CAPÍTULO 1

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-Señorita Medina, Antonio acaba de llegar.

-Gracias, Susan – me puse los pendientes mirándola a través del espejo – dile que no se demore.

-Enseguida, con permiso.

-Propio. – me levante de la silla en busca de la bata de seda que colgaba en la pared, solté mi cabello y los rizos cayeron tras de mí espalda, a los siguientes segundos me senté en la silla frente al tocador en espera de mi maquillador

-Querida – Antonio entro a mi camerino con su habitual adrenalina acompañado de sus dos asistentes – disculpa la demora, el tráfico estaba insoportable.

-Buenos días – gire la silla con una sonrisa en mi rostro – tienes media hora de retraso, por lo tanto yo también lo tengo, afuera todos me están esperando.

-Lo siento, querida – poso su mano en mi barbilla – pero tú eres una diosa así que no nos vamos a demorar.

-Señorita Medina, tiene 15 minutos para salir. – Susan abrió la puerta del camerino y así mismo la cerró.

Antonio y sus asistentes empezaron a maquillarme de manera natural, esa mañana tenía que grabar la escena de un desmayo en mi habitación así que no debía ser nada extravagante, a los diez minutos salí del camerino con Antonio detrás de mí arreglando de nuevo mi cabello.

-Scarlet, media hora de retraso – Adolfo se acercó con el libreto en mano.

-Lo siento – sonreí – prometo que lo recompensare y por mí no tendrás que repetir escenas.

-Sé que eres una profesional, es la segunda novela que hacemos juntos y no tengo quejas de ti – miro a Antonio – tienes suerte que Scarlet te prefiera a pesar de que seas tan impuntual.

-¿Estamos listos? – Sergio salió detrás de los escenarios con su atuendo puesto.

-Si – sonreí y me acerqué para abotonarle la camisa - ¿recuerdas que entras dispuesto a salvarme, amor prohibido? No puedes entrar así.

-No sé qué haría sin ti – sonrío e hizo un movimiento gracioso – gracias.

-En sus posiciones – Adolfo ocupó su silla frente a la cámara y todo el equipo de producción se puso a la orden, tuvieron que transcurrir unos dos minutos para que diera la señal de que empezábamos la primera toma.

Cuando el reloj marcaba la seis de la tarde ya estaba saliendo del canal con un vaso de café caliente en mano, había sido una jornada agotadora, la noche anterior no había dormido lo suficiente porque las grabaciones habían durado hasta la madrugada, así que tenía planeado llegar a casa y dormir inmediatamente – Señorita Medina – un reportero me detuvo con cámara enfrente - ¿podemos hacerle algunas preguntas?

-Si – suspendí las gafas hacia mi cabello – por supuesto.

-Enciende la cámara – me sonrió y después de unos segundos puso el micrófono frente a mí – buenas tardes, señorita Medina ¿es cierto que su relación con Fernando Montero está en crisis? – esa misma pregunta me la venían formulando desde hace dos semanas atrás, cuando Fernando salió, en varios medios de comunicación, con una compositora venezolana y estos habían dado a entender que ellos tenían una relación a escondidas.

-No – le dedique una sonrisa a la cámara – esos rumores son falsos, Fernando y yo estamos muy bien en nuestra relación y no existen terceros, ambos somos muy profesionales en nuestro trabajo.

-Pero las fotografías que salieron en la prensa Latinoamericana muestran a la pareja muy cariñosa ¿qué dice al respecto?

-Digo que Fernando está promocionando una gira temática de amor y Amelia es su compañera de gira, por lo que tienen que demostrar una buena química para el público, como en una novela.

SIEMPRE LOS DOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora