Capítulo 21.

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Desperté y me encontraba sola en esa gigantesca cama.

Hice un puchero.

A mi lado podía ver a la perfección el día soleado.

Estaba desnuda con una liviana sabana blanca cubriéndome, anoche fue maravilloso, y si la alfombra resulto ser MUY cómoda y placentera. No tienen idea.

Me estire, solté un bostezo y me levante tome la camisa de Alessandro y entre al baño caminando medio adormilada.

Me mire en el espejo y tenia el cabello desordenado, lo peine con un cepillo negro que encontré.
No tenia ojeras, aunque creí que si (después de lo de anoche), cepille mis dientes y salí de la habitación.

Camine por el pasillo y no había nadie, baje por las escaleras lentamente y la sala estaba sola pero escuche unos ruidos provenientes de la cocina.

Camine de cuclillas y estaba ahí... Alessandro sin camisa, su ancha espalda con algunas diminutas pecas, con uno pantalón gris largo semi-ajustado, que hacia que su trasero se viera tan fantástico.

Y sin darme cuenta, estaba mordiendo mi labio inferior.

Estaba haciendo crepes y se veía tan concentrado.

Me coloque detrás de el, me puse de puntitas y lo abrace por la cintura.

El volteo y me sonrío tiernamente, se dio la vuelta y me apoyo sobre la isla de mármol de la inmensa cocina.

Coloco sus manos a cada lado de mi y beso mi frente.

-Buenos días, Srta. Macri.-dijo sonriente.

-Buenos días, Sr. Di pietri.-dije mirándolo.

-Te ves maravillosa.-dijo sobre mi frente y acto seguido me beso dulcemente.

¿No es un sueño fantástico despertar así?.

Comenzó a sonar una especie de sonido chillón, era como un "pi".

-Diablos.-dijo Alessandro en voz baja.

Me dio un ultimo beso, y se volteo a apagar la humeante cocina.

Me di vuelta y me senté en la barra.

-Usted me distrae Srta. Macri.-dijo colocando tomando un plato con  las crepes de chocolate y colocándolas frente a mi.

El tomo un plato y se coloco a mi lado.

-Gracias chef.-dije sonriendo.

Alessandro río un poco y comenzamos a comer.

-Esto estuvo delicioso.-dije tomando el ultimo trozo de mi crepe.

-Es un placer que le haya gustado.-dijo dándome un pequeño beso, y recogiendo mi plato.

Me levante y coloque el resto de los platos en el lavavajillas.

-¿Preparada para hoy, Srta. Macri?.-dijo Alessandro tomándome por la cintura, sobre mi frente.

¿De que habla?.
Puse cara de confundida.
Y...

-Rayos.-dije recordando el almuerzo.

Y de forma instantánea comencé a temblar y los nervios se apoderaron de mi.

Alessandro me estrecho dulcemente.

-Todo va a estar bien.-dijo susurrando sobre mi frente para calmarme.

Aspire su delicioso olor.

-¿Y si no?.-pregunte como una niña.

-Usted y yo juntos, podemos resolver todo.-dijo sobre mis labios.

Siempre fue él.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora