CAPÍTULO 25

1.3K 79 5
                                    

Subí a la habitación utilizando las escaleras, había salido hace media hora a correr y tenía el tiempo justo para acudir a la cita, por así decirlo, con Carlos, me había dejado pensando en que tenía planeado a la seis de la mañana, entre al baño y utilice el agua caliente.

Esa mañana tenía una pauta con Sergio y debía estar en la piscina así que no serviría de mucho que fuera maquillada al canal, así que cuando salí del baño opte por una coleta súper alta, ropa básica y zapatos sin tacón, entonces escuche el sonido de la puerta, salí de la habitación hacia la sala de la suite y ahí lo vi parado – buenos días.

-Buenos días, Scarlet – nos dimos un abrazo - ¿nos vamos?

-Aún no sé qué tienes en mente – estire mi brazo hacia la derecha y tome la bolsa con el libreto – pero vamos.

-¿Dormiste bien?

-Sí, una hora después que nos despedimos.

-El desayuno nos está esperando en la piscina ¿te animarías a entrar al agua?

-Creo que no, el agua debe estar muy fría. – sonreí ante la ocurrencia.

-Estoy seguro que no te resistirás cuando la veas. – empezamos a bajar por las escaleras ya que en el ascensor habían muchas personas esperando a que este subiera.

-¿A qué se debe toda esta sorpresa? – lo mire con un poco de curiosidad.

-Anoche te lo dije, quiero que sonrías siempre, ya no te quiero ver triste y siempre es bueno una terapia de felicidad a primera hora de la mañana.

-Eres muy tierno.

-Las personas como tú inspiran a los demás, jamás me voy a olvidar de todo lo que has pasado desde que nos conocimos.

-Has sido muy importante en este proceso. – llegamos al lobby y cruzamos directamente al área de recreación del hotel.

-Cierra los ojos y los abres cuando te diga.

-Está bien, doctor – hice lo que me pidió y tomo mi brazo para ayudarme a caminar, solo bastaron unos 25 pasos para que me dijera que abriera los ojos y ahí estaba ante mí la piscina llena de globos – no lo puedo creer.

-Feliz cumpleaños anticipado – me sonrió con una cara de ingenuidad – creo que mañana no tendré el tiempo para decirlo, no pensarás que lo había olvidado.

-Gracias, Carlos – lo abrace con fuerza y nos mantuvimos así por algunos segundos – de verdad que no esperaba esto, mil gracias.

-¿Ahora sí te animas a nadar? Mira que hay muchos globos esperando por ti y sobre todo el agua está tibia.

-Eres increíble – nos separamos, pero mantuvimos nuestras manos juntas - ¡gracias! – empecé a correr hacia la piscina trayéndolo conmigo y cuando estuvimos al borde, así como la primera vez, lo arrastre al agua y los globos se dispersaron en nuestro camino.

-A partir de hoy tendré que cargar ropa de baño cada vez que este contigo, quería que solo tú entrarás. – empezó a reír mientras llevaba sus manos a su cabello ahora húmedo.

-Con nosotros el agua siempre está de por medio – tome una de los globos y lo lance en su dirección – no sé cómo pagarte este maravilloso inicio de día.

-Ya me lo pagaste con tu sonrisa – me lanzo de nuevo el globo – ahora tenemos que ir a desayunar o de lo contrario llegarás tarde a tu trabajo.

-Como mande el doctor – tome otro globo y se lo lance acompañado de un poco de agua – vamos.

Camine muy despacio bajo el agua seguida de Carlos, en un momento sentí un globo tocar mi cabeza, voltee rápidamente y encontré a mi amigo mirando hacia otro lado con un silbido desentendido por lo que empecé a reír y tome otro globo que le dio directamente en el rostro entonces salí corriendo de la piscina para evitar su alcance.

SIEMPRE LOS DOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora