos momentos. Me acerque y la tome de la cintura la atraje a mí y la bese con pasión, con lujuria y con una necesidad de sentirla presente de sentirla mía y de nadie más.

La lleve hasta mi escritorio y la subí a él, la jalé de las caderas y la acerqué más a mí, como si fuera más posible, sentía un enorme deseo por ella y el recordarla como se comportó este día hacia que me pusiera aún más. Ella me tomo del cuello y me besaba con intensidad, con furia como descargando todo lo de este día, me tocaba con brusquedad y eso me gustaba, ella hacía que hubiese en mi sensación tan desconocida.

Tome su chaqueta y se la quite rápidamente y ella quitó mi camisa con mucha agilidad, y empezó a darme besos en todo mi torso, sentía como una corriente eléctrica subía y bajaba por todo mi cuerpo, era tan excitante. Tome su cabello y lo jale con cuidado hacia atrás para poder besar su cuello, ella tomó el cinturón y lo quito, desabrochó el botón de mi pantalón y lo iba bajando poco a poco, mis sentidos estaban tan sensibles que con solo el roce de su piel con la mía sentía como escalofríos recorrían mi cuerpo y el deseo aumentaba más y más en mí, no sabía cómo era posible tanto placer y sensaciones y tan solo con tocarnos.

Pensando en voz altaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora