No me importaba nada, no podía pensar en la consecuencia de lo que estaba haciendo, simplemente ver sus ojos me hacia que me olvidara de todo.
Alessandro comenzó a escalar, pero luego me di cuenta de que no había nadie, porque no simplemente le abría la puerta.
Comencé a reír en voz baja por mi estupidez, parecía una Julieta frustrada.
-Sr. Di pietri. Por la puerta.-dije bajando la mirada. Se veia tan tierno, tratando de escalar, se notaba que no tenia idea de lo que estaba haciendo.
Soltó una risita, por mi torpeza.
Me miro e hizo el saludo militar que yo siempre hago, y se encamino en dirección a la puerta.
Entre en mi habitación rápidamente, y me mire en el espejo, no me había dado cuenta que aun tenia el vestido con el sweater.
Tome un short deportivo negro Nike ajustado, el sweater tapaba el short y parecía que no tuviera nada, así que me puse una camisa blanca que estaba tirada en mi cama, me coloque unas medias blancas y me di un ultimo vistazo en el espejo y tenia ojeras, el pelo me caída desordenado a cada lado de mis hombros, y los ojos hinchados y rojos.
Baje corriendo lo mas rápido que pude.
Abrí la puerta sin pensarlo tanto, porque sabia muy bien que esto era una locura, y habían tantas cosas que podían salir mal.
Abrí la puerta, tome su mano y rápidamente lo subí a mi habitación.
Escuche como Alessandro cerro la puerta descuidadamente, y es que no lo culpo, lo tome rápidamente porque podría llegar alguien.
Su mano estaba un poco fría pero no mas fría que la mía, estrecho mi mano con dulzura y me siguió el paso.
Cuando llegamos a mi habitación solté su mano suavemente y cerré la puerta.
Alessandro estaba parado frente a mi y me miraba tan dulcemente.
Me partía que el corazón no poder besarlo. Pero no puedo hacerlo.
Mirar sus ojos grises intensos, sin brillo, me dolía y mucho.-Gabriela, ¿que esta pasando?.-dijo preocupado acercándose a mi.
Tenia los ojos cristalinos, una palabra mas y no podré mas.
Me estrecho en sus brazos, en sus fuertes brazos, aspire su perfume y no pude soportarlo mas, comencé a llorar sin parar.
No quiero hacer esto.
Alessandro me apretó mas hacia el con ternura, pero podía sentir que su corazón estaba acelerado, estaba preocupado.
-Tranquila.-dijo susurrando.-respira gabriela.-dijo suavemente.
Coloque mi cabeza en su cuello, y comencé sollozar.
-No puedo estar contigo.-dije separándome de el, tratando de tranquilizarme.
Su rostro mostraba confusión y algo mas, que no podía reconocer.
Era temor.
Yo también lo tenia, no quiero perderlo.
Y con tan solo escuchar esas ultimas palabras que dije, una lagrima amenazaba por bajar a mi mejilla.Estaba en estado de shock, su mirada gris estaba pérdida, nunca la había visto así.
-¿No quieres estar conmigo?.-dijo lento y en casi un susurro, mirándome por un momento.
Lo mire y me partía el corazón, había herido a mi cretino.
-Si quiero, pero no puedo.-dije en el mismo tono, morandolo sincera, y la lagrima por fin cayó libre.
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Siempre fue él.
RomancePrólogo. Gabriela es una estudiante del ultimo año de secundaria, tiene 16 años, es de tez morena clara, mediana estatura, pelo castaño, ojos miel y excelente condición física. Amigos no tiene, y eso la tiene sin cuidado, de hecho disfruta...