Good Doctor

Capítulo 45 - Rescate

Con la blusa abierta de par en par y las piernas separadas y atadas a las patas de la silla, se sentía completamente vulnerable. Este hombre la iba a violar y después a matar.

Tomó sus senos con ambas manos y los apretó dolorosamente por encima del sostén, y después deslizó sus manos hacia abajo, pasando por su abdomen y después sus piernas.

-¿Sabes?- habló Edgar.- Lerman y Everett tienen mucha suerte de tener una pollita como tú en su casa. No estás nada mal, tus tetas son muy pequeñas pero todo lo demás lo compensa muy bien.

Jessica ahogó un sollozo y cerró los ojos. Solo quería que terminara con su vida de una vez.

-Apuesto que también eres muy buena en la cama.- sonrió con malicia.- ¿Hacías tríos con Everett y Lerman? Apuesto a que sí.- dijo deslizando lentamente el cuchillo por su piel, sin llegar a cortarla.

Dejó el cuchillo a un lado y le desabrochó el pantalón, para después meter su mano en él y sobar su sexo.

-¿Te gusta, perra?- preguntó viéndole la cara.

Jessica soltó un gruñido y le escupió en la cara. Edgar se limpió con los dedos y la tomó bruscamente del mentón.

-Eso te va a costar caro pollita.- dijo en un susurro.- No estás en posición de hacerte la ruda.

La besó con fuerza y la soltó. Rompió el pantalón para deshacerse de él dejándola en ropa interior. Se acercó y comenzó a lamerle todo el cuerpo. Le mordió el cuello y ella gritó de dolor. Llegó a sus piernas y chupó la parte interna de su muslo dejándole un moretón rojo.

-Te voy a llenar de marcas, preciosa. Así Lerman verá como me estuve divirtiendo antes de asesinarte.

Tomó el cuchillo nuevamente y cortó ambos lados de la única prenda que separaba su sexo de una violación. El pedazo de tela cayó a ambos lados inútil dejándola desnuda del abdomen hacia abajo.

Edgar sonrió lascivamente y acercó su cara a su sexo. Jessica cerró los ojos esperando a que pasara lo inevitable. Eso era el fin. Moriría ahí. No podría decirle a su familia que los amaba, ni a sus amigos, ni a Charlie, incluso Logan.

Sintió la lengua caliente de Edgar lamerla y soltó un sollozo.

-Por favor, para.- dijo.- Te lo imploro, te lo suplico, te lo ruego, te lo pido. Para.

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-Charlie, llegaremos en diez.- dijo Logan.

-Que sean cinco.

-Charlie, si lo ves.- dijo Logan refiriéndose a Harrison.- No lo vayas a matar.

-¿Qué?- preguntó Charlie claramente desconcertado.- ¿Por qué me pides eso? Ha estado persiguiendo a mi mujer durante meses y la secuestró. ¿Y me pides que si me encuentro cara a cara con él, no le haga nada?

Logan sonrió de lado.- Exactamente.- Charlie bufó.- Si la policía se llega a enterar que fuiste tú, irás a prisión. Déjame encargarme de ello después. Pero ese bastardo infeliz no va a salir con vida.

-De acuerdo.

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Edgar cortó las cuerdas que la ataban con el cuchillo y ella cerró las piernas inmediatamente. Aún no la violaba, pero sabía que la estaba torturando. La tomó del brazo y la hizo ponerse de pie. Comenzó a caminar hacia las escaleras pero ella se resistía. Sus pies descalzos le dolían al poner resistencia, pero no le importó. Harrison la tomó de la cintura y se la cargó al hombro cual costal de papas. Ella pataleó, lo mordió y pegó; pero no la soltó de ninguna manera.