Capítulo 2.

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- Todo va a estar bien - Dijo suavemente susurrando sobre mi cabello.

Mis sollozos eran el único sonido que podía oír. Su cuerpo era tan cálido, tan seguro, tan fuerte, me sentía tan protegida, que ni siquiera pensaba en la idea de apartarme de el.

-Calma- Dijo con su voz cálida y apenas audible, mientras separaba su rostro de mi cabello, lentamente para poder mirar mi rostro, sin separar nuestros cuerpos.

Mis ojos estaban cerrados, pero al abrirlos, me encontré con esos grandes ojos grises, que me producían seguridad. Me miraba como si se estuviera asegurando que estaba bien, pero su expresión se volvió dura al ver mi labio herido.

-No me duele-Dije suavemente, mirando sus ojos para calmarlo.

-  Necesitas que te revisen eso -Dijo serio, examinando mi rostro.

Si no hubiese sido porque me sentía tan segura con el, y por el hecho de que me sintiera tan vulnerable e indefensa hubiese sido la misma perra sarcástica de siempre.

- Esta bien - Dije alejando su cuerpo del mio, con miedo a que si me separo de sus brazos, volvería a estar insegura.

- Ven - Dijo, mientras estiraba su mano para que la tomara, me guió a lo que parecía ser un reluciente audi.

Su mano era tan cálida, tan fuerte, y su agarre era tan delicado. Me adentre en el asiento de copiloto, y el interior del auto era maravilloso, el tablero consistía solamente, en pantallas y en pequeñas luce-sillas, y los asientos eran de cuero, color crema.

El se adentro ágilmente en el auto, y se abrocho el cinturón, luego me miro, e hizo un gesto con la cabeza indicando el cinturón, que estaba a mi derecha.
Voltee los ojos.
Y estoy segura de que en su rostro se formo una sonrisa.

El trayecto fue silencioso, pero en ningún momento fue un silencio incomodo, fue algo reconfortante.

Detuvo el auto, frente a un hospital.

Baje del auto, y el me siguió, con seguridad tomo mi mano y nos adentramos en el hospital, mis rodillas temblaban, pero su agarre me daba seguridad.

Del hospital entraban y salían doctores con uniformes azules, mientras que en el interior, todo era mas calmado, pacientes esperando a que atendieran sus emergencias, y las enfermeras y las recepcionista hablaban entre si.

Cuando creí que nos sentaríamos en la sala de espera, me guió con paso seguro hasta el donde estaban las recepcionistas.

-Doctor Alex, ¿que hace aquí?, que sorpresa- Dijo una de las enfermeras, de mediana edad, de tes blanca, y cabello amarrado, casi gritando emocionada, mientras se acercaba a sus brazos, y las demás se amontonaron a nuestro alrededor, mientras una a una lo saludaba efusivamente.

Así que se llama Alex, y es doctor, WOW.

Esto era en verdad incomodo, nuestras manos todavía estaba entrelazadas, por lo que miraban nuestras manos, expectante.

- Ella es una amiga - Dijo Alex, a las señoras, mientras me las presentaba a cada una cariñosamente.

-Ella es Lisa-Dijo señalándome a la primera señora, que nos saludo.

- Un placer, soy Gabriela-Dije con una sonrisa, estirando la mano que tenia libre, pero sin avisar Lisa me abrazo cariñosamente y le correspondí.

- Mucho gusto cariño-Dijo Lisa con una voz agradable.

Le di una sonrisa, y mire en dirección a Alex quien tenia una sonrisa en su rostro.

- ¿Que lo trae por aquí, doctor?-Dijo mirándolo.

Siempre fue él.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora