CAPÍTULO 49

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-Tenemos que grabar en exteriores, Scarlet – Adolfo me miro con un poco de impaciencia, al parecer llevaba minutos esperando mi respuesta - ¿estás bien?

-Sí, ya los alcanzo, iré al camerino y me cambiare enseguida – mire a Fernando - ¿vas a la disquera?

-Sí, tengo que arreglar unos asuntos con Donatto sobre las giras, hay trámites legales con los representantes de los países donde íbamos a cantar, aún no puedo creer todo esto – pasó las manos por su cabello – es muy complicado.

-Nos necesitamos más que nunca, amor.

-Te espero en casa, castaña. – beso mi frente y salió del pasillo luego de despedirse de los chicos.

En compañía de Carolina fui hasta mi camerino, ahí me esperaba Adolfo y Susan, enseguida empezaron con la caracterización del personaje sin decir ni una palabra, nadie sabía que decir, así había sido esta semana, todo el mundo pensando que si decía algo estaría mal, había una historia entre Amelia, Fernando y yo, una historia que me hubiera gustado que terminara de otra manera, más no con ella quitándose la vida.

Debo decir que me faltó concentración en las escenas, varias veces Adolfo me regaño a través del apuntador por haber olvidado un diálogo, pero al fin pude salir del canal pasada las ocho de la noche, ya nos encontrábamos en la parte final de la novela, si nada salía mal en septiembre ya habríamos culminado las grabaciones, en la entrada me esperaba César, apenas me vio abrió la puerta del coche lo cual agradecí, minutos después ya estábamos en la avenida principal rumbo a mi casa.

-Hola, Paola – la salude al bajar del carro ya que estaba sentada en la escalera con el pequeño cachorro en sus piernas - ¿cómo así aquí?

-Estaba pensando – soltó al cachorro y se levantó para dame en abrazo - ¿cómo estuvo la jornada? Vi la rueda de prensa con Zoe, ella lo tomo muy bien.

-De no haber sido por ella yo estaba dispuesta a decir toda la verdad – caminamos hacia las escaleras de entrada – no es justo que Amelia quede como mentirosa.

-Scarlet, ya hablamos de eso – pasó la mano por mi brazo – el hecho de que este muerta no la convierte en una santa, ella utilizo medios descabellados para hundirte, lo único que tú estás haciendo es salvar tu imagen ¿qué caso tiene que ahora todos sepan que Fernando mantuvo una relación con ella?

-Sí, quizás tengas razón y como dijo Carlos hay verdades que lastiman más que la mentira.

-Él siempre sabe qué decir. – se dibujó una sonrisa en su rostro.

-¿Te gusta Carlos? – me detuve en la sala y la mire con una sonrisa.

-No – miro hacia los costados sin evitar la sonrisa – bueno, quizás un poquito.

-¿Te gusta en serio o es otra de tus conquistas pasajeras?

-No lo sé, es una gran persona, he visto cómo ha manejado todo este asunto y eso me ha hecho admirarlo, se ha preocupado tanto por nosotras sin que seamos nada de él – suspiro con ternura – no había conocido a nadie así.

-¿Y él que te dice?

-No tengo idea – se cruzó de brazos – por momentos me hace pensar que le intereso, pero por otros simplemente parece que solo quiere mi amistad.

-Buenas noches – Carlos cerró la puerta de entrada tras él con una sonrisa grande en su rostro – es bueno verlas a las dos juntas, en esta semana fue casi imposible. – me dio un beso en la mejilla y después a mi hermana, se detuvo al lado de ella.

-Ha sido una semana de locos, iré a ver mi madre – sonreí – los dejo, le dicen a Fernando donde estoy.

-De acuerdo.

SIEMPRE LOS DOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora