CAPÍTULO 10

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Negué con la cabeza al tiempo que me acercaba a ella con pasos lentos, su rostro me decía que algo muy malo estaba pasando. – No me asustes.

-Tenga – me extendió la ipad y la tome con duda, le di una mirada a ella y después mire la pantalla encendida – esta foto es la evidencia final de que Fernando Montero mantiene una relación clandestina con Amelia Gallardo, esta vez el intérprete de baladas pop salió de la habitación de su compañera cerca de las cuatro de la mañana según una fuente cercana... – estaba leyendo en voz alta y no pude continuar, me senté en la cama con los ojos vidriosos mientras el aparato electrónico reposaba en mi piernas.

-Todos los medios de comunicación están hablando de esto, es la noticia del día, al parecer alguien los fotografió y no dudó en mandarlo a la prensa, claramente es el señor Fernando y las dos fotografías revelan las horas, una a las dos y media de la mañana y la otra a las cuatro...

Deje de escuchar a mi asistente porque no podía con tanta información, en mi mente solo estaban esas dos imágenes, la primera en la que Fernando entraba a la habitación de Amelia con ella en brazos y la segunda donde salía una hora y media después, mi corazón latía de prisa, él no me podía estar engañando, lo que menos me importaba era la prensa o lo que tenía que decir, yo tenía que escuchar su versión, ya habíamos pasado por esto.

Estaba luchando de sobremanera para que las lágrimas no salieran de mi ojos, yo no lloraba delante de nadie, no podía llorar, esto era una mentira, Fernando no podía engañarme así ¿porque lo haría? No tenía motivos - ... Su teléfono está apagado y el señor Molina ha tratado de comunicarla durante toda la mañana, los medios de comunicación no tardarán en venir, señorita.

-Esto es mentira – mire a mis asistente sin ningún rastro de lágrimas en mis ojos – esto tiene una explicación.

-Quizás la tenga, pero eso no lo dice la prensa, usted tiene que hablar con ellos – se acercó a la ventana – y creo que tendrá que ser ahora, en la entrada de la casa ya están varios periodistas, sabía que no tardarían en venir.

-No voy a declaraciones – me levante de la cama y deje el iPad sobre ella – baja y diles que no voy a hablar con nadie, antes debo hablar con mi novio, déjame sola por favor.

-Con permiso, señorita. – salió de mi habitación y yo me quedé en la ventana viendo la escena de la entrada, cámaras, micrófonos y personas luchaban por entrar a la intimidad de mi hogar ¡esto no podía ser verdad! Deje la ventana y tome mi teléfono que estaba en el buró de mi cama, lo prendí y lo primero que hice fue llamar a Fernando – Amor, justamente te iba a llamar.

-Dime que no es verdad.

-¿Qué cosa?

-¿Dónde estás?

-En el aeropuerto con Paola, ahora vamos a subir a la limusina.

-Entra por la parte de atrás, toda la prensa está aquí en la casa y debes saber porque.

-¿Qué pasa, Scarlet?

-Eso te pregunto a ti, hablamos en casa. – lance el teléfono en la cama en un acto de cólera, no tenía los pensamientos en claro, ideas iban y venían a mi mente, camine a pasos rápidos hacia la pequeña sala de estar y tome la computadora portátil, abrí enseguida la página de Google y puse en el buscador las noticias del día, en efecto Susan tenía razón, todos los resultados de la búsqueda eran de Fernando y Amelia, abrí varías páginas y todas decían casi lo mismo, en todas salían las dos fotos, abrí mi perfil social y ya la audiencia se estaba manifestando, esto se estaba convirtiendo en una bomba de tiempo.

SIEMPRE LOS DOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora