Capítulo 10.

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Estoy desesperada.
No se que hacer.
Siento que no puedo respirar.
Estoy por tener un ataque de pánico.

Me encontraba el frío piso, con un montón de ropa mi alrededor.

Me estaba pasando lo peor.
No sabia que ponerme para la cena con Alessandro, y me dijo que pasaba por mi a las 8 pm.
Ne que dan solo algunas horas, para descubrir que me pondré.

Y en mi closet no estaba, había buscado tanto, que lo mas posible es que haya hecho una segunda entrada a Narnia.

Tengo que ir de compras, y en momentos como este desearía tener amigas.

No quiero ir al centro comercial sola.

Mi hermana esta estudiando para unas pruebas, así que ni loca la interrumpo.

El reloj corre.

Mi teléfono comenzó a sonar.

-Srta Macri.-dijo con esa voz calmada y dulce.

-Sr. Di pietri.-dije suavemente.

-espero que su mañana este siendo agradable.-dijo y podía sentir una sonrisa al otro lado de la linea.

Su voz me calmaba en medio de todo el caos.

-No tan bien como esperaba.-dije desahogando me.

-¿Que pasa Gabriela?.-dijo con preocupación en su tono.

Amo cuando se preocupa por mi.

-Es solo que no se que ponerme.-dije como una niña.-todos están ocupados, y no quiero ir sola de compras, y tengo una cita en un par de horas con un cretino.-finalice agobiada.

Soltó una risita.

-Mmm...-dijo pensando.-yo seré tu compañeros de compras.-dijo con seguridad.-paso por ti en media hora.-dijo luego.

Ja ja.
No podía ir con mi cita a elegir ropa para la cita, eso va contra la ley.

-No.-dije como si fuera lo mas obvio del mundo.

-Vamos Srta. Macri, no creo que el cretino se moleste si la acompaño.-dijo.

-No, no quiero que veas lo que me pondré.-dije sonriendo.

-Bueno, yo cierro los ojos.-dijo tratando de convencerme.

Esto es muy tonto.

-Esta bien.-dije.-serás mi compañero de compras.-esto sonaba muy estúpido.

Soltó una carcajada.

-Será un placer para mi, Srta. Macri.-dijo y sentía como si me estuviese susurrando.

-Hasta pronto.-dije suavemente y colgué.

Me puse un enterizo corto verde militar de manga larga y cruzado en la parte de los pechos, junto a unas zapatillas tipo bailarina color tierra, me deje el pelo suelto y con ondas.

Alessandro llego justo a tiempo.

Traía puestos un bermuda marrón con una camisa de manga marga blanca y unos ray ban.

Siempre fue él.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora