Capitulo 32

26 4 0
                                    


Me sacaron a la fuerza de aquella habitación, me siento como si mi vida al igual que la de Estefanía dependiera de un hilo. ¡Maldición! ¿Por qué? justo ahora que todo iba bien. Quiero entender cuál es el plan, cual es la razón de ser de todas estas cosa, ¿Cuál es el maldito punto? Solo necesito saber si cada vez que me enamore de alguien será para sufrir.

Mejor me rompieran el corazón, mejor me engañaran o se fueran con otro, eso me dolería pero no tanto porque en el fondo de mi corazón sé que está bien pero esto ¿Por qué para mí siempre será así? Me siento en el fondo de un abismo y caigo y caigo y no puedo salir de él. Solo quiero en maldito episodio en mi vida donde no tenga dolor ni sufrimiento, siento como si mi corazón fuera de cristal y se estuviese rompiendo con cada golpe que recibe. Miro al cielo buscando una respuesta, una respuesta una de tantas que necesito. No puedo aceptar que me quieran quitar también a Estefanía, enserio que no es justo.

--- ¿Por qué la pusiste en mi camino? Si ya lo hiciste no me la quites, si la pusiste en mi vida es por algo --- miraba al cielo mientras pensaba en voz alta.

Fui dentro del hospital nuevamente, con un gran temor fui hasta aquella habitación, rogándole al cielo que mi princesa estuviese bien y que no tenga que volver a perder a la chica que amo. Entré y sentí un enorme alivio cuando escuche aquel bip nuevamente. Pero ella aún está dormida sin abrir esos hermosos ojos grises, nunca había deseado tanto en mi vida ver sus ojos, ese gris tormentoso y lleno de vida que nunca vi antes en otra persona. La enfermera llegó y me pidió que saliera de la habitación, me dijo que ella aún seguía inconsciente pero que aún había esperanzas, hoy más que nunca.

Salí de esa habitación y pude notar que Norma venia corriendo hacia mí junto a Damián, ella me abrazó tan fuerte mientras lloraba y no pude aguantar y mis lágrimas se volvieron a escapar. Les explique a los chicos todo lo que había pasado y Norma no hacía más que llorar, todo esto es tan duro para mí, siento una desesperación siento como si tuviera fuego en el pecho, como si se encendiera, un dolor insoportable.

Liana llego al hospital y me dijo que se quedaría unas horas y me pidió que me fuera a casa a darme un baño y a comer algo y le hice caso, iría a ponerme otra ropa pero de comer algo no lo creo, yo no puedo pasar un bocado sin sentir que mi estómago se revuelve, es todo tan complicado y lo único que necesito en estos momentos en es que ella despierte y que me diga que todo va a estar bien, que me quiere y si ella lo desea me la llevare lejos, si ella está de acuerdo me la voy a llevar a Londres para comenzar una nueva vida lejos de toda esta mierda que nos rodea, quizá allá todo sea diferente y las cosas de verdad tomen un rumbo mejor.

Entre a mi casa y fui directo a darme un baño, deje que el agua limpiara un poco mi tristeza y me recorriera el cuerpo, todo me hacía recordar a mi pequeña tormento, cada parte de esta casa está llena de su vida de su carisma, en tan solo unos meses me lleno de vida y me enseño que hay una vida después de haber perdido a alguien importante, me enseñó que no hay que quedarse estancado en un solo lugar pero lo peor es que ella no pudo poner en práctica sus palabras, ella no pudo Salir de esa mierda.

Cada pensamiento iba directo a Estefanía, mi pequeña de aquellos ojos tormentosos, ese gris que se había convertido en mi color favorito desde que me enamoré de ella. Por un momento pensé en que sería de mi vida si ella se va, si tan solo pudiese hacer algo, una vez más la impotencia llegó a mi vida, maldita sea la hora en la que perdí a la primera persona importante en mi vida. Ya no puedo soportar más perdidas, siento que todo esto me está consumiendo de a poco. Y no se explicarme la razón por la que la vida me castiga de esta manera, quitando a las personas que amo.

Salí del baño y me puse la ropa que ya tenía lista. Vi la maleta de Estefanía y por un momento sentí la necesidad de abrirla, algo me decía que allí dentro encontraría alguna respuesta de su vida. La tomé y la abrí ¡maldición! Una pequeña bolsita con un polvo blanco estaba frente a mí, siempre la ha tenido aquí pero que idiota fui al no buscar antes en ella.

Pensando en voz altaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora