37. Y la besé...

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-¿Qué te pasó Liam? ¿Porqué estás en esa silla?- Las preguntas salían de la boca de Lilly, pero se desvanecían en el aire ante mi ausencia de respuestas. No lograba comprender porqué estaba ahí, en la puerta de mí casa, frente a mí. Después de todo lo que paso viene como si nada.

-¿Liam?¿Todo está bien? ¿Te sientes bien?- Esa voz me sacó de mí impacto.

-¿Quieres qué te lleve adentro?- Me sigue preguntando una preocupada y confundida Julia.

-Yo...yo estoy bien Julia, descuida.- Le respondí.

-¿Y quién es ella?- Ahora es Lilly la que me habla en un tono despectivo.

-Soy Julia Bridges. Le respondió, sin ponerle mucha atención al tono que usó Lilly en ella.

-¡Ajá, ok! Bueno, ¿puedo entrar? , pregunto tranquilamente Lilly.

-Supongo...que...- Julia iba a dar espacio para que Lilly entrara y Lilly estaba a punto de ingresar.

-¡NO! , dije rotundo y ambas me voltearon a ver. Julia se veía confundida, pero Lilly parecía molesta ante mi respuesta.

-¿No me vas a dejar entrar a la fiesta, de mi sobrina? , hizo enfásis en sus últimas dos palabras.

-Ella no es nada tuyo, le dije.

-Sabes que eso no es verdad. Me reclamo.

-Sabes bien que no te quiero cerca de mi familia, no te quiero ni a ti, ni a tu hermana ni a nadie que tengan algo que ver con ustedes.

-Ella también es mi familia.

-MI HIJA, no es nada tuyo y mucho menos familia, por que eso no te importó cuando le aconsejaste a Brenda que abortara.- Lilly no respondió ya nada, y pude sentir el asombro de Julia y el enojo de Lilly. Ella sólo dio media vuelta y se fue de la casa.

Julia no hizo pregunta alguna sobre lo sucedido y tampoco se lo comentó a mi familia, es bastante discreta, seguro entendía bien que yo deseaba que la fiesta transcurriera de la mejor manera.

El resto de la fiesta fue increíble, y llegado el momento de cantarle, me pusieron a Abby en mis regazos y nos acercamos a la mesa del pastel y empezamos a cantar y mientras cantaban, yo veía a mi bebita tan grande y hermosa, pero tan pequeña a la vez.

No lamento el camino que me llevó a Brenda, a pesar de lo que ha hecho, porque ella me dió el motivo de la celebración, fue difícil y más aún si tienes que proteger a tu hija de su propia madre.

Y ahí estaba yo, con mi hija en mis regazos, cantándole "Feliz Cumpleaños" , en su primer añito, rodeado de nuestra familia, que de verdad quieren a Abby, eso me agrada, ver a Abby con linda sonrisa y llegado el momento de los aplausos, con Abby conmigo, apagamos la única velita en el pastel, después de eso, Fio comenzó a repartirlo a todos. Pastel y refrescos para todos, a Abby le gusta mucho el pastel y este no fue la exepción.

Llegado el momento de los regalos, ya Abby estaba algo cansada, pero se animo al ver que uno de sus regalos, era un peluche de perro, y así fue, entre peluches, ropita y otras cosas, fueron los regalos que le dieron.

Abby ya estaba dormida cuando terminó la fiesta, me dio tiempo de limpiarla y ponerle su pijama, antes de que cayera rendida de sueño en la cunita.

* * * * * * * * * * * *

Pasaron varios días, como unas tres semanas desde el cumpleaños y Abby ya camina y mamá le ha enseñado a "nadar" un poco y dice claramente papá, estoy muy feliz y orgulloso de mi hija.

De Lilly, no he sabido nada más, se fue del país o eso me contaron. Entre más lejos, mejor.

Muy pronto me retiraran el yeso y me pondrán algo así como una bota médica, lo cual servirá para ya no usar más la silla de ruedas. En parte, eso me alegra, ya podré valerme un poco más por mí mismo, pero otra parte, significa que ya será menos los días que le queden a Julia en está casa y me he acostumbrado mucho a su presencia, será muy distinto sin ella aquí, aunque seguro ella tiene deseos de irse, durante el día la llama unas tres o cuatro veces el doctor Scott, empiezo a creer que si hay algo entre ellos.

Gonzalo llegó esta tarde y planea llevar a Fio al cine. Al parecer todo marcha muy bien entre ellos dos y eso me alegra.

-Eres un gran padre, viejo, no imagino a nadie mejor que tú para ser padre de Abby.- Me dice mi amigo mientras se sienta en el sofá de la sala, a esperar a mi hermana que aún no estaba lista.

-¡Muchas gracias amigo, significa mucho!- Le dije a Gonzalo.

-¿Cómo van las cosas con Fio?- Le pregunté.

-Todo va muy bien, tu hermana es una gran chica.- Se quedó un rato en silencio y parecía algo pensativo.

-¿Todo bien?

-Sí, es sólo que no quiero arruinar las cosas con ella, yo...ella es todo lo que había soñado, hasta más, y yo...creo que es más de lo que merezco...- De verdad se veía muy preocupado mi amigo, no lo había visto así por ninguna mujer antes.

-Sé que todo les irá bien a ustedes dos, no te preocupes.- Le dije, tratando de tranquilizar a mi amigo.

-Eso espero amigo.- Me dijo.

-Y sí no, pues...te golpeo- Bromeé.

-Jaja, eso lo sé- Rió también. -¿Y Julia?- Añadió Gonzalo.

-¿Qué con ella?- Pregunté.

-¿Cómo van las cosas entre ustedes?

-¿Entre nosotros? Entre nosotros no hay nada ni habrá, ella...ya lo ha dejado claro.

-¿De qué hablas? ¿Algo paso y no me has contado?

-Bueno yo...un día...la besé en los labios- Me llenó de pena al decir esto por la imprudencia mía, pero el recordar el sabor y el aroma de sus rosados labios me aceleran el corazón de una manera asombrosa.

-¿Qué tú qué?- Se veía muy emocionado y asombrado por lo que le dije.

-Yo la besé, fue hace unos días...estaba en mi cama y ella estaba cuidando de mis heridas, la de mi pecho y la vi tan bonita, tan delicada, con sus manos tan suaves cuidando de mí...ví con la dedicación que lo hacía y fue ahí...cuando la tomé de la mano y ella me voltió a ver, asombrada, estaba concentrada en lo que hacía, tomé de su mano y me impulse un poco hacía ella y con mi otra mano, la acerque un poco más a mí. Ella no dejaba de verme con esos ojos grises, llenos de duda y curiosidad. Lentamente nos acercarmos y podía sentir como su respiración y la mía se aceleraban, sentí una gran emoción y también miedo de que me rechazara, actué por impulso y con mis labios toque los de ella, nos besamos muy lento, fue un beso único, sentí como si ambos hubisemos estado deseando darnos ese suave y cálido beso.

-¡Wow!

-¿Qué?- Pregunte.

-¿Te enamoraste de Julia?

-¿QUÉ? No, bueno...yo...

-Lo estás, estás enamorado de ella.

-Bueno, SÍ, lo estoy, ¿pero y qué con eso? Ella no...no siente lo mismo que yo.

-¿Porqué lo dices?

-Después de besarnos, me vió unos segundos sin decir ni una sola palabra, se veía entre feliz, confundida y asustada diría yo; se llevó las manos a la boca, parecía asustada y decía cosas como: "No, esto no puede pasar" "no, no, no, yo no puedo" y cosas así, salió de mi cuarto y volvió hasta el día siguiente haciendo "como si nada hubiera pasado".

-¿Y...ahora?

-Pues nada, hacer de cuenta que nada paso y seguir como hasta ahora.- Le respondí resignado.

-¿Estás seguro?

-Nada puedo hacer si a ella le gusta alguien más.

Después de eso, mi amigo y yo hablamos unos veinte minutos más y finalmente mi hermana ya estubo lista y se fueron al cine, pero no sin antes recibir un consejo de Gonzalo: "No te des por vencido, quizás sólo necesita un empujoncito o sentirse segura de lo que sientes, intentálo".

Quizás lo haga, tal vez le diga que me interesa, que me gusta, que me agrada, que...de nuevo...estoy enamorado y espero está vez, todo salga bien. No tengo mucho que ofrecer, pero tampoco no puedo perder el tiempo, soy padre y no creo estar para más juegos.

Julia en verdad me importa mucho y espero yo importarle también a ella.

La Princesita de Papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora