-Cariño...-dijo mi madre encendiendo la luz de mi habitación.
No estaba dormida, no pude dormir.
Miraba a un punto fija y las lagrimas caían por mis mejillas.-Camilo esta abajo, te llevara al instituto.-dijo suavemente.
Yo no quiero que el me lleve.
Quiero a mi Sr. Di pietri.-No iré.-dije sin ganas.
-Gabriela si iras.-dijo firme.-baja en 15 minutos.-continuo y cerro la puerta.
Solté un suspiro y me sentí realmente sola.
Alessandro no iba a venir por mi.
Me levante con mucha dificultad, y me dirigí al baño.
Me di una ducha fría y me vestí.
Me mire en el espejo y mi cabello recién lavado caía liso por mis hombros, pero tenia los ojos terriblemente hinchados, y la cara pálida.
Los movimientos los hacia con torpeza, y al mirarme al espejo solté algunas lagrimas, me limpie y tome unos lentes de lectura cuadrados, para disimular un poco y salí.En la sala estaba mi madre hablando con Camilo y cuando me vieron callaron.
Camilo me miro con tristeza y ni siquiera pude fingir una sonrisa.
Las punzadas en mi pecho eran mas grandes.
-Debes comer, anoche no comiste nada.-dijo mi madre preocupada.
No quiero.
Ni me importa.-Si, comeré en el instituto.-dije sin mirarla.
No quiero pelear con ella, no tengo ganas.
-Vamos Gabriela.-dijo Camilo acercando se a mi y tomándome por los hombros para darme equilibrio.
-Cariño, espera.-dijo mi madre revisando su bolsillo.
Tendió la mano y era mi teléfono.
Pero ya no lo quería, ya no.Lo tome con torpeza.
-Gracias ma.-dije en voz baja.
Camilo me guío a su auto y me ayudo a entrar y luego lo hizo el.
Dio marcha y al pasar donde Siempre Alessandro estacionaba no pude evitar mirar como ilusa si estaba ahí.
No estaba.
Estaba vacío.
El no estaba ahí, el no estaba estacionado donde siempre.Y comencé a llorar y sollozar.
-Camilo... El... El no vino por mi.-dije entre sollozos y lagrimas.
Camilo detuvo el auto.
-Gabriela.-dijo y me abrazo muy fuerte.-No mereces estar así, no tu, tu eres un angel.-dijo haciendo que llorase mas.-Todo va a estar bien, tu vas a estar bien.-dijo.
Respire profundo.
Camilo paso por una cafetería y luego de discutir termine comiendo una manzana.
La primera clase del día la compartía con Camilo.
Camilo llevaba mi bolso, se me hacia muy pesado llevarlo por mi cuenta.
Entramos al aula y Andrea me miraba a mi y luego miro a Camilo y se acerco a el.
-¿Tan fácil me olvidaste?.-le dijo gritando exaltada.
-Andrea tu y yo nunca fuimos nada.-dijo Camilo tratando de parecer relajado.
Andrea estaba visiblemente avergonzada, se coloco las manos en la cara para ocultar algunas lagrimas que caían y salió corriendo del aula.
-Sentemonos ahí.-dijo Camilo mientras yo miraba la puerta por la que salió Andrea.
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Siempre fue él.
RomancePrólogo. Gabriela es una estudiante del ultimo año de secundaria, tiene 16 años, es de tez morena clara, mediana estatura, pelo castaño, ojos miel y excelente condición física. Amigos no tiene, y eso la tiene sin cuidado, de hecho disfruta...