CAPÍTULO 29

1.3K 94 10
                                    

-Una serenata de parte de Fausto Miño es otro de nuestros regalos para ti – papá tomo la palabra explicando la presencia de mi artista favorito en el jardín de la casa – puedes comenzar. – le hizo una señal y este con una sonrisa empezó a entonar las melodías de su guitarra.

-Para que exista tu cuerpo, papá y mamá juntaron mucho amor y si es valiente tú pecho, es que heredaste de tu abuelo el corazón, yo sé bien que esta dolida por esta separación, también sé que no has querido estar en medio de los dos.

Tú te mereces amor de dos, con madre y padre, a tu alrededor, tú te mereces el mar y el sol, película romántica y otra de acción. Tú te mereces amor de dos, un viaje en carretera y otro en un avión, tú te mereces más protección, que sepas bien que eres la bendición de dos.

-Es hermosa – me apoye en el hombre de mi padre y apreté la mano de mi madre más fuerte, los ojos se me llenaron de lágrimas y sentí la mano de Paola en mi hombro mientras Fernando me daba una sonrisa discreta del otro lado donde se había quedado admirando todo.

-Cuando los grandes fallamos y no podemos superar algún dolor, es lo mejor separarnos hasta para cuidar tu dulce corazón, pero tú tienes tu padre y madre y es tan sagrado aquel amor de ti no se ha ido nadie, dos contigo y tú con dos, tu te mereces amor de dos, con madre y padre a tu alrededor, tú te mereces el mar y el sol, película romántica y otra de acción, tú te mereces amor de dos, un viaje en carretera y otro en un avión, tú te mereces más protección, que sepas bien que eres la bendición de dos. – toco los dos últimos acordes con lentitud y mis ojos ya estaban llenos de lágrimas que se deslizaron por mis mejillas, me abrace a mi familia y ellos respondieron el gesto, mire al cielo por unos minutos y le di un "te amo" a mi bebe, descubrí a Fernando mirando también.

Fausto Miño se levantó de la silla en donde estaba y camino hacia mí, mis padre me soltaron y yo camine también hacia él – Hola – lo abrace con emoción - ¡gracias por estar aquí!

-Tienes que agradecerle a tu novio – me sonrió – él fue quien hizo que estuviera aquí – debo decirlo amaba ese acento que tenía - ¡feliz cumpleaños de nuevo!

-No sabes lo que significa que estés aquí, jamás me perdí ningún concierto tuyo.

-Yo puedo decir en mi defensa que veo tu novela.

-No lo creo – le tome la mano – de seguro debes estar ocupado como para verla.

-No miento, aunque está bien, no la veo todos los días, pero eso no significa que no lo hagas, eres un orgullo para todos.

-Gracias, quiero dejar el nombre de mi país muy en alto.

-Así será, Scarlet – miro a Fernando – creo que alguien quiere pasar tiempo con su novia, me alegra que se hayan arreglado, no sabes la revolución que se causó aquí por su separación, me encanto estar aquí, pero tengo que irme, tengo una entrevista en la radio a las 5 de la tarde y ya son las 4:20 y sabes cómo es el tráfico aquí en Quito a esta hora.

-No te preocupes – lo abrace de nuevo – gracias por este día y espero que podamos vernos pronto.

-Me encantaría ¿qué te parece una cena mañana? Con tu familia.

-Claro – sonreí - ¿mañana a las nueve?

-Perfecto, te pasó la dirección más tarde ¿me obsequias el número de teléfono?

Saqué mi teléfono y le di mi número, él me di el suyo y después de un beso en la mejilla se despidió de todos y se fue con el pianista.

-¿Te gusto la sorpresa? – mi hermana me miraba con emoción.

SIEMPRE LOS DOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora