CAPÍTULO 48

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*** FERNANDO MONTERO ***

Volví al lobby con mi novia en mi regazo, no dejaba de llorar, sus mejillas estaban sonrosadas al igual que su nariz y sus ojos, sus sollozos me partían el alma, yo estaba igual aunque trataba de ser fuerte por ella, me había derrumbado en primera instancia pero ya no podía hacerlo más, había una adolescente que me necesitaba más que nunca al igual que el amor de mi vida.

La salida estaba llena de policías y periodistas, el gerente del hotel estaba atrapado por todos al igual que los recepcionistas y empleados, varios curiosos se habían dado cita para ver el accidente, criminalística estaba levantando el cuerpo inerte de Amelia, no deje que Scarlet lo viera, Zoe estaba rindiendo declaración de rigor aún con mi prohibición, los policías no sabían que era ser prudente en esos casos.

Estaba a unos metros de ella, ahora solo nos tenía a nosotros, no iba a permitir que los periodistas la interrogarán, este no era momento para nada – Voy a verla – le susurré a Scarlet en el oído – ha sido suficiente por este rato.

-Sí, tenemos que ir a casa, mi hermana debe estar preocupada. – pasó las manos por su cabello, Dios, odiaba verla así, odiaba que sufriera, le atraje de nuevo hacia mí y le di un beso en la frente, no la iba a dejar sola mucho tiempo.

-Señores, por favor les pido respecto para esta niña, acaba de perder al único familiar que tenía y no creo que sea momento para más indagaciones, es lógico que la muerte de la señorita Amelia Gallardo no fue un accidente así que esto está de más. – tome a Zoe entre mis manos y ella se aferró a mi cuerpo, su semblante era igual al de mi novia así que sin esperar respuesta de los oficiales, la saque del círculo donde se encontraba.

-Gracias. – sollozo entre mis brazos.

-De nada, Zoe cuentas conmigo a partir de ahora, siento mucho que tu hermana haya tomado esta decisión, pero estaba enferma, no te sientas culpable de nada.

-Sé que no soy la culpable de nada, pero me siento muy confundida – me miro a los ojos - ¡acaso no le importaba!

-Si le importabas – Scarlet se acercó a nosotros – eras su hermanita.

-¿Tú sabías que iba a cometer ese crimen? – por un segundo vi rabia en su mirada.

-No – levanto las manos – déjame terminar, ella solo me dijo eso, cuando le pregunté el porqué de su petición me cambio el tema, jamás pensé que tendría en mente suicidarse, la vi mal, pero no a tal grado, si yo hubiera sabido que pretendía hacer eso jamás la hubiera dejado sola pero... – se acercó a Zoe y la abrazo con fuerza, ella dudo al principio, pero al final correspondió a ese abrazo y ambas se hundieron en un llanto silencioso.

Saque mi teléfono y le marque a César, le pedí que llevará el auto a la esquina del hotel mientras nosotros salíamos por la parte trasera, cuando corte, Espinel ya nos estaba llamando, tome a las dos por los hombros y caminamos hacia el pasillo izquierdo que llevaba a la piscina, por ahí había una entrada para estos casos, Scarlet me abrazo por la cintura con más fuerza y yo me limité a besar su cabello, esta situación nos estaba sobrellevando.

Al salir a la calle fue como una sensación de respiro, la mañana decía ser buena a no ser por la tragedia que se estaba viviendo, me puse los lentes de sol y le di unos similares a Zoe y Scarlet, ellas lo tomaron y con Espinel adelante y dos guardias atrás salimos del hotel sin ser visto por la prensa que esperaba por nosotros en la primera entrada.

-¿Qué fue lo que pasó? – Paola nos interceptó una vez bajamos del auto, estaba con Carlos y también había llorado, su mirada la delataba – no puedo creer lo que vi en las noticias, digan algo. – miro con preocupación a su hermana y a su amiga.

SIEMPRE LOS DOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora