CAPÍTULO 17

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-¿Estás segura de ir al canal?

-Debo retomar mi vida – suspire largamente a mi reflejo – no puedo seguir retrasando mis actividades.

-Pero, solo mírate – se puso tras de mí y sus manos reposaron en mis hombros – tus ojos están rojos de tanto llorar que ni siquiera el maquillaje pudo ocultarlo y eso que Antonio es un experto.

-No puedo ocultar el dolor que siento por dentro, Paola – la mire por el espejo – todo esto es tan complicado, no puedo creer que mi vida cambio de un momento a otro.

-Tendrás que acostumbrarte a tu vida sin Fernando, porque él no tiene perdón, él fue el error más grande de tu vida.

-No digas eso, hermana – me levante de la silla – Fernando no apareció en mi vida por casualidad, él me dejo mucho de su esencia así como se llevó parte de la mía, nada es casualidad entre dos personas que han compartido tres años de su vida.

-No te entiendo, él te traicionó durante mucho tiempo. – se cruzó de brazos.

-No lo justifico ni mucho menos lo defiendo – uní mis manos a través de mis hombros – pero sabes que no soy una mujer de impulsos desenfrenados y que todo lo que he logrado en todos los ámbitos ha sido gracias a que pienso bien las cosas antes de actuar.

-¿Qué quieres decir?

-Que tuve muchos días y noches para analizar todo y han sido en esos análisis de conciencia en los que he derramado miles de lágrimas y sé que Fernando no es el único culpable de que la relación se haya roto, si él se involucró con su compañera de trabajo fue porque algo le faltó para ser feliz y es que el hombre... Nunca se puede saciar completamente y no hablo de un ámbito específico... Así es su instinto.

-¿Te refieres a que él estaba buscando lo que no encontraba contigo? Discúlpame, pero yo siempre los veía muy felices y realmente parecían la pareja perfecta y tú siempre me dijiste que todo estaba bien.

-Ven acá – extendí mi mano y ella la tomo, la lleve hasta la cama y ambos nos sentamos – estar en un matrimonio es algo muy complicado y sé que me vas a decir que yo no estaba casada con Fernando, pero vivíamos juntos y es prácticamente lo mismo porque hacíamos y compartíamos todo lo de un matrimonio – la mire a los ojos – y cuando digo que es complicado me refiero a que tienes que aceptar y acoplarte a la otra persona, ambos deben lograr ese equilibrio...

-¿Tú lo lograste?

-La mayor parte del tiempo, y es por eso que éramos "la pareja perfecta" – baje mis dedos - porque a pesar de tener problemas jamás lo sacábamos a la luz porque solo eran nuestros y es mejor que la ira de terceros no se despierte por simples tonterías y a veces esos problemas surgían por la falta el tiempo, ya sabes que pocas eran las veces que estamos juntos, ya sea por mi trabajo o por el de él.

-¿Entonces...?

-El hombre es más débil que nosotras y cuando sus satisfacciones no son cumplidas a cabalidad entonces ellos empiezan a buscar en otra persona lo que no encuentran en casa, lastimosamente la sociedad los ha hecho así y ellos pocas veces se sienten culpables, y el asunto empeora cuando se trata de sexo, cuando no puedes cumplir todas las noches con él empieza a ganarle la frustración y muchas veces su autoestima.

-¿No estabas siempre con Fernando?

-No siempre – cruce ambas piernas y repose mis manos en ellas – pensé que a él no le molestaba, pero ahora me doy cuenta de que si, habían veces en que yo estaba cansada porque mi trabajo demanda horas de madrugada y llegaba directamente a dormir, en otras ocasiones yo tenía que irme a grabar a otro lado y él quedaba solo en casa – los ojos se me llenaron de lágrimas – pero él me apoyaba tanto... Que jamás pensé que a la larga esto nos separaría.

SIEMPRE LOS DOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora