Capítulo 41 - Secuestro

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Los gemelos nacieron... y ambos estaban enfermos. Logan explicó el tratamiento que podría aplicarles, pero aún así no había muchas esperanzas.

Ambos salieron del cuarto dejando a los padres abatidos, y Jessica suspiró.

-¿Estás bien?- preguntó Logan recargándose en el mostrador de la recepción de ese piso.

-Sí, bien.- contestó ella y se masajeó las sienes. Tenía jaqueca.

Lo que más odiaba de ese trabajo era ver bebés enfermos, y más de enfermedades mortales como las que esos gemelos tenían. Tal vez si el padre hubiera querido saber el sexo de sus hijos, hubieran detectado la enfermedad antes, pero aunque lo hubieran hecho con anticipación, no hubiera habido manera de salvarlos.

-Tal vez deberías irte a casa a descansar.- insistió Logan.

-Mi guardia no termina hasta dentro de un par de horas, y después tengo clase.

-Yo te doy permiso de que te vayas antes.

-Perfecto, veré si la guardia de Charlie ya terminó. Necesitamos comprar los anillos.- dijo y se fue caminando por el pasillo.

La mirada de Logan se oscureció ante las palabras. Los anillos.

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Jessica salió de su clase y vio que Charlie la esperaba en el pasillo.

-¿Lista para irnos a casa?- preguntó su prometido.

-No puedo aún.- suspiró la chica.- Tengo que consultar unas cosas en la biblioteca y es probable que me tarde. Adelántate tú, te veo allá.

-Puedo esperar.- dijo encogiéndose de hombros.

-No quiero que estés aquí más tiempo del necesario. Vete, estás cansado.

-De acuerdo, pero cualquier cosa me llamas.

-Sip.

Charlie bajó la cabeza para darle un beso y se alejó caminando hacia el estacionamiento.

Jessica se acomodó la bata y de mala gana se dirigió a la biblioteca.

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Salió de su hora de estudio e investigación alrededor de las diez de la noche y se dirigió al estacionamiento de la facultad, pero al acordarse de que Charlie se había llevado el auto se detuvo en seco.

-Mierda.- masculló y sacó su celular para marcar el número de su prometido.

-¿Sucede algo?- escuchó la voz paranoica de Charlie del otro lado de la línea.

-Te llevaste al carro, no tengo con que regresar.

-Ohhhh... cierto. Voy por ti, llego en 20.- dijo y colgó.

Con un suspiró y se dirigió a la banca que tenía más cerca, pero apenas se sentó escuchó su estómago rugir. La única vez en el día que había logrado probar bocado fue en el camino de regreso a la facultad cuando Charlie y ella habían ido a comprar los anillos, que por cierto eran preciosos.

La cafetería de la escuela estaba cerrada a esas horas de la noche, y no tenía de ganas de comer la horrible comida del hospital.

Se puso de pie y salió del campus, para dirigirse a comprar algo a alguna tienda de conveniencia de por ahí.

Cuando venía de regreso con un sándwich, una van roja se paró enfrente de ella antes de que pudiera cruzar la calle. Se abrió la puerta corrediza dejando ver a un hombre corpulento. La tomó bruscamente de un brazo y ella soltó un grito.

Golpeó al hombre en la nariz con su mano libre pero otro más la golpeó en la nuca, dejándola inconsciente. La cargaron y la metieron a la van para después a acelerar a toda prisa.

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Charlie estacionó el Mustang frente a la entrada principal a la universidad, y marcó el número de su prometida. Cuando no contestó a la cuarta vez salió del auto con un suspiro.

La buscó por todo el campus, y seguía sin contestar su celular.

Cuando salió de la biblioteca después de buscar por segunda vez su celular comenzó a sonar y vio en el identificación de llamadas el nombre de Jessica.

-¿Dónde estás? Te he buscado por todas partes y...

-Charlie Everett.- contestó una voz rasposa del otro lado de la línea interrumpiéndolo.

-¿Quién demonios eres tú?

-Eres el prometido de Jessica.

-¿Dónde está?- preguntó Charlie entre dientes y apretando fuertemente el celular. La ira recorría sus venas, sentía ganas de despedazar al dueño de la voz.

-Tal vez quieras darle un mensaje a Lerman: tenemos a la chica.

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Charlie entró a toda velocidad a la mansión de Logan y gritó su nombre mientras lo buscaba. Salió al jardín trasero y lo vio nadando en la piscina.

-¡Logan!- lo llamó mientras se acercaba corriendo.

-¿Todo bien?- preguntó Logan frunciendo el ceño mientras salía de la piscina. Era raro que Charlie le dirigiera la palabra.

-Edgar, tiene a Jessica.

-¡¿Qué?!

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