Pensando en voz alta

Capitulo 30

En la terraza habían cuatro pilares blancos y la parte de arriba adornados con flores blancas y rojas, las sillas decoradas con flores del mismo color y habían solamente 100 personas que eran los más cercanos a nuestra familia aunque a la fiesta llegaría alguien más un invitado más. Majo iba dejando pétalos de rosas en el piso y cuando todos terminaron de entrar era nuestro turno, comenzamos a caminar por el jardín del hotel hasta llegar al pequeño evento, ver el mar frente a todo esto era verdaderamente increíble sentía que no había algo más perfecto que esto. Norma se aferraba a mí y yo no quería soltarla, todos se pusieron de pie al vernos entrar y pude ver a Damián frente al altar esperando a su novia, él se limpió una lágrima de sus ojos y tenía una sonrisa enorme, nunca hubiese pensado estar en esto, nunca pensé que él se llegaría a casar.

Llegamos hasta donde Damián estaba esperando ansioso y miraba a mi prima como si no hubiese nada ni nadie más alrededor. --- te entrego a esta princesa hermano cuídala --- él tomó la mano de Norma y yo me retiré a mi lugar, al otro lado estaba Estefanía con una enorme sonrisa en el rostro ¡es tan hermosa!

El abogado estaba ya hablando y dando el discurso medio aburrido, solo se casan por lo civil es lo mejor para ambos por el momento. Aun así Norma quería sus damas de honor, la boda fue al final hermoso y se dieron su beso y todo, Estefanía y yo pasamos a firmar como testigos de la boda. Todos estaban emocionados de ver el atardecer mientras ellos se prometían amor y Damián le hizo la promesa a Norma que la iba a cuidar siempre y la iba a querer de la misma manera toda la vida.

La boda termino y fuimos al Jardín donde sería la cena y con los chicos nos fuimos a repasar lo que habíamos ensayado mientras todos se acomodaban pero antes Damián y Norma bailarían una canción que iba a interpretar una chica que canta hermoso. Todos los invitados los miraban con ternura pues Damián tomaba a Norma con mucho cariño, bailaban forever Young mis nervios comenzaron a hacer acto de presencia cuando la sorpresa se iba acercando, luego de la cena todo saldría a la luz. Todos comenzaron a cenar, los camareros entregaron los platos de comida y Damián se disculpó con Norma y se puso de pie, fuimos dentro del hotel a buscar la sorpresa.

--- de acuerdo chicos, todos bailaran un momento con Norma y al final entrara la sorpresa --- todos queríamos que saliera perfecto y que este día terminara perfecto para mi prima.

Fuimos todos al banquete pero mis nervios no me dejaban comer sentía que si no comía el tiempo iba a pasar mucho más rápido y que todo saldría tal y como lo había planeado. Estefanía estaba a mi lado muy contenta y e tomaba la mano, la miraba con ternura esa chica es mi verdadera razón para sonreír, si no la hubiese conocido quizá en estos momentos no estaría aquí, quizá estaría en un rincón llorando y quizá Norma estaría muerta, tengo tanto que agradecerle a Estefanía.

--- amor, ¿quieres bailar? --- ella me sonrió como diciendo ¡ya era hora!

--- por supuesto, vamos --- la lleve a la pista y comenzamos a bailar, esa chica se movía muy bien y me la estaba pasando de lo mejor. A mí en lo personal me encanta bailar y divertirme y era una de las cosas que no compartíamos con Dana a ella no le gustaba mucho bailar.

Pude notar que los chicos se nos unían Sara y Joshua bailaba a nuestro lado y nuestros demás amigos también, incluso mi Tía bailaban con Jorge que había sido muy amable al invitarla a bailar. Majo llegó a mi lado y yo la cargue y comencé a hacerla bailar y la niña reía y me abrazaba con ternura.

--- ya no, eteban ya no --- le daba vueltas y ella gritaba, Estefanía bailaba junto a su hermana Jorge y mi tía. La estábamos pasando de lo mejor, pero lo mejor de la velada era ver a mi prima y mi amigo lo felices que estaban y lo mucho que se quieren es lo mejor. Fui donde estaba Margot y le pedí que bailara conmigo y ella aceptó, ella me miró con ojos de amor así como una madre ve a un hijo y es que esa señora y yo nos queremos mucho. Creo que es el hecho de haber perdido a alguien a quien ambos amábamos mucho, aunque claro mi dolor nunca se iba a comparar al de ella pero ni un poco.