Capítulo 8.

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Estaba impresionada, este hombre cada vez era mas perfecto.

-¿Cocinas?.-dije sorprendida.

-No, pero no debe ser tan difícil.-dijo quitándose el cinturón de seguridad.

Se veía tan sexy.

-Vamos.-dijo presionando un botón para abrir los seguros.

Baje, y me acomode la falta.
Sonreí al recordar porque estaba así.

El se acerco a mi lado y tomo mi mano y entramos al súper mercado.

Alessandro tomo un carrito y caminamos a través de los largos y amplios pasillos.

-¿Cual es la especialidad del chef?.-pregunte.

El sonrío.

-¿Que desea Madame?.-dijo con un perfecto acento francés.

Soltamos unas carcajadas.

Pensé por un rato.

-Sorprende me.-dije al fin.

-Acepto el reto.-dijo.

-Solo te diré, que no soy muy fácil de complacer.-dije divertida.

-Entonces, este mi querida Srta. Macri, será un reto digno.-dijo y nos dirigimos al pasillo de los enlatados.

Tomo unas latas y las fue colocando suavemente en el carrito.

Caminaba como si estuviese en una nube, se tomo esto muy en serio.

Caminamos por el pasillo de embutidos, de carnes, vinos de echo creo que recorrimos todo el súper mercado.

-Y por ultimo esto.-dijo tomando un vino tinto que estaba en su respectivo pasillo.-este es el mejor acompañante de este platillo.-dijo mirando me.

-¿Y se puede saber que harás?.- pregunte curiosa.

-No, dejara de ser sorpresa.-dijo tomando un vino blanco.

Pero me indico con uno con el dedo que parece muy importante.

-Este es el mejor acompañante del queso.-dijo mirando me.-es el perfecto equilibrio.-dijo.

-¿Entonces cada vino tiene un fin diferente?.-pregunte, no se mucho sobre vinos.

-Algo parecido, cada vino es el perfecto acompañante del perfecto platillo, solo debes agudizar los sentidos.-dijo colocando se detrás de mi, y pasando sus manos alrededor de mi.

-Mira, por ejemplo este.-dijo susurrando en mi oreja, mientras tomaba un vino tinto.-este es mas nuevo y elaborado con técnicas nuevas, pero jamas será mejor que este.- dijo tomando otro tinto, pero este se veía mas antiguo.-este es mucho mas viejo y su técnica no es nada innovadora, pero hay algo en el, que lo hace mucho mejor que el resto.-dijo estas ultimas palabras casi en un suspiro, para luego colocar el vino en su estante.

Tomamos unos panes recién salidos del horno, y luego nos dispusimos a ir a la
Caja.

Delante de nosotros estaba pagando una señora como de unos 40 años, que llevaba algunos postres y víveres.

Y le seguían dos chicos como de mi edad que llevaban vodka, y un sixs pack.

Alessandro estaba ocupado en el teléfono, mientras esperábamos nuestro turno. 
Tuve que apagar mi teléfono para que le rindiera la batería.

Los chicos volteaban y me sonreian tanto, al punto de ser irritante.

-Hey cariño.-dijo uno de los dos chicos.
Era moreno, pelo negro, cuerpo de gimnasio y ojos cafés.

Siempre fue él.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora